viernes, 30 de enero de 2015

28/01/2015. Pinzones reales

Este invierno, al igual que el anterior, los pinzones reales están caros de ver. ¿O no? O quizá sea que veníamos de uno especialmente bueno, el 2012-2013, y tanto el anterior (2013-2014) como este (2014-2015), nos saben a poco aunque los números sean los normales.
En la provincia de Zamora, si quieres ver un pinzón real en un invierno normal, hay que buscarlo a conciencia. Hace dos inviernos mirabas en cualquier bando mixto de fringílidos (pinzones vulgares, pardillos comunes, verdecillos, verderones comunes y jilgueros) y tenías pinzón real seguro. Es más, recuerdo ver grupos pequeños de 40-50 pájaros y ser, hasta en un 80%, pinzones reales. Y daba igual el lugar. Daba igual que fuera en las riberas de los ríos, en los barbechos, en los rastrojos de girasol, en los encinares, en las huertas... si había fringílidos, aquel invierno veías pinzones reales con seguridad.
Está claro que es una especie que depende mucho de las condiciones meteorológicas en centroeuropa durante los meses fríos, así como de la disponibilidad de alimento allí para decidir si baja más al sur o no. Todos los años llegan a nuestro país pero, según sean esas condiciones, lo hacen de manera residual o de manera irruptiva.
Este año hay que repasar bien los bandos para dar con alguno. En lo que va de invierno solo lo he conseguido ver dos veces, el pasado mes de diciembre y hace dos días. En esta última ocasión fueron un mínimo de 2 ejs. los que conseguí sacar en un grupo de unas 300 aves, compuesto en su mayoría por pinzón vulgar, antes de que el bando levantara del todo y cambiara de lugar, fuera de mi campo visual.
Por lo tanto y resumiendo, este año los pinzones reales son noticia por aquí y, como tal, les dedico esta entrada.
De los dos del día 28 me dio tiempo a fotografiar a uno de ellos, a pesar de la oscuridad de la niebla y de la distancia. Solo me dejó dos disparos pero se ve bien con un retoque de Photoshop ya que en la toma original la foto era completamente oscura.
Están hechas en el paraje de Timulos, en Toro, junto al río Duero.


De esa tarde rescato pocas observaciones de interés. Unos gorriones morunos en Coreses, lugar típico en invierno, y un par de andarríos grandes en el mismo lugar, especie que no detecté durante el pequeño censo de acuáticas que hice hace unos días.
Este es uno de ellos.
Y así acaba enero. A ver que nos trae "febrerillo el loco".

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