sábado, 2 de julio de 2011

29/06/2011. Visita a las garzas de Timulos

Para desengrasar un poquito de Villafáfila, hoy me acerqué al atardecer a ver como anda la reproducción de ardeidas por Timulos, en Toro.
Ya vuelan muchos jóvenes martinetes y garcillas bueyeras y, los que no y aún están en los nidos, ya están bien crecidos. Las dos parejas de garcetas comunes también tienen sus pollos a punto de saltar.
En cuanto a la reina del lugar, la garza imperial, me dió varias observaciones de, como mínimo, 4 ejemplares diferentes. Este primero pasó volando relativamente cerca de mi posición.
Además otra pareja descansaba cerca del carrizo. El macho casi oculto y la hembra en una rama seca sobre el río.
Al momento, se les unión un martinete adulto.

En otra zona descansaba un grupo mixto de garzas, compuesto por: 3 garcetas comunes adultas, 3 martinetes jóvenes y 5 garcillas bueyeras adultas.

La vida en la colonia sigue de manera rutinaria y en unos días ya no habrá pájaros en los nidos.




Todo tranquilo hasta que algo rompió la paz.



Todos los adultos volaron varias veces en círculo hasta que decidieron volver a posarse. En un principio no capté lo que podría haberlos asustado así pero pronto y a base de rastrear con el telescopio di con la solución. En un nido de garcilla bueyera, un águila calzada adulta se jalaba un pollo de esta pequeña ardeida mientras el resto de habitantes volvía a sus nidos sin inmutarse. La rapaz se alimentaba con un martinete a apenas metro y medio. Cuando me fui, aún seguía con su presa en el nido donde ésta había nacido. La cara y la cruz de la supervivencia y es que esta rapaz también tiene unos pollos a los que alimentar.

Por allí también ya volaban jóvenes garzas reales.

Y cantaba un torcecuello entre el trajín que se traían las oropéndolas, aguiluchos laguneros, milanos negros y cormoranes grandes. Además una concentración ya de unos 120 azulones, todos marrones debido al plumaje de eclipse.

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