lunes, 14 de abril de 2014

14/04/2014. ¡Aguilucho papialbo en Vezdemarbán!

El aguilucho papialbo, Circus macrourus, es una rapaz esteparia de distribución oriental en nuestra región geográfica. Se reproduce entre el sur de Rusia y Mongolia y todavía permanece en países como Rumanía, Ucrania, Bulgaria y Moldavia.
Es uno de las 4 especies de aguilucho que cría en el Paleártico Occidental. Es una rapaz migradora y, además, de largas distancias. Inverna al sur del Sáhara, ocupando de Senegal a Sudán y hasta Sudáfrica por el sur. Además, parte de su población pasa el invierno en el subcontinente indio.
En España tiene el estatus de rareza pero los últimos años están siendo prolíficos en observaciones. Estos avistamientos son regulares en la franja mediterránea y al sur de Andalucía. Por lo tanto, se van rarificando hacia el Oeste, Centro y Norte de la península. Si en nuestro país es raro, en esta parte del país lo es más.
Bien. Ayer, 13 de abril, Svend Petersen, aficionado a la observación de aves, danés y, con la inmensa fortuna para nosotros de estar casado con una española (y zamorana) y venir de visita al pueblo varias semanas al año, disfrutaba de las aves esteparias que no tiene en el norte cuando descubrió un espectacular macho adulto de aguilucho papialbo, cerca de la localidad de Vezdemarbán. La observación se produjo a última hora de la tarde pero avisó con prontitud, algo muy importante en estos casos.
Hoy, 14 de abril, el propio Svend, Crisitan Osorio y yo hemos podido disfrutar de una de las rapaces más bonitas que pueden verse en nuestro continente.
Personalmente he estado viéndolo durante 3,5 horas. Ha sido una de las rarezas que más he disfrutado de todas las que he visto en España, y son unas cuantas... Quizá el tenerla a 15 minutos de casa haya influido... ;-)
Unas primeras imágenes.



Pero no solo el pájaro ha sido precioso. El machote estaba totalmente encelado, esto es, se dedicaba a cortejar a las hembras de los aguiluchos autóctonos, sobre todo, las de aguilucho cenizo. Pero hasta el punto de darles obsequios (en forma de topillos), como es típico en muchos cortejos de rapaces en que el macho entrega presas a la hembra en el aire, y las hembras despreciarlas. Me resultaba frustrante que no le hicieran caso.
Se dedicaba a hacer vuelos de cortejo, a chillar, a volar "tipo mariposa", a hacer tirabuzones pero no le hacían caso. Solo acababa llamando la atención de los machos residentes y le acababan azuzando.


Los arcos que describe en el aire, muy altos, son espectaculares. Y su reclamo es muy diferente al de los cenizos, distinguible muy bien y en la distancia. Aquí os dejo un momento de cuando llega al punto álgido del arco y luego se deja caer dando vueltas. Parece un ángel.

La siguiente imagen nos sirve para apreciar algunos detalles de su diseño en la parte superior. Vemos el gris claro uniforme, el obispillo blanco que destaca y el diseño de primarias negro característico, mucho menos extenso que en sus primos cenizos y pálidos.

En la siguiente imagen, aunque mala, vemos un macho de cenizo dándole tralla al forastero venido del Este y nos sirve, además, para ver las claras diferencias entre ambas especies.

Resumiendo, difícil de olvidar.
Por el lugar hemos visto otros pájaros, todas especies ligadas a los campos de cultivo de cereal. Así, hemos contado hasta 28 avutardas (casi todo machos haciendo "la rueda"), calandrias, collalbas grises... De interés, un búho campestre y un esmerejón, seguramente este, el último del año.
Y, por supuesto, aguiluchos cenizos. Algunos de ellos como este espectacular macho melánico, dueño y señor de una tierra de alfalfa. Su color es la antítesis de nuestro visitante oriental.


Por allí también pasaron una pareja de aguiluchos pálidos. Hice una foto del macho para ver las diferencias con nuestro papialbo.

Solo nos quedó por ver un aguilucho lagunero para poder haber anotado, en un rato, a los 4 aguiluchos del Paleártico Occidental en el mismo punto.
Pero la mañana no acabó ahí. Cuando estaba a punto de irme, Cristian y Svend, que se había ido antes, me avisan de que habían visto un buitre negro entre Belver de los Montes y Vezdemarbán y que venía dirección hacia este pueblo. Así que, como ya tenía los bártulos en el coche, decidí ir a su encuentro y tuve la fortuna de verlo de lejos, y de tomarle la siguiente foto. No, no es un ovni...
Difícilmente olvidaremos este 14 de abril de 2014. ¡Hasta la fecha es bonita!

5 comentarios:

  1. Enhorabuena por la pedazo observación, te comprendo perfectamente la emoción porque yo también vi un macho precioso en Sevilla hace unos meses, aunque en mi caso no lo supe hasta mirar las fotos y ya te imaginarás mi cara al verlo bien.
    Son muy curiosos estos comportamientos entre especies muy emparentadas que incluso pueden hibridar, gracias por compartirlo.
    ¡Un saludo!

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  2. Tio!Esas fotos y lo que cuentas de los vuelos de cortejo me flipa. No se si te lo comente alguna vez, pero los Circus son bichos que me fascinan, y su vuelo es para mi de los más bonitos de las aves. Mola mucho mucho!

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  3. Vaya pepino!!! Es precioso y se está portando cómo un campeón.
    Una suerte haberle disfrutado.
    Gracias y saludos.

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  4. HOLA, he observado uno que puede ser otro macho de papialbo, en vuelo y paseo rasante, alas largas y desgarbado, flacote, muy grande y aletea con giros continuos muy particulares, de bello blanco y tono azulado con esos manchones exteriores. Se posa en el suelo y vuelve a aletear.

    qué detalles lo puede identificar con precisión frente a otros aguiluchos?

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    1. Hola. ¿Y dónde exactamente lo has visto? ¿Has descartado que pueda tratarse de un aguilucho cenizo o aguilucho pálido, mucho más comunes?
      Cuéntame algo más... Gracias

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