jueves, 25 de septiembre de 2014

Sapo corredor para una lección

Ayer por la tarde la pasamos, mi pequeño Diego y yo, en la gravera rehabilitada de Villaguer (convertida hoy en día en una preciosa laguna, después de la explotación minera), en el t.m. de Toro. Ornitológicamente la cosa estaba muy parada pero el contacto con la naturaleza de un niño de casi 6 años es primordial en su educación.
Por suerte tuvimos un pequeño amigo que nos sirvió de entretenimiento e hizo que el pequeño se trajera a casa nuevas imágenes y nuevas emociones que, sin duda, enriquecerán su conciencia ambiental.
Sorprendimos a un sapo corredor, Epidalea calamita, haciendo el cambio de posición antes de que llegara la noche y esto me permitió contarle algunas cosas sobre estos bellos seres.
Le dije que era uno de las tres especies de anfibios mejor distribuidos por la provincia de Zamora, junto a la rana común Pelophylax perezi, el sapo común Bufo bufo y el tritón jaspeado Triturus marmoratus. También le conté que se alimenta de invertebrados, de "bichos", por lo que es un gran aliado del ser humano, en especial, del agricultor y el ganadero pero que, por culpa de las historias sin fundamento ni rigor científico, se había labrado una mala fama alrededor de estos inofensivos animales que llevaban, a otros animales de dos patas, a acabar con su vida cada vez que se cruzan con uno. Ignorancia pura y dura. Una de esas cosas, basadas y justificadas por la tradición, que las nuevas generaciones debemos erradicar de raíz. Mi niño acabó con esa tradición (o mito) ayer mismo, con 5 años y medio.
Os dejo unas fotos que le hicimos.




De aves, solo notas fenológicas. Mi primer bisbita común del año y las que podrían ser algunas de las últimas observaciones de: tórtola europea, alcaudón común y águila calzada...

2 comentarios:

  1. Un anfibio ciertamente hermoso, Alfonso. En mi opinión es importante que los niños manipulen la fauna hasta cierto punto, para reforzar los lazos afectivos con la Naturaleza. Un crío que ha cogido un Lución que se suelta la cola para escapar o que siente como trepa por su barriga una Ranita de San Antón estárá haciéndose muchas preguntas y, por tanto, formándose como futuro naturalista.
    Tiene suerte ese chaval, sin duda.
    Un saludo.

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