lunes, 29 de diciembre de 2014

28/12/2014. Acentor alpino en Peña Mira

Para el día de los Santos Inocentes, Cristian Osorio y yo, decidimos autorregalarnos una inocentada y dejamos la llanura para subir a la sierra. Era mi última jornada de campo de este 2014 y quería hacer algo diferente. Elegimos Peña Mira, entre Manzanal de Arriba y Figueruela de Arriba, para probar suerte con los acentores alpinos que se llevan viendo aquí desde hace un par de meses (máximo de 4 ejs.)  y que, además, nos servirían para anotarnos una nueva especie para el Big Year que ya acaba.
Hicimos la subida al techo de la Sierra de la Culebra (1.243 msnm) desde la parte de Linarejos, entre este pueblo y Villarino de Riomanzanas. La subida es muy fácil y desde esta parte se hace de manera muy cómoda, aunque no es la más bonita ni la tradicional (desde el pueblo de Flechas).
Un precioso halcón peregrino posado sobre tu atalaya nos dio los buenos días.

Tirando del zoom de la Lumix. Estaba a varios centenares de metros.

Una vez arriba, las vistas son impresionantes, como siempre desde los picos. En esta primera imagen la sierra sanabresa al fondo, cubierta parcialmente por las nubes. Más allá, Ourense y León.

La vista al sur nos ofrece una visual preciosa de las crestas típicas de la Sierra de la Culebra. Lo del fondo es Portugal y, en medio, el valle del río Manzanas.

Pasamos una hora en el vértice geodésico del pico esperando a los acentores. El viento era abrumador e hizo que nos refugiáramos a la brigada de las peñas que coronan el lugar. No tuvimos éxito y decidimos bajar del picacho para ponernos al resguardo de la cara sur. Aquí pasamos otra hora y pico y entonces sí, pudimos ver fugazmente a uno de los acentores que coronó en el borde del precipicio. Apenas unos segundos y volvió a su refugio donde el viento no le molestase. Fue una bonita, pero muy breve, observación y nos dejó con un poco de mal sabor de boca después del esfuerzo de subir hasta allí. 
Este lugar debe ser precioso para el ornitólogo, y el naturalista en general, en primavera y verano pero en invierno esta muy apagado, más un día tan ventoso como el que tuvimos hoy.
Bajamos y pusimos rumbo a las partes más profundas de los valles de la Culebra con el fin de comer algo. Elegimos las orillas del embalse de Valparaíso en la parte de Villardeciervos, donde dimos buena cuenta de las viandas que llevábamos.
Para acabar el día decidimos atardecer en Villafáfila.
Por el camino, este alcaudón real en Villanueva de Valrojo, que aguantaba el vendaval como podía. Buen invierno de alcaudones este...

En Villafáfila solo nos acercamos a la Salina Grande, desde la balsa de la depuradora. Ya no nos quedaba mucho tiempo y este es el lugar con mejor luz para el atardecer. Aquí contamos los limícolas, que quedaron así: avefría europea (unos 100 ejs.) correlimos común (126), combatiente (10), avoceta común (15), aguja colinegra (7) y agachadiza común (1). Sin duda habría más bichos pero no dio tiempo a contar todo...
Grupo de avocetas.

También censamos los tarros blancos, como ya es habitual en cada una de mis visitas, contando 102 ejs., número inferior al año pasado por estas fechas, muy inferior.
La densidad de lavanderas blancas de la subespecie yarrellii en este lugar debe ser la mayor de la provincia. Aún no había visto ninguna en lo que va de invierno pero aquí hoy he visto unos 10 ejs. en un momento. De hecho, la primera lavandera que vimos al llegar era de la subespecie inglesa.

Y según se fue formando el grupo que se reúne para pasar la noche en la balsa, había varios ejemplares más, como estos dos preciosos machos.


Y los gansos, que apenas llegan a los 8.500 ejs. (censo oficial), fueron entrando a dormir a la gran laguna. Definitivamente, igual que nos vamos quedando sin primaveras, también nos vamos quedando sin inviernos...


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