El pasado día 27 hice una visita de una jornada casi entera (11:00 a 19:00) a la R.N. Lagunas de Villafáfila con el fin de palpar como está el tema. Animado por un día soleado, después de muchos de intensas nieblas, pude disfrutar bastante a pesar de contar con una invernada tan escasa este año. Las temperaturas tan benévolas que sufre todo el continente europeo han hecho que apenas tengamos condumio ornitológico en nuestros campos. Pero es que sin nieves en centroeuropa y con temperaturas primaverales aquí, es lógico que las aves norteñas decidan quedarse lo más cerca posible de sus zonas de cría en vez de venir hasta nuestro país.
Los censos oficiales de ánsares comunes invernantes han arrojado la cifra de poco más de 5.000 ejs.. Lejos quedan los 39.296 ejs. del año 1999, cifra récord de la Reserva. Precisamente, si queréis saber más sobre la historia del ánsar común aquí y las posibles causas de su declive tan acusado, tenéis un artículo decente sobre el tema en el último número de la revista Quercus, el 358, en la página 16, titulado "¿Pueden desaparecer los ánsares como invernantes en el centro de España?", firmado por Mariano Rodríguez, Jesús Palacios y Enrique Gómez. En él se dan números y se barajan las posibles causas de su rápido declive. De como en pocos años han mermado sus poblaciones invernantes de manera tan drástica.
En fin, que si ya no nos llegan ánsares comunes va a ser difícil que vengan esas otras especies de gansos más escasas que tanto me gustan. Por eso, cuando veo un ánsar careto como el de este día, trato de exprimirlo al máximo siendo consciente de que, cualquier invierno de estos, ya no volveré a ver ninguno. Era un bonito adulto.
No quiero ni pensar como serán los inviernos aquí sin la presencia de estas grandes anátidas. Recuerdo a mediados de los noventa o los primeros años del presente siglo cuando era completamente imposible revisar en una jornada ni la cuarta parte de todos los ánsares que invernaban. O esas jornadas en la que podías ver en un solo día casi todos los gansos del Paleártico Occiental. Por ejemplo, un día de enero de 2001: ánsar común, ánsar campestre, ánsar careto, ánsar piquicorto, ánsar chico, barnacla cariblanca y barnacla canadiense. Lo sé, hoy en día parece ciencia ficción pero, lo malo, es que en unos años ver ánsares comunes también puede llegar a serlo.
Y esta es la estampa de cuando encontré el careto.
Así que imágenes como estas están en peligro de extinción...
Por lo demás, la jornada estuvo flojucha. Por la mañana estuve solo pero por la tarde tuve la buena y agradable compañía de Cristian Osorio y Estrella Huerga. Con ellos recorrí las lagunas de la Casa del Parque e hicimos el recuento final al atardecer en la Salina Grande, que no había visitado por la mañana, y donde salieron buenos números de alguna especie que luego daré.
En esta ocasión registramos 10 especies de limícolas. Las cifras buenas fueron: avefría europea (+5.000) y combatiente (65).
Además otras especies de interés: zarapito real (1, ridículo para la invernada que había aquí), aguja colinegra (12), avoceta común (8), chorlito dorado europeo (+200, muy pobre también), correlimos común (16) o correlimos menudo (1). El elenco se completa con andarríos grande y agachadiza común.
Uno de los combatientes contados este día.
De los anteriores, solo tenemos números excelsos de avefrías especie que, curiosamente, va a más.
Dentro de las anátidas de menor tamaño, ya he contado el caso del tarro blanco, de los que hoy contamos 137 ejs.. Parece que este año nos va a costar pasar de los 150, no como los dos inviernos anteriores.
Una imagen de algunos tarros ya casi sin luz, momento en el que los contamos. Su color blanco ayuda mucho a estas horas para hacer un censo.
Las rapaces fueron las habituales hoy pero, también, siendo más escasas este invierno. Por ejemplo, no he visto ¡ni un esmerejón!. El rey sigue siendo el milano real. No es el más rápido, ni el mejor cazador, ni el más mítico pero, sin duda, es el más bonito de todas las rapaces invernantes.
Ya es el segundo día que veo por los alrededores de la laguna de Barillos a una hembra de halcón peregrino enorme. El otro día la vimos mejor pero solo unos segundos y hoy la he visto más pero muy, muy lejos. Es de la subespecie peregrinus (europea) según mi criterio, sin descartar que sea un intergrade con calidus, debido a sus partes interiores tan blancas y sus flancos femorales tan marcados. Lo que está claro es que podría liquidarse a uno de nuestros pequeños brookei y no dejaría más que plumas.
La halcona era vigilada en la distancia por una pareja de cuervos. Estampas típicas de Villafáfila.
¡Pero bueno... al menos hay avutardas!, la mejor población del Mundo, recordemos...
Y otros pajarillos esteparios ligados a las lagunas salinas también son escasos este año. Pero eso no quita para que algunos estén omnipresentes, como el bisbita común.
Otra escena terracampina los domingos, los galgos tras la liebre. Esta actividad creo que es perfectamente sostenible con el medio en el que se ejecuta. Pero no puedo dejar de sentir un cierto grado de animadversión por el colectivo galguero por todo lo que conlleva alrededor de maltrato animal. ¡Qué sí, que habrá algunos que cuiden y quieran mucho a sus galgos! Pero yo conozco a pocos que no hayan colgado o tiroteado a alguno. Si hablas con ellos, son ellos mismos los que reconocen que "no vamos a mantener un perro que no va a correr liebres". De hecho cuando revisan documentaciones es raro encontrarse con galgos jóvenes que lleven el chip de identificación obligatorio. Que ¿por qué? Pues porque primero tienen que probarlos. Si valen, asumen su custodia y mantenimiento oficializándolos con su cartilla sanitaria. Si no valen, un cable o un cartucho acaban con el animal y al no estar identificado, aquí no ha pasado nada. Y todo esto sin hablar de las mafias que hay detrás del mundo galguero. Robos de animales, amenazas, apuestas ilegales, etc...
En fin que, a pesar de todo, guste más o menos, esta es una actividad tradicional y que bien llevada tiene poco impacto ambiental sobre el medio en el que se practica. Una pena todo el resto que hace que el colectivo sea mal visto en un amplio espectro de la sociedad.
Esta liebre libró al esconderse en la cuneta de una carretera...
Cristian, Estrella y yo estuvimos controlando los porrones que invernan en la Casa del Parque, de manera testimonial también este año...
Y aprovechamos a registrar unos cuantos collares de las fochas que han sido anilladas en el proyecto que se lleva a cabo en Zamora (Villafáfila) y León (lagunas y balsas de riego del páramo). Precisamente una de estas últimas se vio hace unos días en la Albufera de Valencia (Toni Alcocer).
Y el día lo cerramos contando el dormidero de gaviotas: 252 reidoras y 5 sombrías hasta que nos fuimos. Y con la danza de 5000 avefrías buscando su sitio para pasar la noche.
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