Aunque la jornada de campo del pasado día 01 fue mucho más amplia, lo realmente interesante lo viví por la tarde en Villafáfila. Amanecí en el embalse de Ricobayo, zona entre Montamarta y San Cebrián de Castro, de ahí subí hasta el norte de la provincia, a la sierra de Carpurias para visitar el parque eólico de Las Labradas pero viendo el estado de flojera general del lugar, me fui a mediodía a Villafáfila.
Compartí almuerzo con mi amigo Pepe San Román y después ya me acompañaría hasta el fin de la jornada. Dimos la vuelta de rigor a la Casa del Parque para controlar, sobre todo, los porrones -sin novedades- y luego ya hicimos dos puntos en la Salina Grande, hasta el anochecer.
Como sabéis los que me leéis habitualmente, por aquí estamos sin agua. Pero lo sorprendente es que, a pesar de esta circunstancia, estemos teniendo un principio de invernada muy decente para algunas especies, sobre todo, el ánsar común. La entrada al atardecer de este día fue impresionante. Los 3 que allí nos encontrábamos, Jose Javier Orduña además de Pepe y yo, coincidimos en que hacía tiempo que no vivíamos una entrada de gansos semejante. Ni mucho menos como a mediados de los 90's, cuando tuvimos el pico máximo histórico de invernada de esta especie aquí, pero sí que hacía varios años que no veíamos semejante espectáculo.
Ahora falta resolver las dudas y ver si este número solo es una eventualidad debida a que la especie está en estos días en un paso intenso y esa tarde solo coincidieron los invernantes residentes con invernantes en paso o es que, realmente, hay una invernada mejor que en años previos. Como no hay censo oficial hasta mediados de mes pues, de momento, nos quedamos con las dudas.
Pero no solo los gansos han ofrecido buenos números. Hay varias especies que comienzan a mostrar su presencia en este invierno de Villafáfila con números notables. Como siempre centré mis esmeros en contar de manera concisa los tarros blancos, como desde hace 5 inviernos. El número de este día ya fue de 103 ejs. repartidos en dos núcleos, uno en la laguna de San Pedro (15) en Villarrín y el otro en la Salina Grande (88) en Villafáfila.
Estos son parte de los primeros.
Hay presencia de todas las anátidas comunes, destacando el número ya de cercetas y silbones, además del azulón, claro.
Cercetas comunes en la laguna de San Pedro.
Y sigue el macho de ánade rabudo en la Casa del Parque. Además había un pequeño grupo en la Salina Grande, zona de la rasa.
Buen grupo hay también de limis formado por: avoceta común (12), correlimos común (131), correlimos menudo (1), aguja colinegra (1), combatiente (51) y zarapito real (8), además de avefrías, agachadizas comunes y algún andarríos grande. En la imagen los correlimos en primer plano y unas pocas avocetas ya preparando el dormidero.
Bonito espectáculo también el que nos ofrecieron las gaviotas reidoras. Puntuales a su hora cayeron del cielo procedentes de no se sabe donde; seguramente del embalse de Ricobayo o del vertedero de Zamora.
Con las últimas luces hicimos el recuento final arrojando la cifra de 394 gaviotas reidoras y 3 gaviotas sombrías.
Justo antes nos dio tiempo a leer un collar B[NR4]. Arne Follestad lo marcó en julio de 2014 en Slibraken, Noruega. Hasta ahora había visitado Dinamarca, Alemania y Holanda. Esta es la primera vez que se lee en España.
Un día más, y ya van dos seguidos, el lugar vuelve a sufrir molestias en una hora crítica como es el atardecer, cuando más aves acuden a la laguna. Si en la vez anterior fue un coche el que, ni corto ni perezoso, atravesó la cuenca, en este día fue un motorista el que se dedicó a correr con su moto, muy ruidosa, el borde lagunar levantando todo lo que había en su radio de acción. Además desde nuestra posición no apreciamos que llevara matrícula (algo común por desgracia en estas tierras) lo que nos da una información rigurosa del tipo de persona que va sobre ese vehículo y sus intenciones y que no voy a calificar de forma explícita en público. Ahí tenéis su foto. A ver si la Guardería toma nota y evita estos problemas que sufrimos día tras día. Recordemos que el acceso ahí está PROHIBIDO.
Por lo demás otro atardecer para recordar...
La siguiente foto la hizo José Javier con mi cámara pero por defecto puse mi nombre.
Pero como ya conté al principio mi jornada empezó al amanecer. El embalse de Ricobayo está bajo mínimos. Esto hace que apenas haya agua estancada salvo en algún tramo como en Montamarta. Entre San Cebrián y Perilla ya solo es el río Esla. Está tan bajo el nivel que afloran viejas construcciones como este puente que debió servir como travesía hace muchos años, antes de quedar sumergido por las aguas del pantano.
La zona de Valclemente, un lugar ideal para ver aves con unos niveles de agua decentes, se encuentra así.
Pero en Montamarta sí había algunas cosas de interés como 5 porrones europeos, 1 gaviota sombría y, sobre todo, 1 tarro blanco. Este último debe de ser uno de los dos que aparecieron en septiembre. Fuera de Villafáfila esta especie no es nada común en Zamora. Los somormujos lavancos arrojaron la cifra de 403 individuos, lo que vuelve a constatar que este es el mejor punto de invernada de la especie en nuestra provincia.
Y antes de ir a Villafáfila estuve en Las Labradas, en la sierra de Carpurias, entre Arrabalde y Villaferrueña. La zona que más me gusta es la del castro de los astures -II Edad del Hierro- pero decidí ir al parque eólico en busca de alguna especie montana que ya se ha visto por aquí (acentor alpino y gorrión alpino). No se movía ningún pájaro salvo un grupo de perdices rojas y alguna curruca rabilarga. Eso sí, la meseta del castro se ve imponente desde aquí, sobre la vega del río Eria.
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