miércoles, 10 de agosto de 2011

09/08/2011. Danish connection

Hace unos días tuve la suerte de conocer a uno de esos birders del norte de Europa que cuando hablas con ellos te cuentan cosas de pájaros norteños con una tranquilidad que se hace desesperante el choque de lo nórdico con lo latino. Te cuenta historias de bahías llenas de las tres especies de serretas, de miles de limícolas en estuarios y ensenadas recién llegados de la península escandinava, de la buena marcha de la población de pigargo europeo, de pardillos sizerines y ampelis comiendo en el jardín de su casa, del influx de piquituertos franjeados que hay ahora mismo en su país y de levantar decenas de pardillos piquigualdos en sus jornadas de campo, entre otras cosas. Y es que mi nuevo amigo, Svend Petersen, es de Dinamarca. Además tengo la suerte de que tenga lazos en Villarrín, esto es, en el centro mismo de la R.N. de las Lagunas de Villafáfila. Svend pasa varias semanas al año en este pequeño pueblo castellano pero a él cuando le gusta venir es en verano. Es normal ya que, en la visita de Navidad, lo que tiene en la Reserva son todas las anátidas y limícolas invernantes de los que cuenta por miles y miles en su país de origen. Él disfruta de las cigüeñuelas, de las pagazas piconegras, de los cernícalos primillas, de las avutardas y, en definitiva, de toda la avifauna del sur de Europa, como es normal.
En su afán por ir sumando especies ibéricas a su lista, en nuestro primer encuentro en Villafáfila, me dijo que había leído en este espacio mis observaciones de ardeidas en el río Duero. Estaba, concretamente, interesado en el martinete y el avetorillo. Pues nada, hoy ha sido el día.
A eso de las 19:30 h. hemos quedado en Toro para, enseguida, acercarnos a ese pequeño rincón que tanto me gusta llamado Timulos. Nada más llegar se ha sorprendido por la cantidad de martinetes que allí se pueden ver, desde jóvenes recién salidos del nido hasta adultos. En cuanto al avetorillo común, que es la ardeida más difícil de observar aquí debido a sus hábitos hiperdiscretos, también hemos tenido suerte. Mientras observábamos a una garza imperial, un avetorillo macho ha dado un pequeño vuelo delante de ella, lo justo par poder disfrutarlo.
Por supuesto, el resto de garzas se han dejado ver a placer. Hoy dejo unas fotos de garceta común, especie que no había mostrado aquí todavía.
En las dos siguientes, una garceta común (arriba) y una garcilla bueyera (abajo), volando casi en la misma posición, por compararlas.

Y un martinete en un plumaje distinto al de la última vez. Aquel era un primer verano, pues bien, este es un joven recién volado.

Pero al tarde tuvo un colofón especial y es que, además de esto, tuvimos la suerte de ver dos nutrias nadando juntas a última hora. Especie que, por cierto, tampoco había observado nunca Svend, así que imaginaros su alegría. Alegría, además, compartida con sus dos hijos que nos acompañaban, uno de ellos futuro pajarero, por cierto.

Además de lo dicho, buen paso de andarríos chico, igual que el último día. También, un par de martines pescadores por la zona, un macho adulto de aguilucho lagunero y ya una buena concentración de azulones a última hora de la tarde, rondando los 80 ejemplares. La pareja de somormujos lavancos siguen con los cuatro pollos.

Una pena no tener a este tipo más a menudo por aquí ya que cada vez que viene, nos deleita con citas muy interesantes, tanto en la Reserva en la que pasa sus vacaciones, como en otros puntos de la provincia. ¡Gracias por todo Svend!

A ver si algún día me puede enseñar esos sizerines de su jardín...

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