Y así fue pero, adelantando que no cogimos ningún cejudo en toda la mañana, vamos a lo gordo. Estábamos haciendo tiempo para ir a recoger la primera remesa del día cuando nos sobrevoló un chorlito carambolo. El hábitat de la zona, en pricipio, es óptimo para albergarlo en paso pero es una especie muy, muy poco citada en la provincia de Zamora. Casi tanto como el ostrero, del que hablamos el otro día. La observación duró justo lo que tardó en pasar por nuestras cabezas, a baja altura eso sí. Nos miramos el uno al otro con cara de estupefacción ante lo que acababa de suceder y ninguno nos atrevíamos a decir lo que pensábamos. Bueno, yo acabé musitando: "¡joder, eso es un chorlito carambolo!". El tema es que aún había muy poca luz y la óptica permanecía metida en la mochila. En ningún momento emitió reclamo alguno pero pudimos apreciar perfectamente los colores ocres por debajo, que carecía de banda alar y su cuerpo corto y rechoncho. En fin, que no había dudas, solo la conmoción de la observación completamente inesperada. Por cierto, mi primera observación en mi tierra. Pero los carambolos son así, fuera de sus lugares habituales de paso, son como fantasmas que van y vienen...
En cuanto a la jornada de anillamiento bastante decente. Víctor tuvo una tarde anterior mucho mejor, cogiendo algunas especies que no capturamos hoy: lavandera boyera, carricero común, golondrina común, triguero... etc. Hoy amaneció muy gris, con una fresquísima brisa del oeste que molestaba bastante, además de inflar las redes e impedir una correcta actividad anilladora. Incluso tuvimos un rato de nieblina. Esta mañana tuvimos: papamoscas cerrojillo, curruca mosquitera, buitrón, ruiseñor bastardo, jilguero, pardillo común y mosquitero musical. Al menos, hasta que yo me fui ya que tuve que dejar el lugar debido a un problema familiar que me surgió, a eso de las 11:00 h.
En mi opinión, esta fue la estrella de la mañana, ¡por bonito el condenao!, un buitrón.






Justo antes de irme pudimos observar, bastante decentemente para lo que son estos animales, un bonito armiño recorriendo un camino en todo su perímetro, hasta que se perdió detrás de una curva.
Y volviendo a casa, un alimoche adulto posado junto a la carretera, justo antes de Fuentesecas.
Nunca olvidaré que mi primer chorlito carambolo zamorano fue un regalo de mi abuelo justo antes de morir.
¡Descansa en paz abuelo y gracias por todo lo que me enseñaste!
No hay comentarios:
Publicar un comentario