Un "treparriscos" en Tierra de Campos

Sigo sin material que mostraros así que tengo que tirar de imaginación para mantener activo el blog. Este dilema es el que se nos plantea a menudo a los llamados blogueros si queremos mantener vivo un espacio. De hecho, yo que llevo ya bastantes años manteniendo blogs (desde 2006), cuando alguien me dice que tiene intención de abrir uno siempre le respondo que lo debe tener muy, muy claro. Es muy fácil hacerlo cuando tenemos material fresco a menudo pero ¿y en los tiempos de sequía creativa? En esos momentos hay que tirar de imaginación y rebuscar algo que pueda entretener un poco a los lectores y seguidores del espacio que gestionamos. En fin, al lio.

La pasada primavera, en una jornada en Villafáfila (donde si no...) me entretuve un momento en fotografiar un precioso invertebrado que, ese día, era muy abundante. Estaba con Cristian y ambos pensamos lo mismo durante la observación: "como me recuerda este bicho a un treparriscos". El motivo de ese pensamiento estaba claro, esas preciosas alas negras manchadas de ese rojo potente, carmesí, sanguíneo, no dejaba lugar a dudas el motivo de nuestra evocación a un ave tan poco idónea para el lugar donde estábamos.

Este pequeño animal es Zygaena sarpedon. Desde luego, los que me conocéis sabréis que, una vez más, he tenido que recurrir a Emmanuel D`Hoore y Jorge Valella para llegar a esa conclusión. Vale que vaya controlando algo de libélulas y me llamen la atención las mariposas diurnas pero, meterme con el resto, de momento ¡no!. Eso sí, como buen aficionado a la naturaleza, todo lo que vuele, corra, repte, salte, crezca, muera, nazca, sangre, tenga raíces, etc... me interesa un mínimo. 

Zygaena sarpedon es del orden de los Lepidópteros, o sea, una mariposa pero, en este caso, aunque veáis las fotos a plena luz del día, es de me la familia de las mariposas nocturnas, familia Zygaeninae.

Son mariposas (o lo que en España llamaríamos polillas, para distinguir las diurnas de las nocturas) de colores llamativos, predominando los colores rojos y naranjas en todos sus tonos, sobre un fondo negro o gris muy oscuro con reflejos metálicos. Sus antenas son gruesas y largas y acaban en una "maza". Son de tamaño medio y tienen un vuelo muy recto y lento, lo que las hace parecer torpes. 

A continuación pongo unos dibujos sacados de la red para que los que no tengáis experiencia con un treparriscos tengáis una aproximación al motivo por el que Cristian y yo pensamos en él automáticamente aquella mañana en Villafáfila.

Es curioso la reciprocidad porque una de las expresiones más oídas ante el vuelo de un treparriscos es: "parece una enorme mariposa". La verdad es que es un pájaro excepcional y al que le tengo un cariño especial ya que ha sido una de las mayores satisfacciones orníticas de las que pude disfrutar en mis años en la provincia de Burgos, donde podía disfrutarlo con seguridad todos los inviernos en el desfiladero de la Yecla, Santo Domingo de Silos. Aquí os dejo un enlace a mi antiguo blog Aves del Valle del Arlanza donde podréis ver varias entradas, con fotos mías, dedicadas a esta especie.

 

 

 Y un detalle precioso de un ala de treparriscos Tichodroma muraria. 

Para acabar comentar que, después de pasar varias horas sentado a orillas del Duero, en el paraje llamado Timulos, dentro del término municipal de Toro, esperando a poder observar un águila pescadora que se ha estado viendo gran parte del mes por allí y no conseguirlo, hoy ha sido mi día. Además la naturaleza me ha recompensado con la observación de ¡2 ejs. juntos!. Me ha pillado en mi ronda de trabajo y por eso no tengo fotos pero a eso de las 09:30 h. primero vi un águila pescadora joven volando sobre el río, aguas abajo y, a los pocos minutos, otro ejemplar haciendo exactamente lo mismo. El segundo era un joven de este año también. ¡Espectacular, hacía mucho que no veía por aquí dos pescadoras prácticamente juntas!