Nueva visita a Villafáfila aprovechando una jornada de anillamiento organizada en la Casa del Parque de la Reserva Natural. Estas jornadas se hacen todos los años durante el paso postnupcial y están centradas en los paseriformes. Desde luego, el mejor sitio para realizarlas en Villafáfila es este lugar ya que, gracias a su vegetación tupida, cuidada y diversificada, es un oasis para los pájaros en migración dentro de esta gran estepa seca, proporcionándoles zonas de alimentación, abrevaderos y refugio para pasar las noches. ¡Es un auténtico imán! y si pillas un buen día, puedes hincharte a ver pequeños pájaros.
La pena es que estas jornadas de anillamiento no sean intensivas, algo así como agosto, septiembre y octubre. Podríamos acumular unos datos increíbles, además de proporcionar multitud de citas de interés seguro. Ya no digamos si nos metemos con la posibilidad de anillar las especies reproductoras emblemáticas del medio acuático de Villafáfila como el trío: avoceta, cigüeñuela y pagaza piconegra aunque podríamos añadir gaviota reidora y tarro blanco, como mínimo. Creo que es poco menos que un delito que no se aproveche el tener estas importantes colonias para hacer marcajes y aprender donde van nuestros pollos después de nacer aquí. Si seguimos con proyectos, ¿qué pasaría si anilláramos los miles de limícolas que pasan por aquí entre el prenupcial y el postnupcial? ¡No quiero ni pensarlo! Pero claro, para ello, habría que contratar personal cualificado y, supongo, ayudantes e imagino que en los tiempos que corren, en la crisis en la que estamos inmersos después de todo lo que se ha robado en este país, será imposible. Aunque seguro que algún voluntario aparecía por ahí...
Estas ideas son impensables en un país como este que solo piensa en toros y fútbol y donde el dinero se lo reparten entre cuatro bastardos (con perdón del ruiseñor, el andarríos...etc). Todo lo poco que se ha invertido en las últimas dos décadas en materia ecológica solo ha servido para que los pseudopolíticos (no cualificados) se hicieran la foto de rigor el día de la inauguración de tal centro de interpretación, de tal recuperación de un charco o de tal anillamiento de un águila imperial o marcaje de un lince ibérico. El resto de la pasta se la han llevado en crudo y, no contentos con eso, han puesto "a dedo" a su cuñada, su sobrino o su tío a dirigir el cotarro en forma de "técnicos" que, además, no tienen ni idea de la realidad medioambiental del lugar donde los ha puesto su papá, su hermano o su tío. Dejémoslo que me caliento y, que conste, que no tengo que referirme a Villafáfila concretamente, hay ejemplos en toda España (la de la pandereta).
J.M. San Román (biólogo de la Reserva y anillador) y J.A. Casado Coco (biólogo y anillador también), son los encargados de dirigir estas jornadas de anillamiento, ayudados por personal de la Reserva Natural y otra gente que viene de alguna universidad. De vez en cuando me avisan y acudo, más que a ayudarles, a aprender de ellos. La jornada ha ido bastante bien, capturando muchos pájaros aunque no demasiadas especies, al menos, el rato que estuve yo, desde las 09:00 hasta las 12:00. Ha habido dos estrellas entre ellos, un precioso pechiazul adulto y un torcecuello. Deciros que, hace una semana, anillaron un torcecuello con anilla sueca y una buscarla pintoja, muy interesantes ambas citas para la provincia. Voy a poneros, como mínimo, una foto de cada una de las especies que se capturaron mientras estuve yo.
La primera, la estrella de la mañana, este bonito pechiazul.
Y el segundo pájaro más guapo de la mañana, un torcecuello.
Bonito también este ejemplar de curruca zarcera.
Un par de ruiseñores comunes también cayeron en las redes.
Y su primo pequeño, aunque no tienen mucho que ver el uno con el otro salvo el nombre, el ruiseñor bastardo.
Varios carriceros comunes también fueron protagonistas.
Y varios petirrojos también, parientes del pechiazul.
Y los dos más abundantes del paso postnupcial castellano, el papamoscas cerrojillo (primero) y el mosquitero musical (segundo).
Pero, antes de ir a la Casa del Parque, visita rápida a la Salina Grande a comprobar si seguía el correlimos pectoral que estaba, al menos, hasta ayer.
Pude verlo a primerísima hora, nada más llegar. Luego pegó un vuelo y desapareció pero antes pude hacerle unas fotos ultramega testimoniales. Desde luego nunca pondría fotos como estas aquí, si no fuera por la importancia de la observación. Recordemos, 2ª cita para Zamora.
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