lunes, 1 de abril de 2013

01/04/2013. Tiempo de anfibios

Hemos pasado por dos años, aproximadamente, de una acuciante sequía en nuestro país a nivel general y en esta zona de España en particular. Todos nos hemos quejado de lo seco del paisaje, los arroyos sin agua durante más de un año, laguna vacías, embalses bajo mínimos, campos sin flores en primavera, polvo constante en el ambiente y calor fuera de fecha... Pero, por suerte, todo esto se ha revertido aunque, como dice el refrán, "no siempre llueve a gusto de todos" y hay muchos que ya se quejan del mes de marzo que hemos pasado, el más lluvioso en décadas por aquí.
Pero nosotros, si tenemos falta de agua podemos suplirla con cierta facilidad en nuestro día a día. Si tenemos sed, abrimos el grifo o la botella. Si queremos bañarnos nos metemos en la ducha o en la bañera o, incluso, nos hacemos cientos de kilómetros (en nuestro caso desde aquí) hasta una playa. Pero pocas veces pensamos en todos los seres que, obligatoriamente, depende del agua sí o sí para sobrevivir y realizar varias de sus tareas vitales, no solo para beber o asearnos, como es nuestro caso.
Varios de estos grupos animales están tan ligados al agua que solo deciden moverse fuera de ella o desplazarse de un humedal a otro en noches como estas de la primavera incipiente, cuando la humedad es tan alta gracias a las incesantes lluvias y la temperatura ya va siendo suave durante toda la noche, gracias a los vientos de componente suroeste que se está manteniendo durante días y que hacen que las temperaturas nocturnas no bajen de los 7-9ºC.
Con estas condiciones, la pasada madrugada aproveché a prospectar varias zonas de la comarca toresana en busca de anfibios, y no se ha dado nada mal, observando 5 especies. A algunos sitios he llegado gracias a las indicaciones de un gran herpetólogo local, Abel Bermejo, al que podéis seguir en su blog. Es un lujo, la verdad, tener tantos aficionados a varias disciplinas diferentes de la biología en una provincia tan pequeña como esta.
La especie que más he registrado la pasada noche ha sido el sapo corredor ya que, junto con la rana común, es el anfibio más abundante y mejor distribuído de la provincia de Zamora. Eso sí, la mayoría de las observaciones han sido de ejemplares atropellados en la carretera, lugares por los que transitan estos días en busca de frezaderos en forma de pequeños charcos, fuentes, cunetas inundadas, pilones, abrevaderos de ganado o cualquier zona acuática que cumpla unos mínimos donde un macho y una hembra puedan realizar su puesta. Aún así, habré visto cerca de la cincuentena de ejemplares en total, en términos municipales de Toro, Villavendimio, Peleagonzalo, Valdefinjas, Fresno de la Ribera, Matilla la Seca y Pozoantiguo. Dejo un par de fotos de esta especie.


De las otras 4 especies que observé, solo lo hice de un ejemplar cada uno en tres de ellas. La otra fueron unos renacuajos de sapo partero común en una fuente tradicional de una localidad cercana a Toro, pero solo  4 ejs.
Del resto, la que más ilusión me hizo fue un gallipato, en la carretera que une Fresno de la Ribera con Matilla  la Seca. Hacía ya muchos años que no podía disfrutar de este urodelo, uno de mis favoritos y al que más cariño le tengo de todos. Es una especie con la que he convivido desde pequeño ya que en el pueblo de mi madre era relativamente común en pozos, lagunajos y otras superficies acuáticas. Incluso en el pilón de la huerta de mi abuelo los teníamos. La provincia de Zamora está en el límite norte de su distribución mundial (Península Ibérica y noroeste de Marruecos) y, además, se encuentra bien representado.

Otro anfibio curioso y que podemos observar con relativa facilidad en la provincia de Zamora es el sapo de espuelas, aunque ayer solo vi uno. A este anfibio se le conoce más por ser el más grande de todos los renacuajos que por su estado de adulto, cuando se vuelve más difícil de detectar.

Y el conocido por todos, sapo común, que aquí es mucho más escaso que el sapo corredor. No voy a contar nada que no conozcáis ya sobre este animal rodeado de mitos y leyendas (todas y cada de ellas falsas) y que le cuesta a la especie miles de víctimas al año en un país tan retrasado y con una cultura ecológica en pañales como este nuestro. Para mi es un animal bellísimo y siempre es un gustazo encontrarse con uno. Además, no hay dos iguales (...o yo veo muy pocos). Para muestra, la foto del de anoche.
Recordemos que todos y cada uno de estos animales son muy, muy vulnerables. Los anfibios son los seres que más están sufriendo las consecuencias del maltrato al que sometemos nuestros campos. Ellos sufren por los herbicidas que esparcimos por los cultivos, las cunetas y, en las fuentes, por la manía que tienen la mayoría de los agricultores de lavar allí sus cubas después de sulfatar algo y que, RECUERDO, está totalmente prohibido y acarrea graves sanciones económicas.
Además sufren por la pérdida y destrucción de una atmósfera limpia y equilibrada ya que ellos son especialmente sensibles al respirar también a través de su piel.
En las últimas décadas han aparecido una serie de plagas en forma de hongos que están acabando con ellos y dejándonos sin sapos, ranas y tritones en nuestros campos.
También quiero recordar que estos animales se alimentan de invertebrados (insectos y "bichos") y que, muchos de ellos, son supuestos enemigos de la agricultura así que, SEÑOR AGRICULTOR, cada vez que mata un sapo con su azada o atropella uno con su coche a posta, está tirando piedras contra su propio tejado ya que ese sapo, si lo dejara vivir, se alimentaría de decenas de miles de invertebrados dañinos para sus cultivos. Son un insecticida natural muy eficaz y, además, gratuito.
Y, por último, estas especies están todas protegidas por la Ley. Matarlas, capturarlas (vivas o sus restos) o maltratarlas está penado con gravísimas sanciones. No se pueden manipular sin un permiso especial que concede la Administración.
Así que ahí los tenemos para buscarlos, observarlos y aprender de ellos, no para obligarlos a desaparecer.

1 comentario:

  1. Interesante y buena consejera crónica de los cada vez más escasos anfibios de nuestras tierras.
    A ver si es posible que entendamos que la naturaleza se regula por si sola y, cuanto menor sea la intervención de la mano del hombre, mejor para todos.
    Un saludo de 'ojolince y sra.' desde Pucela.

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