Mis planes para el día de hoy eran añadir unas cuantas especies para mi lista de la competición Big Year en la que, como ya he dicho varias veces, compito en la modalidad de local patch. Voy un poquito retrasado con las estivales por lo que debo darles caña durante las próximas dos semanas, antes de que dejen de cantar y se pongan a criar lo que hará, para algunas, que su localización sea más complicada.
Pero estos planes cambiaron cuando dos amigos gallegos me dijeron que estarían de visita por Villafáfila en la mañana de hoy, con la intención de ver alguna de las cositas de interés que tenemos por aquí ahora, sobre todo cernícalos patirrojos y correlimos de Temminck. Para colmo, Cristian lleva dos días observando un elanio común justo en los límites de la Reserva y este año los elanios se han puesto muy caros. Supongo que la ausencia de topillos tendrá algo que ver. No quiero perdérmelo porque podría ser el único que vea este año, así que había que compaginarse.
A primera hora en busca del elanio, después a las riberas del Esla en Bretocino a ver si saco las especies que tengo en mente y, luego, visita a Villafáfila para acompañar a Richi y Toñito un ratín. Pero, la cosa se fue torciendo...
El elanio no apareció y, aunque disfruté con currucas mirlonas, escribanos soteños, ruiseñores comunes, milanos negros y otros habitantes del encinar, no tardé en tomar dirección Bretocino. Aquí tenía, principalmente, dos objetivos: oropéndola y zarcero común. Lo de la oropéndola fue a los 20 segundos de bajarme del coche. A continuación, el potente reclamo del torcecuello salió de lo más profundo del soto inesperadamente... ¡no lo tenía aún en la lista! El zarcero común tuve que buscarlo pero no tardó en aparecer. Por el medio, más escribanos soteños, bisbita arbóreo, carricero común, colirrojo tizón, estornino negro, pito real, un somormujo lavanco en el río, 26 gaviotas reidoras río arriba y unos 120 cormoranes grandes río abajo. Los objetivos cumplidos así que me propuse irme a las linderas a por la cogujada montesina pensando que así me ahorraría una visita exclusiva para ella.
Pero en esto me llega un WhatsApp de Richi diciéndome que han visto un cernícalo patirrojo pero.. ¡una hembra de 2ºcy.! Estamos hablando del cuarto patirrojo que se ve en Villafáfila este año... Se acabó lo que se daba, una vuelta rápida a todo el soto por si algo se me escapa y para Villafáfila... Total, ya tenía tres especies nuevas para mi lista que, sumadas a una tórtola europea que vi a primera hora camino del elanio, hacían cuatro. A estas alturas es un buen número para una jornada.
Cuando llego, desde luego, no queda ni rastro de la pequeña rapaz y tengo que conformarme con ver las fotos en la pantalla de la cámara de Toñito. Charlamos un rato y vamos al punto donde hemos venido observando los Temminck los últimos días que, al igual que hizo el elanio a primera hora, también fallan.
Según me han contado hoy mismo este lugar, que es de fácil acceso, ha venido sufriendo molestias, los últimos días, por parte de uno o varios fotógrafos que no tienen bastante con disfrutar de la observación de las aves y con llevarse una foto de recuerdo de la mejor calidad posible que permitan el lugar y el momento. Esta gente, o esta persona en concreto, se ha presentado en el lugar haciendo gala del más absoluto desconocimiento de la mínima ética y sentido común que deben imperar en el respeto a todo lo que comparte naturaleza con nosotros. Siempre he dicho que gente como esta (hay fotógrafos que sí que tienen en cuenta estos aspectos, la mayoría espero) me parecen gente con complejos que buscan en conseguir y exhibir la mejor foto posible, cueste lo que cueste, ese resquicio de vitalidad que les faltan en el resto de aspectos de sus vidas.
Ornitológicamente el rato con Toñito y Richi fue más de charla y risas que de prospección y observación así que, consecuentemente, no tengo mucho que contaros. Siguen un grupo de 9 correlimos tridáctilos en los lavajos junto al pueblo y, para pájaro guapo, guapo, este ejemplar de culebrera de, seguramente, 2ºcy. que estos días hace las delicias del personal, no solo por lo bonita que es sino, también, por lo bien que se porta. No es la primera vez que muestro aquí mi devoción por esta magnífica rapaz.
Yo no tengo ni idea de hacer fotos y mirar lo que me ha salido, así que imaginaros la distancia y la confianza del pájaro. Le dedico estas tomas a el/los imbécil/les que no les importa conseguir una buena foto sin justificación, a costa de lo que sea y de quien sea: saltándose las normas éticas y legales, engañando, mintiendo, depredando, molestando, etc.
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