martes, 28 de enero de 2014

27/01/2014. P.N. Arribes del Duero

Aunque su nombre oficial es P.N. Arribes del Duero, de un tiempo a esta parte prefiero usar el término de Las Arribas, que es el original de la tierra. De hecho, el apellido Arribas es muy común en toda la provincia de Zamora y, sobre todo, en pueblos de las comarcas enmarcadas en esa zona: Sayago, Tierra de Alba, Aliste y Tierra del Pan.
El día ha estado de perros y no solo porque Muma se viniera conmigo. Un viento fuerte, a ratos tremendo, del noroeste, cielo muy cerrado y lluvias intermitentes, han hecho que la jornada no haya sido para recordar. Aún así, iba a ser uno de los mejores días de la semana en lo climatológico, por lo que había que aprovecharlo. Pocas pretensiones ornitológicas salvo la de buscar un águila imperial vista por Maribel Martín y Alfredo Hernández el día anterior. No lo he conseguido.
Muma en el paraje de La Cicutina, Fermoselle. Hembra de PDAE de casi 7 años de edad. ¡Mi perrucha!

He recorrido la cuenca de tres grandes ríos que surcan mi provincia y que son los que forman el Parque Natural: Duero, Tormes y Esla.
Empecé la mañana en donde el Duero pasa de la suave llanura mesetaria a encajonarse en la ruda piedra granítica. Ya se viene encajando desde Zamora capital pero, a partir de San Román de los Infantes y Pereruela comienza a hundirse en una enorme cicatriz en la roca. 
En esta foto ya ni se le ve pero os prometo que va entre los cortados.

Pocos pájaros aquí debido al fuerte viento. Solo un joven águila real me hizo musitar una sonrisa a pesar del frío. También, gracias a la magia de participar en el Big Year, uno siente una alegría desmesurada al ver especies comunes que llevarse a la lista, como fueron aquí el avión roquero y el escribano montesino.
El Duero no volvería a verlo hasta mediodía, cuando dejé Sayago por el paso tradicional para hacerlo hacia las tierras de Alba y Aliste, el puente de Requejo, también conocido como "puente de Pino". Une los municipios de Villadepera (orilla sur) con Pino del Oro (orilla norte). Es un puente metálico magnífico, construido en 1914 y con una caída de 90 metros sobre el río. Si queréis saber algo más, pinchad aquí.

El Duero aquí, va ya muy profundo.

El segundo río del día ha sido el Tormes que hace de frontera natural entre las provincias de Salamanca y Zamora. En el paraje conocido como La Cicutina, en Fermoselle, cada orilla pertenece a una provincia. En esta foto estoy bajo el puente conocido por ese nombre y que une las dos orillas. Estas son las vistas que tenía mientras comía. Yo estoy en Zamora y lo de enfrente es Salamanca. Aquí el Tormes está a punto de entrar en Portugal. Los alisos jalonan sus orillas y la calma en lo más profundo de la garganta es total. Es el único lugar donde el viento era soportable.
Esos alisos me proporcionaron la observación de lúganos, nueva especie para mi BY.

Pero unos pocos centenares de metros antes de este remanso del puente, el Tormes viene bravo, cayendo por un estrecho cañón de altas paredes de granito. Por las pendientes bajan arroyos que, este año tan lluvioso, decoran las vistas y los sonidos del arribanzo.
Este es uno de esos arroyos que este año lucen especialmente espectaculares.

En lo ornitológico, aquí, lo típico. Muchos buitres leonados y tres águilas reales juntas, la pareja de adultos y un ejemplar subadulto al que daban bastante caña. En la foto, un miembro de la pareja.

También se dejó ver un azor adulto, en una columna como si fuera una rapaz planeadora, aunque mucho más alto que el resto.

Los pájaros pequeños estuvieron ausentes todo el día, debido al fuerte viento. Solo aquí, en La Cicutina, al estar más resguardado, fue donde pude disfrutarlos. Como, por ejemplo, este mito que pertenecía a un pequeño grupo.

La Cicutina es la caída del Tormes desde el embalse de La Almendra y su tremenda presa. Aquí también hice una parada anterior y vi poca chicha. En lo alto de la presa el viento llegaba a moverme y, los que me conocéis, ya sabéis como es mi constitución física...
Estaba uno de los halcones peregrinos adultos en la caja nido que fue instalada en medio de la presa por los voluntarios de SEO/Salamanca.
En el agua del embalse y pegados a la presa, dos solitarios somormujos lavancos...


Y el tercer río del día, el Esla. En este espacio habréis visto muchas veces entradas sobre el embalse de Ricobayo, sobre todo, en los años 2011 y 2012, cuando más lo frecuenté, desde mi regreso a Zamora. Es un embalse grande que tiene su cola allá por tierras de Tábara, y una orientación norte-sur. Bueno pues, su presa, es la que da nombre a este embalse al estar situada en la localidad de Ricobayo de Alba, pueblo que no sería más que otro olvidado (por desgracia) si no fuera por la central hidroeléctrica.
Aquí existe un importante dormidero de cormoranes grandes y garzas, de los más numerosos de la provincia. 
En la imagen, el Esla una vez que ha salvado la presa. A la derecha, se ve el dormidero de cormoranes. Desde aquí, también pude ver una nutria.

Me recuerda a una colonia de cría de aves marinas. Estimé unos 200 ejs, más unas 20 garzas reales.


En el rato que estuve aquí llegaron gaviotas, concretamente, unas 120 reidoras y unas 20 sombrías. Todas estas pasan el día en el CTRU de Zamora, alimentándose.
Después del vistazo desde la presa, me acerqué a la cercana localidad de Muelas del Pan, la orilla de enfrente, para acercarme al "mirador del puente" y echar un ojo al embalse desde aquí.
Descubrí una balsa de gaviotas de 187 reidoras, 21 sombrías y 1 cabecinegra de 2ºcy. Estaban bastante lejos pero, con la luz a favor que tenía en ese momento, se veían bastante bien. Lástima que mirar por el telescopio era un suplicio por el fuerte viento.

A ratos llovía y, cuando se juntaron el agua y el sol, se formó este bonito arco iris que casi justo nacía en mi posición. Imagen ideal para despedir la tarde y la jornada. A casa a meterme debajo de la manta...

sábado, 25 de enero de 2014

Libro: "El lobo en la llanura castellana"

Hace justo un año que veía la luz una de esas obras de autor que tanto me gustan titulada "El lobo en la llanura castellana", de Juan Luis Ortega Herranz. Fue publicado gracias a la ayuda de ACENVA (Asociación para la Conservación y Estudio de la Naturaleza en Valladolid).
Es un pequeño libro de 144 páginas repletas de conocimientos sobre los últimos lobos ibéricos que ocupan la parte central de la meseta castellana, fundamentalmente, en Valladolid, Palencia y Zamora. 
Creo que no puede haber mejor regalo, para el lector y el aficionado a la naturaleza, que un libro escrito por una persona que ha dedicado tanto tiempo a una especie concreta. Este no es un trabajo hecho por un grupo de técnicos pagados por una entidad gubernamental. Es un libro hecho desde el amor y la pasión hacia un animal y con los conocimientos adquiridos durante muchos años de seguimientos y observaciones directas. Creo que no puede haber mejor información para aprender sobre algo que lo hecho por los naturalistas "de base, afición y pasión". 
Sin dejar de lado los tecnicismos pero sin abusar de ellos, el autor nos introduce en la vida de los lobos que habitan la llanura cerealista de Castilla y León a través de su experiencia personal. Además está escrito en un estilo muy ameno que rebosa de pasión por la especie y la zona. Está plagado de fotos de animales en libertad. Esto último, a mi juicio, enriquece enormemente la obra y la hace merecedora de alago solo por este hecho. Las imágenes son calcos de las escenas en como se ven los lobos en esta comarca: un ejemplar en el borde de un maizal, una camada junto al abrigo de un regato, un lobazo sorprendido en medio de un páramo, la carrera furtiva sobre el rastrojo agostado del verano, la silueta recortada sobre el amplio y limpio horizonte, la sorpresa nocturna de la manada en mitad de un camino de concentración... Todas son situaciones furtivas en las que, los que vivimos aquí, nos encontramos a nuestro querido lobo ibérico de vez en cuando. Por si fuera poco, el libro está ilustrado también por bellos dibujos de Antonio Martínez Ruiz.
En cuanto a la estructura de la obra se divide en los siguientes capítulos:
- Prólogo.
- Introducción.
- La llanura castellana. Descripción del territorio. Clima y vegetación.
- Generalidades.
- Aproximación a las costumbres del lobo.
- Reproducción.
- Alimentación.
- Relaciones intra e interespecíficas del lobo.
- Evolución de las poblaciones. Población actual en la llanura castellana.
- Mortandad.
- Amenazas.
- El futuro del lobo.
- Epílogo.
- Apéndice fotográfico. Las tierras del lobo.
- "El romance la la loba parda".
- Bibliografía.


En estos siguientes enlaces tenéis más comentarios sobre esta joya de libro:
- "Alas, patas y plantas", de Álvaro Martín.
- "Amigo lobo", del especialista Carlos Sanz.
- "Vultour", de Miguel Pascual Sacristán y Juan Matute.

Y un último detalle técnico. El libro esta impreso sobre papel reciclado en su totalidad.
Acabo con una frase del autor que abre libro:
"Toparse con un grupo de lobos,
campeando por los solitarios y altos páramos
de Castilla una gélida alborada invernal, es lo más cerca que
estaremos nunca de retroceder miles de años atrás,
cuando hombres y animales convivían en un mismo espacio,
salvaje e infinito."
Gracias, Juan Luis Ortega, por esta joya de libro...
(No conozco al autor de nada pero a cada uno lo suyo).

miércoles, 22 de enero de 2014

20/01/2014. Un piquicorto


Nueva  visita a Villafáfila en busca de especies que añadir a estas primeras semanas de Big Year. No me obsesiono demasiado pero quiero liquidarme las especies más raras y las invernantes más escasas que tenemos ahora mismo en la provincia y que, al fin al cabo, son las que suman al final.
El pasado día 10, José Barrueso localizó 4 ánsares piquicortos en el entorno de la Salina Grande y, desde ese día, varios han sido los afortunados que han podido verlos salvo yo, hasta hoy. No he podido ver a los 4, solo a uno de ellos. Pero he tenido la fortuna de encontrármelo a una distancia relativamente cercana para lo que se estila aquí y, además, en un momento de calma en el que he podido escuchar con claridad su reclamo, sin estar inmerso en un gran grupo de gansos. Ese ha sido mi aprendizaje de hoy, entre otras cosas...
El reclamo del ánsar piquicorto es fácilmente identificable respecto al más numeroso ánsar común. El problema es que al ser de un tono más bajo, cuando están entre ellos, es imposible oírlo. Hoy, en el silencio del mediodía he podido disfrutar unos minutos de ello. El pájaro estaba en compañía de un pequeño grupo de ánsares comunes y se le notaba nervioso. Tanto que, a los 15 minutos, ha emprendido el vuelo él solo dirigiéndose a un punto muy concreto de la Salina donde, apuesto lo que sea, estaban los otros 3 piquicortos que faltaban.
A pesar de todos los piquicortos que he visto en mi vida (y han sido unos cuantos) nunca había tenido la oportunidad de escuchar su reclamo con claridad. Siempre una leve intuición entre el griterío de los comunes pero nunca nada tan claro como hoy.
Las fotos están hechas a unos 250 metros pero, creo, sirven para identificarlo perfectamente.




El segundo pájaro de la jornada que más me ha prestado ha sido un joven halcón peregrino al que me he encontrado en las inmediaciones de la laguna de Barillos. Se ha dejado arrimar bastante con el coche, hasta unos 100 metros aproximadamente, lo que me ha permitido observarlo bien y disfrutarlo. Ha aguantado unos 10 minutos.
Es un halcón grande (se me levantó de una cuneta antes de que se posara donde lo véis ahora), muy corpulento y de alas muy largas y anchas. En mi opinión es una hembra.
Rápidamente me llamó la atención porque no concordaba con la imagen que tengo en mi cabeza de un joven halcón peregrino, aunque mi experiencia no es demasiado extensa. Es probable que, en mi vida, tengas más horas acumuladas observando piquicortos que halcones... Pero de un tiempo a esta parte, mi interés por las rapaces va aumentando y voy estudiando y leyendo cosas.
En fin. Todos sabemos que durante el invierno, en la península, recibimos halcones procedentes del centro y el norte de Europa. Su nombre "peregrino" le vendrá por algo. En Europa tenemos dos subespecies que utilizan la península como zona de paso o invernada: F. peregrinus peregrinus y F. peregrinus calidus. Mientras, la subespecie circunscrita al sur de Europa y más concretamente al área mediterránea es el F. peregrinus brookei.
Separar estas tres subespecies es muy difícil en la mayoría de los casos en una observación como la mía, corta y con un observador con poca experiencia. Pero con las fotos que tomé puedo intentar sacar alguna conclusión.
Para mi, el pájaro de la foto es un halcón del norte de Europa por las siguientes características: gran tamaño, proyección primaria muy larga rebasando claramente la proyección caudal, alas muy anchas en la base, mejillas blancas, ceja patente, bigotera estrecha, frente clara y ancha de color crema, fondo del plumaje de pecho y partes inferiores blanco, nuca clarita y moteado de los flancos muy tosco. Seguramente nunca podré separar peregrinus de calidus pero de lo que sí creo que no hay duda, es de que sea un brookei de los nuestros. Un halcón español juvenil debería presentar (siempre en un tipo estándar): tamaño más pequeño, menos corpulento y más ligero, de alas más estrechas, proyección primaria igual o menor que la proyección caudal, mejillas crema/ocres, bigotera ancha, frente estrecha lo que le da una sensación de ser más encapuchado, fondo de plumaje crema/ocre y barrado más fino en los flancos.
Para calidus, por ejemplo, falla la coloración del dorso y plumas alares que debería ser marrón "cálido" (de ahí su nombre, supongo) en vez de pizarroso, como este. Pero, en todas las subespecies, hay mucha variabilidad.
Pero bueno, esto son conjeturas a partir de mi observación y las fotos que véis a continuación. Me gustaría saber más opiniones.





Siguiendo con las observaciones de interés: en la Salina Grande había 3 avocetas, que son las primeras que veo este año. En Otero, hay 3 cernícalos primillas invernantes. Esta especie estival está comenzando a ser de presencia anual todos los inviernos aunque en números que, hasta ahora, no pasaban de 1-2 ejemplares. En la imagen, uno de ellos.

Y un águila real subadulta atemorizando todo lo que había en una de las lagunas a mediodía. Es la única rapaz que es capaz de levantar todo lo presente, incluidos los gansos.

Y Fonsito en su residencia de invierno.

Así lucían las montañas del noroeste provincial desde mi posición, de punta a punta de la provincia. Los últimos días ha caído mucha nieve en la zona. Tendremos una buena primavera...

Para el Big Year sumé 4 especies: avoceta común, calandria común, ánsar piquicorto y águila real.

lunes, 20 de enero de 2014

18/01/2014. Alrededores de Zamora capital

El pasado día 18, aprovechando una visita familiar a Zamora, me escapé un ratito después de comer por varios puntos de los alrededores de la capital, históricos para los pajareros locales, y que podrían darme varias especies para este Big Year recién comenzado. Tengo la intención de hacer todas las invernantes y comunes que pueda para dejar lo más libre posible el próximo invierno.
Así, en un día predominantemente nublado y con algún ratín de sol, hice mi primera parada en el C.T.R.U. de la capital. Mi intención era la de mirar gaviotas pero, a esas horas ya, la mayoría han puesto rumo a sus dormideros en el río Esla. Solo vi unas 60 reidoras y 2 sombrías adultas.  A las que sí pille fue a las cigüeñas blancas, estimando unos 500 ejs. También se movían por allí un buen grupo de unas 50 grajillas. El número de lavanderas blancas aquí es importante también y el porcentaje de ejemplares de la subespecie inglesa (yarrellii) debe ser el mayor de la provincia. Este año que es bueno para este pájaro, especialmente.
Las garcillas bueyeras y los numerosos milanos reales completaban la "postal basuril".
Unas fotos de cigüeñas.




 ¡Dónde se habría metido esta para ponerse así!

De aquí me marché al azud de Judíez, en la cercana localidad de Pereruela. Es un pequeño embalse formado por el arroyo Campeán, entrada a la comarca de Sayago. Aquí, lo mejor, fue un águila perdicera de 3º año que me recibió nada más llegar, primero con un corto vuelo y luego posada en una peña al fondo del azud. Hostigada por un ratonero y dos cornejas, dejó el lugar enseguida.
De anátidas, la mayoría eran azulones, unos 150 ejs. pero, entre ellos, descubrí 3 silbones y 5 cercetas comunes.
La tercera y última parada de la tarde la haría a orillas del Duero, en el barrio de Olivares de la capital. Aquí eran varios los objetivos a buscar, destacando dos, un avetorillo invernante que tenemos aquí (controlado por Alfredo Hernández desde hace semanas) y los pájaros moscones. Tuve suerte con ellos pues vi al primero y me entretuve mucho con los segundos que me brindaron grandes momentos entre el carrizal llegando, incluso, a dejarse hacer fotos. Estaba nublado y ya había poca luz pero algo les hice. Como no los había sacado nunca en este espacio aún, pongo una buena remesa de fotos.




Me encantan. Yo que soy aficionado a los comics, sobre todo al mundo Marvel, el pájaro moscón me recuerda a un pequeño superhéroe con ese antifaz.

En esta foto, compartiendo espacio dos moscones con un herrerillo común.

Aquí, macho (atrás) y hembra (delante). Fijaros en la diferencia de amplitud del antifaz.

Y fotografiando moscones, encontré a este escribano palustre.

Allí también me anoté para el BY a la lavandera cascadeña. 
En la desembocadura del arroyo Valderrey estaba este cormorán grande pescando alburnos. Es curioso como se adaptan los animales a las circunstancias. Como aquí pescaba con facilidad, le daba lo mismo tenerme a 3 metros cuando son aves muy, muy esquivas aquí.
Pescaba en un pequeño claro entre el carrizo, lleno de basura, eso sí.


Según la formulación general, atendiendo al ángulo que forman la línea de la comisura de la boca con el borde gular, este cormorán pertenecería a la subespecie sinensis ya que, este ángulo, parece que es cercano a los 90º. Solo en ocasiones en que los vemos muy cerca, y eso aquí ocurre pocas veces, podremos separar las subespecies con ciertas garantías.

Os dejo un esquema que he encontrado por la red. Esta formulación parece estar reconocida.

Y uno de los múltiples azulones que pueblan el Duero a su paso por Zamora.
Total este día, 7 especies nuevas para el año.

sábado, 18 de enero de 2014

17/01/2014. Pechiazules invernantes

Hoy maté la tarde en una zona de graveras entre Toro y Zamora, pertenecientes al t.m. de Coreses. Ya he contado algo sobre ellas en este blog anteriormente.
No tenía más intención que la de dar un paseo, contar acuáticas (no se si los encargados censaran esta zona para el nacional) y anotarme alguna especie para el Big Year.
Pero el campo siempre da sorpresas y, a parte de las 6 aves nuevas para mi lista que me he traído para casa, he tenido dos observaciones de interés. La más prestosa de todas, a mi juicio, es la observación de 3 pechiazules. En Zamora tenemos muy poquitas citas de esta especie en pleno invierno. Hablando de memoria, yo recuerdo dos anteriores a esta. Pero es que, además, la cosa tiene anécdota. Un rato antes de mi observación Manuel Rodríguez comunica, a través del grupo de WhatsApp provincial, que estaba viendo un pechiazul en la laguna de El Tejar, en Tagarabuena. Todos le damos la enhorabuena por tan buena observación y, curiosamente, una hora después yo vería tres ejemplares juntos. Resumiendo, de tener solo un par de observaciones anteriores, hoy hemos visto 4 ejs. entre dos personas.
Yo, incluso, conseguí una foto testimonial de uno de ellos, a pesar de lo escasa que era la luz ya.

La otra observación interesante de la jornada ha sido el número de porrones moñudos. Es una especie habitual de estas graveras pero los 32 ejs. de hoy, suponen mi mayor registro aquí. Pienso que, en general, es una buena cifra para la provincia. Se suelen ver muy bien pero hoy estaban muy nerviosos. Ya me mosqueó no encontrármelos en su gravera habitual pero pronto entendí el motivo. Resulta que estaba ocupada por un grupo de jóvenes con piraguas, supongo, que de alguna de las escuelas zamoranas. No se si la actividad deportiva se ha regularizado para estas graveras pero me extraña ya que sigue habiendo carteles de "explotación minera". Si no ha sido así, estaban cometiendo una infracción además de poner en riesgo la vida de los chicos. Totalmente irresponsable por parte de la escuela y de los monitores. Trataré de informarme.
Dejo unas fotos del grupo.




Del resto de aves, muy flojo. Por poneros unos ejemplos, os diré que no vi ¡ni un azulón!. Solo un grupo de 8 ánades frisos, además de los porrones moñudos, representaban a las anátidas. Las fochas tampoco son tan abundantes como otros años, ni los zampullines comunes, ni los somormujos lavancos, de los que vi solo 2 ejs. Pero es que, además, solo había una garza real en todo el circuito que hice...
Grupo de frisos con fochas.


Para el Big Year, como os conté arriba, me anoté seis especies: zampullín común, escribano palustre, azor común, pechiazul, gorrión moruno y rascón europeo.
Acabo con un mapa donde he señalado todas las graveras que visité. Un invierno normal, el número de aves hubiera sido mucho mayor. Con la chinchetas rojas, las graveras donde estaban los porrones (A) y los pechiazules (L).