lunes, 10 de febrero de 2014

09/02/2014. Otro elanio...y los topillos.

Ayer, bajo un intenso aguacero y en uno de los días más grises que recuerdo, descubrí un elanio nuevo no citado hasta ahora, en el término municipal de Morales de Toro. Se trataba de un ave de primer invierno (joven nacido la primavera pasada).
Se movía en un vallejo formado por el río Bajoz, cerca del límite con el término municipal de Casasola de Arión y, por lo tanto, de la vecina provincia de Valladolid. Tenía querencia por una ladera con almendros y lo vi atrapar algún topillo.

El elanio común es uno de los más feroces depredadores de este famoso roedor. Fomentar el cuidado y expansión de esta especie así como de otras especializadas en la captura de micromamíferos (ratones y afines) como el cernícalo vulgar, el aguilucho cenizo, la lechuza común, el búho campestre, el búho chico o el mochuelo común, es la mejor medida preventiva para evitar explosiones demográficas, las vulgarmente llamadas "plagas".
Durante las últimas semanas estamos asistiendo a un cruce de declaraciones entre las asociaciones de cazadores y las organizaciones agrarias y la Junta de Castilla y León por la medida que quiere tomar esta última de volver a llenar el campo con veneno, en esta ocasión con bromadiolona y, concretamente, con 180.000 kg.
Ya se utilizó este método hace pocos años, durante la última "plaga" y, en esa ocasión y a pesar de las advertencias de las entidades conservacionistas, asociaciones y diversas ONGs interesadas en el medio natural que avisaron de la catástrofe que supondría, los agricultores y ganaderos esparcieron el veneno a manos llenas, sin ningún tipo de control y auspiciados por la Junta. Por supuesto, el topillo descendió pero hubo una verdadera hecatombe de especies apreciadas por el otro gremio con poder en nuestros campos, los cazadores. Millones de liebres, conejos, perdices y otras especies codiciadas por este sector murieron junto a los topillos y, entonces, ahora sí era muy malo el veneno.
Ahora, las asociaciones de cazadores se ponen de parte de las asociaciones naturalistas (a las mismas que no hicieron caso en aquella ocasión) para pedir a la Junta de CyL que no reparta el veneno por nuestros campos. Además, culpan a la Junta de no haber tomado medidas de prevención contra el topillo campesino.
Bien, señores cazadores, agricultores, etc... La mejor medida preventiva que existe es volver al arado de vertedera. Volver a hacer zanjas de 30 cm de profundidad al voltear la tierra. Dejar de practicar la siembra directa. Dejar los campos tradicionalmente de secano, de secano, y no querer convertir en regadío lo imposible... Esa es la manera de que el topillo se mantenga a raya. Y, por supuesto, fomentar la presencia de sus principales depredadores en los campos de cultivo, mediante la implantación de cajas nido o teniendo cuidado durante las cosechas de no destruir nidos de aguilucho cenizo o búho campestre. O, algo más sencillo aún, clavando palos o postes de madera de entre 1,5 a 2,5 metros para facilitar el uso como posaderos a las rapaces. Aves especializadas en la captura de roedores de manera masiva: busardo ratonero, aguilucho cenizo, aguilucho pálido, elanio común, cernícalo vulgar, cernícalo primilla, lechuza común, mochuelo europeo, búho chico y búho campestre. ¡Contraten a cualquiera de ellos y obtendrán grandes resultados! Tampoco olvide que esa culebra bastarda o esa culebra de escalera a la que usted decapita sin piedad con la azada, tiene como base de su alimentación a estos roedores. No se alimentan en exclusiva de huevos y pollos de perdices y codornices como ustedes piensan.
Una de las rapaces nocturnas que he mencionado antes, la lechuza común. Solo un individuo de esta especie, come 1.000 (MIL) topillos en un año. Ahora imaginen una pareja con dos polladas al año (que pueden ser más durante un año de abundancia del roedor). A una media de 5/6 pollos por pollada... Estamos hablando que consumirían la friolera de 12.000 topillos!!! ¿Qué agricultor no querría tener una pareja de lechuza en su parcela? 
Pues hasta que a esta gente no se le meta esto en la cabeza, las explosiones demográficas de topillo seguirán siendo un problema cada pocos años. Esta es la mejor labor preventiva que se puede hacer y no la de quemar cunetas o esparcir veneno indiscriminadamente. Pero, comprendo, que esto es difícil de entender para gente (agricultores, ganaderos y cazadores mayormente) que piensa que los topillos fueron tirados en cajas de madera desde helicópteros por el antiguo ICONA para alimentar "a las águilas y las culebras", en fin... Les recomendaría que, antes de decir semejantes sandeces, se ilustraran un poco sobre la historia natural del Microtus arvalis en nuestro país.
También, me gustaría que la prensa de mi provincia y de mi región, tuvieran un poco más de imparcialidad a la hora de tratar el tema y que los periodistas que puntualmente trataran la noticia, se documentaran someramente antes de dejarse llevar, y poner al pie de la letra, los comentarios del campesino o el cazador indignado. Todavía estoy esperando más noticias a favor de las medidas de prevención no dañinas que, vuelvo a repetir, no son otras que la vuelta al cultivo tradicional y el fomento y cuidado de los depredadores especializados en la caza del topillo campesino.
Este precioso elanio joven, mantiene a raya a los roedores de su territorio.



Esta es su ladera favorita, salpicada de almendros. Para los que estáis pendientes de las fotos con la Lumix, el pájaro estaba posado en el último almendro de la hilera de arriba al fondo.

A última hora de la tarde me encontré, junto al nuevo puente del AVE (otro día hablaré de esta locura), a una garceta grande alimentándose también, precisamente, de topillos. Y es que las ardeidas (familia de las garzas) en general son unas buenas depredadores de este roedor. A esta le vi coger uno también y tragárselo en unos segundos. Es muy probable que sea la misma garceta que vi hace unos días un poco más aguas abajo.

El único rayo de sol de la tarde me pilló en Peleagonzalo y sirvió para ver nacer a este arco iris de una encina solitaria en medio de un maizal sin recoger (pero cuyo dueño habrá cobrado la subvención seguro...).

Si queréis colaborar con la recogida de firmas contra el vertido de veneno en nuestros campos por parte de la Junta de Castilla y León, podéis hacerlo pinchando el enlace: No llenen de veneno los campos de Castilla y León.

4 comentarios:

  1. Excelente exposición, Alfonso.
    No hay más sordo que el que no quiere oir, ni más ciego que el que no quiere ver. Y mucho de esto es lo que nos sucede hoy día en nuestro país.
    Un saludo de 'Ojolince y Sra.'

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  2. Firmado. Gracias por recordarlo porque hace unos días lo intente firmar y no pude y casi se me olvida. ¡Magnífico artículo!

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  3. El sentido común debería imponerse, tu entrada va en ese sentido. Lástima que se abandone la lógica y se hagan actuaciones de difícil justificación.
    Enhorabuena, es lo más sensato que he leído sobre el polémico tema de los topillos.

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