lunes, 13 de julio de 2015

Libélulas de interés en el valle de Valverde

El pasado 09 de julio, aprovechando una de mis estancias en el pueblico, salí por la mañana a campear acompañado de mi pequeño Diego y nuestra querida Muma. Mi intención era ir añadiendo especies de aves para el trabajo de campo del Atlas de Aves Reproductoras de España y, según fuera avanzando el calor de la mañana, dejar las aves y dedicar tiempo a mariposas y libélulas que, partir de las 12:00 h., cobraron un claro protagonismo.
Morales de Valverde se encuentra enclavado en el corazón de un valle que da nombre a la zona y apellido al pueblo y que, junto con otros valles vecinos como Vidriales, La Polvorosa y Tera, forman la comarca de Benavente y Los Valles, en el noreste de la provincia de Zamora. Es una cuenca atravesada principalmente por el río Castrón, sus afluentes y, además, por multitud de canales destinados para el regadío, muchos de ellos antiguos y hoy naturalizados. Por si fuera poco, este vallejo está rodeado por dos ríos de mayor entidad, el gran Esla y uno de sus afluentes importantes, el Tera. Esta riqueza hídrica hace que sea un lugar muy bueno para la observación de odonatos, acumulando muchas de las especies que pueden verse en la provincia de Zamora.
En esta mañana hice un listado de 8 especies, solo visitando zonas con corrientes y dejando de lado las charcas o lagunajos de aguas estancadas, donde podría haber encontrado especies diferentes. Entre esos 8 odonatos que pude identificar me gustaría destacar uno de ellos, Coenagrion caerulescens. Gracias al trabajo de compilación sobre este grupo de invertebrados que están realizando en la provincia Cristian Osorio y Víctor Salvador, hoy sabemos mucho sobre ellos. Según me comentan estos dos estudiosos de las libélulas y los caballitos del diablo, esta sería la primera cita documentada de esta especie para la provincia de Zamora  y, por lo tanto, la primera segura y fiable.
Los ejemplares los encontré en el arroyo Zamarrilla, junto al mismo pueblo, y en una cuneta inundada por las filtraciones de los canales de regadío y los excedentes del riego. Pude ver machos y hembras por separado, tándems, cópulas e, incluso, puestas. Esto nos asegura que hay una población estable aquí y que no provienen de algún lugar cercano, como hubiéramos podido pensar de haber visto un ejemplar solitario. Además, en los puntos donde los encontré, resultaban ser las libélulas más abundantes.
Según me comenta Víctor Salvador, hay una cita previa en julio de 1975, de un tal P. Jahn, en la UTM TM60 (Morales es la TM64) aunque no es muy fiable por lo visto. Esta cita fue publicada en Jödicke, R. (ed) 1996. Faunistic data of dragonflies from Spain. Advances in Odonatology, Suppl. 1: 155-189.
Macho adulto en una cuneta inundada, junto a una carretera, con presencia de juncos y material leñoso variado.

Macho adulto en el arroyo Zamarrilla, sobre vegetación herbácea.

Macho y hembra adultos en tándem sobre un junco en el agua.

Pero además de C. caerulescens anoté varias especies que se citaban por primera vez en esta cuadrícula, algo que nos ayudará a ir conociendo un poco mejor la distribución de nuestras especies de libélulas.
Quizá la segunda en interés sea Orthetrum coerulescens. Este odonato fue uno de los más escasos este día pero espero poder prospectar mejor el lugar durante las próximas jornadas. Para mi, es la primera vez que lo veía.
Macho adulto de O. coerulescens.

Muy parecida a la anterior pero, para mi, más vistosa es Orthetrum brunneum. Además resulta mucho más abundante en este punto. Vi machos y hembras. En la foto, uno de los primeros.

Una pequeña preciosidad y que también es común aquí, Ceriagrion tenellum. De estas pequeñas había machos, hembras, tándems y cópulas. Aquí un macho también.

La lista la completan: Enallagma cyathigerum, Sympetrum fonscolombii, Sympetrum striolatum y Anax imperator.
En la imagen una hembra de A. imperator ovopositando en el río Castrón.

Después de las zonas húmedas me dirigí al monte en busca de cunetas y praderas donde buscar mariposas. Aquí la lista fue mayor que la anterior, con 17 especies: Thymelicus sylvestris, Thymelicus lineola, Papilio machaon, Colias crocea, Pieris brassicae, Pieris rapae, Pontia daplidice, Argynnis pandora, Coenonympha pamphilus, Pyronia tithonus, Pyronia cecilia, Melanargia lachesis, Kanetisa circe, Satyrium esculi, Lycaena phlaeas, Aricia cramera y Polyommatus icarus.
Este es un ejemplar de S. esculi o querquera.

La más abundante de este día fue Pyronia tithonus o lobito agreste (me encanta el nombre común de este ninfálido).

Por cierto, de aves anoté 41 sps. que no está mal para no haberles prestado apenas atención. De lo más interesante fueron un par de parejas de golondrina dáurica, una de ellas con nido seguramente.
Fuera de los tres grupos animales tratados anteriormente también disfruté de algunas cosas espectaculares. Estos días tenemos explosión de escarabajos rinocerontes Oryctes nasicornis en el pueblo. No es difícil verlos por las noches a la luz de las farolas o, incluso, oír el impacto cuando caen contra el suelo. A uno de ellos lo sorprendí ya de mañana.

Y dos reptiles de ese día, un par de lagartos ocelados (1 adulto y 1 joven) y una preciosísima culebra de escalera adulta descubierta a la luz de una farola, por la noche, en el centro del pueblo. Seguramente que las casas vecinas están libres de ratas, ratones, topillos, cucarachas y otros seres odiados por el hombre. ¡Cuánto bien hacen los ofidios para nuestra especie! Por cierto, esta culebra es totalmente inofensiva, a pesar de su tamaño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario