Sigo sin poder disfrutar de este mes de septiembre, mes mágico para los pajareros, como correspondería. Debería revisar zonas húmedas en busca de novedades pero las obligaciones me mantienen en casa y no consigo sacar un rato para salir. Solo he podido buscar un poco en ratos libres del curro en mi zona habitual.
Actualmente estamos pasando lo que, en los últimos años, se denomina ciclogénesis explosiva. Tecnicismos (de los que yo no tengo ni idea) a parte es una consecuencia, un coletazo, de la tormenta tropical Henri que pasó sin daños a mediados de la semana pasada por las islas del Caribe, sobre todo por Bermuda, y la costa Este de EEUU. Nos está metiendo vientos del SW. Eso sí, potentes y sostenidos, lo que frenará mucho la migración que viene justo en sentido contrario. Hoy, día 16, ha sido la noche más fructífera en cuanto a lluvia y viento aquí y ayer, día 15, estuvo casi todo el día lloviendo pero sin viento reseñable hasta final de la tarde. Parece que para días venideros volveremos a tener una situación más o menos estable así que, quien pueda, que se tire al campo a disfrutar de las novedades porque alguno podría encontrarse con un tapón migratorio importante en algún sitio.
Lo más reseñable que he visto en estos días fue una garceta grande en una gravera inundada en término de Toro. Ya hacía meses que no veía una en la zona. Era un ejemplar juvenil.
En el mismo lugar había presencia de limícolas, con las tres especies habituales bien representadas: andarríos grande, andarríos chico y chorlitejo chico. La única novedad era un correlimos común juvenil, el de estas fotos lejanas.
Además, las 2 primeras cercetas comunes de la migración en la zona y 2 garcetas comunes cerca de la garceta grande. Una de ellas permanecía detrás de la vegetación ribereña.
Este día 14 era muy notable el paso de tarabilla norteña. En el Duero, en Timulos, se ha formado un grupo de 21 somormujos lavancos, uno de los registros más altos que tengo para este lugar.
Foto de la garceta común.
El día 07 disfruté de una acción de caza por parte de dos águilas calzadas sobre un cernícalo, probablemente cernícalo vulgar. Una de ellas lo atrapó en vuelo, cuando este despegó de una torreta eléctrica y lo llevó al suelo. Allí, la pequeña rapaz, se deshizo de su atacante y voló rasante sobre un barbecho pero el segundo ejemplar de águila se precipitó sobre él y, ahora sí, quedó a merced de la rapaz más grande. En mi vida no es la primera vez que veo depredar sobre cernícalos pero siempre es alucinante presenciar estas cosas en directo.
El día 15 pude hacer una visita rápida a las graveras de Coreses aunque no a todas y no de manera cómoda por la intensa lluvia. Lo mejor aquí fue poder comprobar la permanencia del macho adulto de pato colorado que descubrí a finales de agosto. En uno de los humedales había limícolas: aguja colinegra (1), correlimos común (1), agachadiza común (1), cigüeñuela común (1), andarríos grande (1), andarríos chico (2) y chorlitejo chico (+5).
Foto de la aguja. Es un juvenil.
De arriba a abajo: agachadiza común, cigüeñuela común y correlimos común.
En Coreses también vi un precioso azor juvenil que descansaba en un chopo, controlando las decenas de patos (azulones, frisos, cercetas comunes y cucharas) que se mueven por el lugar.
Y una nota trágica pero cuyo dato es de sumo interés. El día 07 me encontré a esta hembra de turón atropellada en el t.m. de Pinilla de Toro. Estaba justo sobre el pequeño puente sobre un arroyo. Estos regatos son mucho del gusto de este mustélido especializado en la caza de anfibios. Una pena pero, al menos, sobrevivirá el dato de su presencia en el lugar.
Beautiful bird/aves photos!
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