Ayer hice una visita continua, de mañana y tarde, a la R.N. Lagunas de Villafáfila. Sin objetivos concretos salvo buscar un halcón que se vio a principios de semana y que podría ser un halcón sacre pero del que hay bastantes dudas o yo, al menos, las tengo.
Gran parte del día tuve la compañía de amigos como Nuria Álvarez-Acevedo -con su pequeña Zarza- o Pepe San Román.
La Reserva vuelve a pasar por un momento duro de sequía para el mes del año en el que estamos. Apenas han caído aquí 5l. lo que es muy insuficiente para lo que necesitamos que llueva y que el lugar este, como mínimo, decente para albergar una invernada como cabría esperar -tendrían que caer un mínimo de 40-50l.-.
Se da la circunstancia además de que el primer censo de aves del invierno ha arrojado la cifra de 4.000 gansos. Este número es superior a lo que se venía registrando en estas fechas durante los últimos años. Parece ser que la cosa invernal se ha puesto dura en Escandinavia y empuja aves hacia el sur. Una pena que no tengamos agua para hacerles decidirse por invernar aquí.
Entre lo más interesante que he visto ha sido el número de tarros blancos. Conté todos los que me encontré -como siempre durante los últimos 6 inviernos-, dando una cifra final de 87 aves. Comparando esta cifra con los 5 últimos años en estas mismas fechas podemos ver que el tarro blanco no solo sigue cumpliendo sino que sigue aumentando su presencia en Villafáfila. Estos son mis números para mediados de noviembre: 64 ejs. (2011), 28 ejs. (2012), 78 ejs. (2013), 56 ejs. (2014) y 31 ejs. (2015). Y estos 87 individuos deberían ir a más pues el máximo de la invernada lo alcanzamos a partir de mediados de diciembre. Ayer había tarros blancos en los únicos puntos con agua: Salina Grande, Casa del Parque y laguna de San Pedro.
Sin duda la anátida más bonita de las que tenemos aquí.
En esta imagen se distinguen perfectamente dos aves adultas (izquierda y centro) y resto de aves de primer invierno.
Revisando bandos de gansos, tampoco tuve la fortuna de repasar muchos grupos salvo uno a primera hora, me encontré con un collar noruego. Según la base de datos de la Casa del Parque es su primera lectura aquí: B[LZ5]. Y, por cierto, el collar está puesto al revés; esto no afecta a la lectura de las dos letras pequeñas pero sí a la principal de la serie, la "L". Podéis verlo en la segunda foto.
Una de las noticias del día fue la aparición a primera hora de un dormidero importante de búhos campestres, con más de 20 ejs., en un lugar bastante accesible. Como me enteré cuando ya iba de camino decidí ponerlo en mi agenda del día. Cuando llegué al lugar había un coche con un fotógrafo cerca de allí y decidí pasar de largo, no sea que fuera a levantar la liebre y por mi culpa las aves sufrieran molestias. Soy consciente de que podría haber sido un fotógrafo con una ética exquisita pero son ya tantas decepciones que decidí dejarlo para más tarde.
Después de comer coincidimos con una persona y mis peores augurios se hicieron realidad. Este tipo, a pesar de venir de fuera, ya conocía la noticia del dormidero de aves y nos dijo que sobre las 12:00 h., es decir, una hora y pico después de haber estado yo solo y haber pasado de largo, había dos fotógrafos persiguiendo búhos en el lugar. Una vez más... ¡lamentable!
Nuria y yo pasamos por allí sobre las 16:00h. y solo pudimos ver un ave de las 20 que debía haber originalmente, la de la foto.
Además de 4000 ánsares, 1000 grullas, 87 tarros, y varios miles de otras anátidas (azulones, frisos, cucharas, cercetas comunes y silbones) pude ver otras cosas de interés. Limícolas por ejemplo (totales): combatiente (42), zarapito real (4), agachadiza común (21), correlimos común (28), aguja colinegra (5), andarríos grande (1) y avefrías europeas (+2000).
Y gaviotas: reidora (64) y sombría (3).
Una de las agachadizas en las lagunas de la Casa del Parque.
Además de las especies de anátidas citadas arriba, otras dos: porrón europeo (1) y porrón moñudo (12), números muy bajos.
Pareja de porrones moñudos.
Bonito macho de colirrojo tizón.
Un colega que me he echado las últimas visitas, un mochuelo europeo que vive en la Casa del Parque y que, desde hoy, bautizo como Pepe, en honor al biólogo del centro, amigo mío.
Un par de zampullines comunes.
Y en cuanto a espectáculos que ofrece Villafáfila en estas fechas está la entrada de gansos y grullas a la Salina Grande a última hora del día. El de ayer fue tremendo pues vivimos un gran momento para disfrutar de ambas especies. Eso sí ¡abríguense mucho!
Me resultó curioso que ayer había gente buscando el ánsar chico que empieza a hacerse famoso. A mi me parece muy bien que vengan a verlo pero no lo entiendo. Es una gallinica de Dios. El problema es que, como nos temíamos cuando apareció en la Casa del Parque en septiembre, sale a comer por los campos de alrededor con los ánsares salvajes y ahí viene el lío. Porta anilla de colección en la pata derecha y está muy cojo así que, por favor, cada vez que vengáis y lo veáis hacedlo saber, que no haya gente que se mete muchos kilómetros y luego se entera de que es un escape, como pasó ayer. Aquí lo tenéis.
Y ahora una de un cafre común Homo cafrensis. ¿Qué la Salina Grande está seca? ¡Pues ya tengo mi atajo para no rodearla! Este tipo pasó por mi lado y, después de haberse saltado dos "Prohibido el paso" fue a hacer lo propio con un tercero a la otra orilla... ¡lamentable! Y por lo visto es de Villafáfila, o sea, es de un pueblo cuyo nombre es conocido internacionalmente por, precisamente, lo que él no cuida ni respeta. Así demuestra él el orgullo que siente por su pueblo.
A última hora de la tarde dos personas y un perro hacían lo mismo pero andando. Creo que va siendo hora de que la Guardería tome cartas en el asunto y haga respetar las normas, ya no solo las mínimas sino las impuestas por la Administración. En 8 horas allí no me cruce ni un solo coche de los agentes. Ya no digo que tengan que vigilar cada camino que, al fin y al cabo, mientras no se salga de ellos no se produce demasiado daño en estas fechas pero lo de circular fuera de ellos cuando miles de aves catalogadas lo están usando y hay señales que lo prohíben... ¡en fin!
Hola Alfonso. Es increíble lo descerebradas que pueden ser ciertas personas ya sean los que persiguen una foto y hacen lo que sea por ella o los que, en teoría, deben de cuidar lo más importante de su pueblo. Siempre digo que el sentido común es el menos común de los sentidos y gente como esta lo demuestra con creces. Buena crónica. Un saludo.
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