El pasado día 11 de noviembre hicimos una nueva jornada de anillamiento durante este paso migratorio postnupcial de 2016 en Villafáfila -seguramente la última ya-.
Propusimos una jornada completa, desde el amanecer hasta el anochecer, con la esperanza de que la cosa estuviera bien pero no fue así. Seguramente ha habido una salida masiva de paseriformes hacia el sur después de los últimos días de inestabilidad atmosférica que había retenido cantidad de migrantes durante la semana antes.
Solo cogimos 24 aves en todo el día (¡!) de 5 especies diferentes, un bagaje pésimo para haber invertido tantas horas. Pero después de haber montado las redes y de que el día no estaba mal del todo (veníamos de anular varias jornadas por lluvia) aprovechamos todo lo que pudimos -además de meternos la ya tradicional comilona de nuestro grupo de anillamiento a base de tortillas de patata, de chorizo y de setas, empanadas, embutido zamorano, paté casero y vino de Toro-.
Estas fueron las cifras:
Herrerillo común: 7 ejs. (6 autocontroles).
Curruca capirotada: 1 ej.
Mosquitero común: 7 ejs.
Petirrojo europeo: 7 ejs. (1 autocontrol y 1 recaptura).
Ruiseñor bastardo: 2 ejs. (1 autocontrol).
Lo más interesante fue esa recaptura que, en realidad, es un autocontrol. Un petirrojo anillado el 31 de octubre de 2013 en este mismo lugar y del que no había noticias desde entonces hasta este 11 de noviembre de 2016.
Sin duda los mosquiteros comunes volvieron a ser los protagonistas. Es toda una odisea tenerlos en la mano pues estos mosquiteros de noviembre son diferentes entre ellos, no hay dos iguales. Fijaros en estos dos que podrían parecer especies completamente diferentes.
Petirrojo.
Curruca capirotada, la única de la jornada.
Ruiseñor bastardo, un clásico del lugar.
Y los entrañables herrerillos comunes.
La jornada fue fría a primera hora y tuvimos que soportar un gran rato de niebla pero siempre que se pueda hay que hacer el trabajo.
Lejos quedaron las jornadas de la primavera tardía y finales de verano cuando trabajamos al aire libre. Ahora hay que hacerlo refugiados en las instalaciones de la Casa del Parque de la Reserva Natural.
Pero esto nos permite hacerlo de cara al público algo que resulta muy didáctico para el profano que se acerca al mundo de las aves y sus migraciones.
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