Precisamente hacía pocos días que había visto un lobo cuando recibí un mail de Víctor J. Hernández con la propuesta. Se acababa el verano y comenzaba la estación mágica para mí. Resumiendo, en ese correo Víctor me pedía que escribiera un texto en el que contara mis sensaciones ante la observación de un lobo, mejor dicho, de la mejor observación de lobo que tuviera o una que me marcara. Enseguida me asaltaron dudas. ¿Por qué a mí?
Me contó que le interesaba mucho que escribiéramos rápido y por eso nos dio un plazo muy corto para prepararlo. Quería llevar al papel un texto lleno de emociones inmediatas, un texto a tope de sentimientos según iban brotando de nuestra cabeza. Le interesaba la explosividad del momento, como cuando te encuentras un lobo. Quería improvisación, como cuando aparece ante ti la figura del cánido sin esperarlo y no sabes que hacer para siquiera llamar su atención. Eso es lo que yo entendí que quería Víctor. Pero ¿por qué a mí?
Yo no soy una persona asociada al mundo lobero. Tengo un blog que lee mucha gente -cada día más, por cierto, así que gracias- pero en él nunca jamás publico mis observaciones de lobo. A pesar de que los veo con relativa frecuencia y he conseguido fotos de ellos, nunca habréis visto una sola imagen y mucho menos un solo dato propio de esta especie en este espacio. Además a mi me ponen más las plumas terciarias de una agujeta escolopácea que un lobo, por eso no he llegado a comprender como Víctor pensó en mí. Quizá el mero hecho de ser un naturalista zamorano, ejerciendo como tal en su tierra, fuera motivo suficiente para que él pensara: "¡este ve lobos aunque no quiera!".
Jamás he hecho una espera lobera, aunque me gustaría sí, pero lo voy dejando... Todos los lobos que he visto han aparecido en mi vida de manera fortuita mientras hacía otras cosas, normalmente observar aves. Pero tengo la suerte de vivir en la mejor tierra de lobos de toda Europa occidental por lo que es inevitable que nos tropecemos de vez en cuando. Eso no le resta valor, ni emoción, al momento en que me encuentro con uno de estos magníficos animales. El lobo tiene un algo indescriptible que lo hace diferente a cualquier otro animal que habita la Tierra. Ni siquiera leones, elefantes, tigres, jaguares u osos consiguen despertar la admiración, la imaginación, la literatura y, por desgracia también, el odio que desprende el lobo en la cultura popular.
En el tiempo pactado escribí mi capítulo y se lo entregué a Víctor. Desde ese momento estaba deseando ver el proyecto acabado y tenerlo entre mis manos. Algo que sucedió hace tan solo un par de semanas.
Ya lo he leído o, mejor dicho, releído varias veces pues algunos capítulos merecen más de una lectura. Creo que en la obra se capta lo que el editor ha buscado y es un libro lleno de sentimientos, emociones, momentos mágicos y que cada capítulo tiene su propia historia con su propia moraleja. Entre todos ellos aparece reflejada la biología del animal más mítico de la cultura humana casi a la perfección. En "Encuentros con lobos" este animal nace, vive y muere. Vemos como caza, oímos como aúlla, olemos sus sierras, palpamos sus rastros y sufrimos con su persecución y muerte.
Ha sido un orgullo para mi ser parte de esta obra y compartirla con gente tan ilustre -algunos muy admirados por mi y otros amigos- como: David Álvarez, Luis Miguel Domínguez, Jorge Echegaray, Mario Quevedo, Javier Talegón, Ernesto Villodas, Máximo Sánchez Cobo, Ruben Portas, Luis Mariano Barrientos, Carlos Sanz, Juan Manuel Pérez de Ana, Roberto X. Hermida, Juan Luis Ortega o José Alfredo Hernández, entre otros muchos. Algunos de ellos son grandes eminencias en el mundo del lobo ibérico, lo que me acomplejó bastante a la hora de aceptar. Pero yo tengo muchos defectos y uno de ellos es que soy un sinvergüenza para según que cosas.
Un plus de esta obra son las magníficas ilustraciones de Lluís Sogorb, para mí, uno de los grandes ilustradores de naturaleza de Europa.
Que conste que lo recomendaría aunque yo no hubiera participado. Esto sé que es difícil de creer pero es que estamos ante un libro hecho para disfrutar del lobo ibérico. Para todos los demás aspectos más concisos sobre su biología y su cultura ya hay otros volúmenes de ciencias puras. Este trata de hacernos disfrutar y de seguir acrecentando la leyenda del animal más mítico que puebla la Tierra a través de testimonios directos de 38 personas que lo han sentido y que, además, lo admiran.
Podéis adquirirlo a través de la web de Tundra Ediciones.
Me llama mucho este libro, y entre que va de lobos y que tiene ilustraciones tiene que ser una joya.
ResponderEliminarUn saludo!
Yo no lo dudaría ni un momento... Puedes pedirlo en www.tundraediciones.es, sin gastos de envío.
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