Estamos en uno de los mejores momentos del año para ver porrones en la provincia de Zamora, si no el mejor.
Así pude comprobarlo en mi jornada matutina de ayer en la R.N. Lagunas de Villafáfila. Desde mediados de febrero y casi todo el mes de marzo, asistiremos al pico de paso prenupcial de la mayoría de las anátidas pequeñas -los gansos ya se fueron-: ánades, cercetas y porrones. La Reserva estaba ayer a tope de anátidas. Números enormes de cucharas y cercetas comunes sobre todo pero también muy buenos de ánade friso, ánade rabudo, ánade azulón, porrón moñudo y porrón europeo. La única especie que ha perdido ya efectivos es el silbón, mientras que los tarros blancos aún mantienen sus cifras de invernada. Luego detallo esto último.
Pero, sin duda, son los porrones los que más nos disponemos a disfrutar los zamoranos en estos días pues se trata de un grupo de aves que hemos ido perdiendo como invernantes en nuestra provincia a pasos agigantados. Hoy por hoy solo podemos hablar de un punto regular conocido de invernada, la Casa del Parque de Villafáfila, siendo además un lugar que alberga muy pocos efectivos, lejos de lo que fueron otros puntos de la provincia hace unos años, como el cercano embalse de Ricobayo, por poner un ejemplo. Por esta razón nosotros tenemos la oportunidad de disfrutar porrones en números mayores en estos momentos.
Justo hace un año, el 01/03/2016, vivía algo parecido a lo de ayer y, aquel día, batía mi récord personal de porrones moñudos vistos en la Reserva a lo largo de mis años visitando el humedal, con 22 ejs. Si queréis detalles podéis volver a leer la entrada aquí. Pues bien, ayer volví a anotarme una cifra superior, mucho más que la del año pasado, exactamente el doble. Y es que conté 44 moñudos. Como hace un año, os recuerdo que la cifra máxima para esta especie aquí es de 52 ejs. Hoy ha estado muy cerca...
Con ellos, como casi siempre, porrones europeos. Mucho más comunes aquí también han arrojado la trepidante cifra de 81 aves; número muy bueno para el estado actual de las lagunas.
Por dar otras cifras de interés en cuanto a los patos, los tarros blancos han sido 111 individuos, y los ánades rabudos que encontramos fueron 49 aves, todos en la laguna de La Rosa, en Revellinos. Y digo encontramos porque compartí jornada mañanera con el amigo Manolo Segura, un concienzudo observador de aves con el que es una delicia compartir cualquier conversación sobre naturaleza.
Grupo de rabudos y cercetas comunes en La Rosa. Perdón por el contraluz en un día bastante gris a ratos.
Aquerenciados con los porrones había un zampullín cuellinegro y casi una decena de zampullines comunes en total.
Dejando atrás las anátidas la noticia del día estuvo en la observación de mis primeras cigüeñuelas del año. Además eran sobrevoladas por un grupín de golondrinas, lo que le daba al día, que marceaba como toca, un fresco aire primaveral.
Siguiendo con los limícolas, salvo para alguna especie, no se nota demasiado meneo aún. Esta fue la lista -omito cigüeñuela-: avoceta común (sin contar), avefría europea (sin contar), chorlito dorado europeo (12), correlimos común (3), combatiente (11), andarríos grande (1), aguja colinegra (14, Manolo vería 20 más por la tarde) y zarapito real (1). Números ínfimos que esperemos se multipliquen por muchas decenas y un montón de especies más durante las próximas semanas.
Otras aves con las que disfrutamos la mañana y cuya observación siempre se presta a levantar ovaciones fueron un par de esmerejones, búho campestre o dos aguiluchos laguneros dando muerte a una gaviota reidora adulta.
Colirrojo tizón, especie que se encuentra en paso también ahora.
Y un bonito macho de perdiz roja marcando el territorio.
¡Salid al campo y disfrutad!
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