Ayer estuve, de mañana, en la R.N. Lagunas de Villafáfila. A pesar de que aún estamos saliendo de varias borrascas que nos han barrido durante la última semana, la jornada se planteaba de transición, con nubes y claros y, con las primeras, alguna llovizna. La verdad es que ha sido un poco desesperante el sufrir días revueltos y que no haya caído prácticamente nada de lluvia. Sufrimos una sequía acuciante que como no se resuelva durante esta primera parte de la primavera va a suponer un verano duro tanto para la fauna como para nosotros mismos. Toda la parte central de la Meseta Norte se encuentra en la misma situación por lo que nuestros humedales es muy probable que queden secos en las próximas semanas, repito, si no llueve de manera masiva.
Con este panorama, me encontré con una situación un poco amarga en la Reserva. La laguna de Barillos y La Rosa, en Revellinos, ya están prácticamente secas del todo. La laguna de La Fuente, ya claudicó del todo y, en esa parte, solo Paneras mantiene la compostura. El Roal, la Salina Grande, al menos una parte de Salinas y San Pedro, todas entre Villafáfila y Villarrín, sí tienen agua pero van perdiendo a pasos agigantados.
En cuanto a la avifauna, hay buenos números de algunas anátidas y se ve algún grupo de limícolas en paso. Os cuento a continuación.
Anoté un total de 54 especies de aves y eso que estuve solo media mañana. Debido a la sequía de las lagunas orientales y que el viento comenzaba a soplar con fuerza a ratos, decidí acabar la mañana refugiándome entre el monte mediterráneo y los cortados del puente Quintos, en Granja de Moreruela.
El primer pájaro que me dio la bienvenida a las lagunas fue este gorrión chillón.
El pato más abundante ahora mismo es el cuchara común del que debe haber entre 2500 y 3000 aves. Después de este es, sin duda, la cerceta común, con debe estar cerca del millar. Y luego ya los ánades azulones, ánades frisos y los tarros blancos. Siempre censo a estos últimos pero hoy vi que ya están muy dispersos buscando sus agujeros para criar y salían de cualquier lado, así que lo dejé.
Grupo mixto de cucharas, cercetas comunes y algún friso. Detrás unas avocetas y, en primera línea, combatientes.
Los limícolas deberían ir adquiriendo protagonismo durante las próximas semanas pero ayer solo anoté 8 especies: cigüeñuela común (sin contar), avoceta común (s.c.), chorlitejo chico (2), avefría europea (s.c.), correlimos común (41), aguja colinegra (28), archibebe común (10) y combatiente (56).
Grupo de 5 combatientes, todos machos, con un archibebe común en medio.
Otras aves chulas fueron: búho campestre (1), ganga ortega (1) y un buen paso de abubillas. De esta última especie debí ver sobre la veintena de ejemplares. No recuerdo un paso semejante por Villafáfila.
Me fijé en que todas las cajas anidaderas que revisé están ocupadas. Al menos las de cernícalos pero también vi grajillas y mochuelos.
Sin duda no hay mejores rodenticidas que el cernícalo vulgar, el mochuelo o la lechuza común, que ocupan la mayoría de las cajas.
Aquí unos ejemplos...
Macho, en vuelo, y hembra.
Las avefrías ya andan a la disputa de sus praderas para criar también. En la imagen una hembra adulta.
Como comenté antes, a media mañana me fui para el entorno del puente Quintos buscando refugio del viento y cambiar de hábitat. Pero una vez allí comenzó a llover y aguanté poco.
En cuanto a aves lo más guapo fue un azor azuzando a una pareja de ratoneros que estaban de vuelos nupciales. También mis primeras currucas carrasqueñas del año y multitud ya de mosquiteros ibéricos.
Adentrándome en el monte me topé con estos dos corzos.
Y en la orilla del Esla uno de los abundantes, por desgracia, visones americanos. Aquí no se cortan ni media. De hecho este salió de debajo de una pesquera y me miraba como exigiendo que me fuera de allí...
En esta foto se aprecia perfectamente esos pies adaptados a la vida anfibia.
Marzo es lo que tiene. Tan pronto te regala un día de observaciones brutales, como dos semanas antes en Villafáfila mismo, donde te hinchas a ver pájaros, como que solo te da una pequeña ración de mantenimiento, en un día desapacible encima... Pero hay que tener paciencia porque, en apenas unos días, llegará abril, uno de los "meses mágicos" para el naturalista.
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