viernes, 30 de noviembre de 2012

29/11/2012. Rapaceando por Las Arribas

Hoy he pasado el día en la parte zamorana del P.N. Arribes del Duero en compañia de J.Alfredo Hernández y Emmanuel D`Hoore. El nombre original de esta zona en la lengua de sus gentes siempre fue Las Arribas, algo que cambió gracias a las "peripecias lingüísticas" de algún ingeniero, así que yo estoy esforzándome por aprender a llamarlas así. Eso no quita para que el nombre oficial del Parque Natural, por desgracia, sea el de Los Arribes.
Hemos visitado, básicamente, tres puntos: la presa del embalse de La Almendra (t.m. de Cibanal), la Cicutina (t.m. de Fermoselle), mirador de la Ermita del Castillo (Fariza) y un lugar en las proximidades de la ciudad de Zamora para acabar el día.
La idea inicial era la de buscar alguna especie alpina que pudiera estar utilizando el lugar para invernar, como así sospechamos con treparriscos y acentor alpino, pero no ha habido suerte. De todas formas aquí hay muchísimos kilómetros que, en principio, son buenos para que ellos pasen el invierno, así que no es de extrañar que no viéramos nada. Pero si por algo se caracteriza este lugar es por ser el mejor de la provincia para ver rapaces, al menos, en cuanto a variedad de especies. Conseguimos ver u oir 10 rapaces: águila real, águila perdicera, buitre leonado, milano real, elanio común, busardo rantonero, cernícalo vulgar y gavilán común, en cuanto a diurnas y búho real y mochuelo común, en cuanto a las nocturnas. De las especies más sensibles no diré el sitio exacto por seguridad, aunque tampoco hay ningún secreto ya que son los conocidos de decenas de años.
-Águila real: vimos 2ads.+1juv. del año en La Almendra y 2ads+1juv. del año en Fariza. El joven de la presa se portó y se dió un rulo bastante cerca, después de dejar a uno de sus progenitores con los que se había levantado del cortado. 
  
 
 Aquí con uno de los adultos.
- Águila perdicera: vimos 2 ejs. en dos sitios diferentes. Uno muy bien pero que no me dió tiempo ha fotografiar por pillarme a contrapié cuando pasó y el otro, que es el de la foto, muy lejos de nuestra posición.  
 
- Elanio común: 1 ej. adulto apareció de la nada sobrevolando el embalse de La Almendra. Parecía una gaviota en vez de una rapaz ¡una preciosa rapaz!
 
 
- Buitre leonado: omnipresentes en casi todo el territorio. No hay cortado aquí que no sea sobrevolado por buitres. Es espectacular verlos remontar la presa de La Almendra a media mañana, desde el fondo del cañón (200 m.). 
  
- Milano real: varios ejemplares, sobre todo, por la tarde y aumentando su número a medida que nos alejábamos de Las Arribas y volvíamos por la parte más llana de la comarca de Sayago.
- Busardo ratonero: varios ejemplares posados en postes de la luz y telefonía.
- Gavilán común: 1 ej. en t.m. de Fermoselle.
- Cernícalo vulgar: 1 ej. en t.m. de Fariza.
- Mochuelo común: 1 ej. oído mientras disfrutábamos de los búhos.
- Búho real: 1 hembra vista y un macho (que pertenece a una pareja diferente) escuchado en un lugar cerca ya de la capital zamorana. Dejo imágenes testimoniales de la hembra. Siento la calidad pero no había casi luz ya que llegamos muy tarde. La primera en su repisa favorita y, las otras dos, en lo alto del cortado.
  
  
Increíble y noticiable el no haber visto ni un halcón peregrino en todo el día...
Las Arribas son espectaculares en primavera y verano, cuando puedes llegar en una jornada hasta las 90 especies de aves, pero en invierno son muy flojitas. Solo el observar a las grandes rapaces que en pocos días comenzarán su periodo reproductor incentiva al ornitólogo a acudir al lugar y, como véis, hoy se nos dió muy bien.
El embalse de La Almendra, como buena zona húmeda, sí que alberga vida, que es lo que toca en invierno, que los humedales tenga pájaros. Sobrevolando la presa, una docena de aviones roqueros como el de la foto. 
 
En el agua, contamos 182 ejs. de somormujo lavanco pero esto debe estar bastante alejado de la realidad ya que este embalse, como bien sabéis los que lo conocéis, es enorme (a pesar de lo bajo que está ahora). Seis somormujos próximos a la presa. 
Por allí también, varios cormoranes grandes, 3 porrones moñudos, 2 gaviotas reidoras y 4 gaviotas sombrías. Una de ellas, esta de la foto. 
De pajarillos, poca variedad y los típicos de la zona en esta época del año: zorzal común, zorzal charlo, mirlo común, chochín, ruiseñor bastardo, petirrojo, colirrojo tizón, lavandera blanca, bisbita común, carbonero común, alcaudón real, jilguero, pardillo común, pinzón vulgar, triguero, arrendajo común, corneja negra o cuervo. En la foto, macho de pinzón vulgar en representación de los escasos paseriformes. 
 
Y unas fotos del entorno.
En esta primera, la ermita de Fariza y, delante, Alfredo controlando los cortados del río con el telescopio. 
El Duero encajonado en su cuna de granito. Aquí con la luz parece un pescado. Desde el mirador de la Ermita del Castillo.
 
 El gran río desaparece por los barrancos y laderas llenas de enebros.
 
 
Uno de los numerosos y hermosos torrentes que se precipitan ya, por fin desdpues de tantos meses, sobre el gran caudal del Duero. 
Productivo día. Y las clases sobre líquenes y hongos de Manolo D`Hoore...¡impagables!

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Libro: "¿Para qué sirven las aves?"

 
Esta entrada no va dirigida, precisamente, a los seguidores más pajareros de este espacio sino a esos otros curiosos que me leen de vez en cuando. Los habituales y asíduos del mundo ornitológico nacional ya estaréis al tanto de uno de los eventos de este año 2012 que ha sido la publicación del primer libro de literatura ornitológica escrito en castellano.
Esto no va a ser una crítica literaria del libro (ni lo pretendo ni estoy capacitado para hacerla), sino trataré de plasmar mi experiencia con él. Ha habido gente que se lo ha tumbado en dos días. Yo he tardado mucho porque, en algunas ocasiones, he leído algún capítulo dos veces o más. ¡Una delicia!
Personalmente a la alegría de la noticia se ha unido que el autor es amigo y compañero de fatigas en esta pequeña -en comparación a otros países- comunidad de pajareros españoles, Antonio Sandoval, más conocido por todos como Toñete.
Ya hace muchos años que, en aquellas primeras publicaciones que caían en mis manos, como por ejemplo las revistas Ardeola o La Garcilla de SEO/Birdlife, aparecían citas asombrosas de un tal Antonio Sandoval desde el cabo de Estaca de Bares, el mejor punto del Paleártico Occidental para ver aves marinas desde tierra. Fue a principios de este siglo cuando tuve la oportunidad de conocerlo en persona, como no, en Estaca, un otoño recién nacido. De las primeras cosas que le pregunté, no se si él se acordará, fue: "Toñete, cuéntame lo del albatros ojeroso". Su primera respuesta fue, señalando primero con una mano hacia el Este y luego con la otra hacia el Oeste: "Desde allí, hasta allí, no aleteó ni una vez". Bien, pues esta y otras observaciones no menos sorprendentes aparecen detalladas en este libro.
No quiero recomendar -a día de hoy casi todos ya lo habéis leído- este volumen a vosotros, aficionados a la observación de aves que entráis en El Pernil hambrientos de datos y fotos sobre pájaros. Quiero que se lo recomendéis a la misma gente que lo he hecho yo. Se lo he ofrecido a mi madre, a mi hermano, a mi mujer, a mis amigos (no pajareros), a mis compañeros de trabajo para que, entre otras cosas, no vuelvan a preguntarme aquello de: "¿para que sirve ir a ver pájaros?", "¿por qué apuntas todo lo que ves?", "¿no te hartas de pasar frío, calor, mojarte o conducir?", "¿cómo que mañana te vas a Asturias a ver un pájaro?"

Antonio Sandoval, a partir de ahora Toñete, es una persona muy polivalente y esto se refleja en este libro de 255 pgs. El hilo conductor siempre son las aves pero con ellas o, mejor dicho, gracias a ellas aborda temas de ecología, psicología, etología, mitología, historia, antropología, mística, narrativa, poesía o música, entre otros muchos.
Para realizar este repaso de su experiencia vital, hace un recorrido por su tierra natal (tanto física como ornitológicamente), la provincia de Coruña y, más concretamente, su costa. Lugares como A Coruña, Ferrol, Caión, Baldaio, las islas Sisargas, las rías de Ortigueira y O Burgo, el estuario del Anllóns, las marismas de Caldebarcos y Carnota, el embalse de Sabón, lagunas de Traba y de Valdoviño, la sierra de A Capelada o los cabos y puntas de Langosteira, Ortegal, O Roncudo, Vilán, Touriñán y, por supuesto, su amada Estaca de Bares donde nace esta idea y donde lleva mirando al mar desde hace más de 25 años, son algunos de los citados en el libro. En el mundo ornitológico español y, sobre todo, para los amantes de las rarezas, muchos de estos sitios son Tierra Santa.
Toñete tiene una pluma extraordinaria y cada una de las descripciones paisajísticas de los lugares que va visitando por Galicia, y que son la columna vertebral de esta obra, no tienen nada que envidiar a las que hizo Humboldt en sus "Cuadros de naturaleza".
También este viaje por su querida costa sirve para contarnos la historia natural de algunas de sus especies míticas, hoy diezmadas pero muy abundantes hasta hace pocos años, como el arao común, la gaviota tridáctila o el cormorán moñudo. Además, desarrolla un repaso de la historia del conservacionismo y proteccionismo gallego y, por añadidura, del español; a consecuencia de varios de los atentados y catástrofes ecológicas que aquellas tierras han sufrido durante años y que, por desgracia, siguen sufriendo a día de hoy. Como ejemplo, un capítulo entero dedicado a la desgracia del petrolero Prestige.
Me he visto reflejado en muchos tramos de la obra y eso es de agradecer ya que sirve para darme cuenta de que hay un montón de gente que siente y vive lo mismo que yo. Que no soy el único que puede ir por la calle y detenerse a mirar una "v" de gansos en migración para, a continuación, sentir una sensación de desolación al ver que he sido el único capaz de pararme a presenciar semejante espectáculo, uno de los más grandiosos de cuantos suceden a nuestro alrededor, a pesar de estar rodeado de gente. Y si alguna de esas persona me pillara in fraganti en mi posición lo único que pensaría es: "¡vaya friki!".
Toñete es todo un icono viviente para los pajareros de mi generación, los que vamos una decena de años por detrás de él. Curiosamente en "¿Para qué sirven las aves?", el autor dedica varias páginas a otro de los mis iconos vivos, José Luis Rabuñal. Con casi 80 años es, para mi, el precurso nacional de la técnica del local patch ya que lleva desde finales de los años 70s acudiendo sistemáticamentte al mismo sitio a pajarear, el estuario del Anllóns en Ponteceso y la laguna de Traba. Esto le ha supuesto llevar a día de hoy unas 3600 visitas lo que hace que nadie lo supere en conocimiento sobre el lugar. Justo en los años en que yo nacía, él ya veía rarezas y, alguna de ellas, no han vuelto a ser citadas en España jamás. Es un ejemplo para mí, no solo como ornitólogo sino, también, como persona.
Personalmente, a mi, los pájaros me han servido para tener cierta sensibilidad en todos los aspectos de mi vida. Para estar orgulloso de un montón de gente que he conocido y con la que, a día de hoy, comparto horas de campo, horas de conversaciones telefónicas, horas de lectura de sus blogs y webs y jornadas de viajes a otros lugares del mundo en busca de pájaros. Por cierto, varios de ellos aparecen en este libro. Me han servido para esforzarme por aprender un idioma internacional para poder estar a la última en cuanto a noticias ornitológicas de todo el mundo. Me han servido para tomar conciencia del triste rumbo natural que está siguiendo todo a mi alrededor y en el que trato de poner mi granito de arena para cambiarlo y para que mi futuro más inmediato, en este caso mi hijo de casi 4 años, lo conozca de la manera más digna posible.
El libro de Toñete me ha servido, para esto y para mucho más. Estoy muy orgulloso ¡Muchas gracias Toñete!
Por cierto, espero que solo sea el primero de muchos.

viernes, 23 de noviembre de 2012

22/11/2012. Tarabilla norteña y ánsar indio

Nueva visita mañanera al paraíso, digo, a la R.N. Lagunas de Villafáfila... Disponía de muy poco tiempo, solo hasta las 12:00 h. así que a las 07:50 h. ya estaba allí. Me recibió la primera helada de verdad del invierno, con -2ºC y un manto blanco precioso que lo cubría todo. En estos días la atmósfera está limpia, tranquila y los sonidos se magnifican. Mañanadas ideales para vivirlas en directo. Además, la sensación de como te van calentando los primeros rayos de sol que salen por el horizonte no tiene precio.
Al llegar pillé de lleno toda la salida, hacia los campos desde las lagunas, de los gansos y las grullas, por lo que ya sabía por donde tenía que empezar a mirar bandos pero, antes, la vuelta entera a la Salina Grande, empezando por Otero, como hago siempre.
Dos noticias, o mejor dicho tres, pueden ser los titulares de la minijornada de hoy. La primera, desde luego, ha sido la observación de una tarabilla norteña. Ver este pájaro estival un 22 de noviembre, indica que algo se mueve. Además, no debe ser el único visto estos días en el norte peninsular ya que he podido leer, por ejemplo en el blog de mi amigo Pablo Fernández que él ha visto una bastante más arriba ayer mismo, y lo da por todo un récord fenológico. Aquí sucede lo mismo. Pude tomarle unas imágenes, primero posada en donde la localicé, un vallado de ganado ovino y, luego, voló a un pequeño pinar de repoblación donde la relocalicé y se portó.
 
No creo que haya otra cita en la provincia de Zamora más tardía que esta.
Siguiendo con el orden de importancia que yo le doy a mis observaciones hoy he visto, como viene siendo habitual, un par de ánsares caretos. Esto no sería excepcional si no fuera porque presentaban el plumaje más joven que he observado jamás aquí. Los juveniles que nos llegan de esta especie lo suelen hacer con un plumaje de 1ºw. que ya tiene rasgos de adulto (ligera careta blanca, pico rosa completo sin punta negra y ligerísimo franjeado en abdomen). Pero los de hoy parecían nacidos muy cerca ya que tenían el plumaje de joven completo, sin rasgos de 1ºw. (borde del pico negro, parte ventral blanca muy contrastada con el resto del cuerpo marrón chocolate claro y punta del pico negra). No pude hacerles fotos por la distancia, como suele ser habitual aquí, lo siento.
El tercer registro del día ha sido el poder ver el ánsar indio que nos visita desde hace días. Ya es normal que algún individuo de esta especie aparezca cada invierno. Por cierto, desde este año, esta especie forma parte de la Lista de las Aves de España, publicada por SEO/Birdlife el pasado mes de septiembre. Aparece como categoría C5: "Especies naturalizadas erráticas. Especies con poblaciones naturalizadas establecidas en otros países dentro de la misma región."
Lo localicé sobrevolando la Salina Grande en un pequeño grupo de 5 gansos y estuve atento a ver donde se posaba, teniendo suerte y siendo un sitio accesible junto a una carretera, así que me fui para allí.
 
A los pocos minutos de llegar, algo levantó al grupo, de unas 200 aves, e intenté hacerle unas fotos en vuelo según me pasaban por encima, quedando de la siguiente manera.
 
 
Debeís perdonar el corte de esta última pero es en la que mejor se ve su característico diseño en cabeza y cuello. No ajusté bien el fotograma...
 
En cuanto al resto. Primer grupo de silbones que veo un poco decente, de unos 60 ejs., que deberían ir aumentando progresivamente estas semanas hasta situarse en varios centenares. He contado 28 tarros blancos pero otros observadores están contando cerca de la cincuentena, no se donde se me habrán metido.
Muy pocos limícolas, que es lo que toca también, destacando una solitaria avoceta común en la Salina Grande y muy buenos números de avefría europea, entre ellas, chorlito dorado europeo. No vi ningún zarapito real pero sí que los escuché varias veces a lo lejos, tampoco los busqué. Un solitario andarríos grande y la agachadiza común de la foto completan la lista de pequeñas zancudas.
 
 
Sigue habiendo un buen número de grullas, lo que augura que podrían quedarse a invernar un importante contingente. Estas se alimentaban en campos al norte de Villafáfila.
 
 
Y ánsares comunes, muchos. Si nos lloviera más, tendríamos una buena invernada pero, si no lo hace, me temo que el número bajará. Fotos de varias escenas de esta mañana.
 
 
 
 
 
De rapaces, destaca la observación de un águila real en una de sus atalayas típicas, que podéis ver testimonialmente en la foto. También he visto esmerejón y aguilucho pálido como destacable. Del resto, las más abundantes: milano real, busardo ratonero, aguilucho lagunero, cernícalo vulgar y mochuelo.
 
Y la helada, la otra protagonista. Una buena helada por la mañana y un sol el resto del día, con viento en calma, es el día perfecto para visitar Villafáfila. A ver si la próxima jornada que pueda disfrutar con tiempo me sale un día igual.
Fijaros en la punta de la cola del bisbita común de la imagen, con hielo.
Y justo antes de que saliera el sol, las praderas estaban así.
 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

20/11/2012. Cotorras argentinas

La cotorra argentina Myiopsitta monachus (también llamada cotorra monje o cotorrita verdigrís) es, como su nombre indica, de origen sudamericano, ocupando varios países de esa región, desde Bolivia hasta la Patagonia Argentina. Su popularidad como ave de jaula hizo que llegara a nuestro continente y posteriores escapes han permitido que ejemplares procedentes de cautividad consigan vivir de forma silvestre en gran parte de Europa, incluyendo a España.
En nuestro país comenzó por establecerse en grandes núcleos urbanos, sobre todo, los asociados al Mediterráneo como los de Cataluña, Levante, Murcia y Andalucía. Solo la Comunidad de Madrid mantiene un núcleo principal y bien establecido, aunque hoy en día existen ya otros más pequeños en varias capitales del centro del país.
En nuestra provincia solo estaba citada en una ocasión en Villardiegua de la Ribera, en la parte de las arribas del Duero, dentro del P.N. Arribes del Duero cuando, por lo visto, una pareja nidificó en los años 90. Parece ser que esta pareja era un escape de una persona local así que no podríamos hablar de que su llegada fuera natural, proveniente de las poblaciones ya asentadas en otros lugares cercanos.
Hace unas semanas, José Alfredo Hernández y Maribel Martín, observaron dos ejemplares cruzando la carretera a la salida de Monfarracinos, pequeño pueblo muy próximo a la ciudad de Zamora y regado por el río Valderaduey, poco antes de que desemboque en el gran Duero. Tras su comunicación y una serie de gestiones, realizadas por José Barrueso, hemos tenido conocimiento de que ambos ejemplares podrían moverse por esta pequeña localidad desde hace, al menos, un mes.
Hace unos días, el propio José, las pudo observar aquerenciadas en los jardines y huertos de una pequeña finca, alimentándose de las piñas de una thuya. Con estos datos hoy, día 20, junto con él me he acercado a ver si las podíamos observar y fotografiar.
Para mi, si más tarde no se arrojan datos nuevos sobre ellas que hagan sospechar de un origen local, esta podría ser la primera observación segura de esta especie, introducida y establecida en nuestro país, que tenemos en la provincia de Zamora.
La cotorra argentina, para nuestra desgracia ya que es un pájaro muy violento con nuestras aves autóctonas, forma parte de la lista de las aves reproductoras de España desde hace años. Personalmente es la primera vez que puedo observarlas tanto en Zamora como en Castilla y León.
Las fotos que ilustran esta entrada están tomadas hoy en el mismo lugar que las vió J.Barrueso hace unos días e, incluso, a la misma hora. Llegamos al sitio sobre las 16:00 pero no aparecieron hasta las 17:10, exactamente igual que el día de su anterior visita.
Llegan a la thuya, comen y, después de unos 20 minutos, desaparecen de allí para dirigirse a unas naves de ganado cercanas.
Son unos pájaros preciosos pero preferiré disfrutarlos si algún dia viajo a ver aves a sudamérica. De momento, lo mejor sería que las autoridades competentes trataran de capturarlas y sacarlas del ecosistema antes de que críen porque, casi seguro, que lo haran en caso de ser macho y hembra. Y casi seguro que lo serán ya que se emparejan muy rápido pero sexarlas a simple vista es muy difícil ya que apenas existe dimorfismo sexual. Llegando a poder observar su comportamiento durante largo rato podríamos saber si son macho y hembra porque el primero estaría constantemente haciéndole monerías a la segunda.
 
Las fotos no hacen justicia a la hermosura de este lorito debido a que el día estaba muy cerrado pero valgan de testimonio. Aunque, desde luego, nada mejor que verla en sus países de origen. Por mi, estas dos pueden desaparecer ya...
En España tenemos otro loro con poblaciones salvajes y viables, la cotorra de Kramer Psittacula krameri. En octubre de 2002 pude observar un macho de esta especie en la ribera del río Valderaduey, unos metros antes de su desembocadura en el Duero y a muy corta distancia de donde están estas dos cotorras de hoy. La pregunta es ¿puede estar el Duero (utilizado en forma de corredor) metiéndonos ejemplares de estas dos especies invasoras provenientes de sus poblaciones más cercanas, como Valladolid o, incluso, del centro de España?
Para acabar, comentar que a última hora de la tarde se formó un dormidero de entre 8.000-10.000 estorninos, supongo que el 95% pintos, en el río Valderaduey.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Un poco de monte

 
Me gustan las aves ligadas al medio acuático, a veces, hasta la obsesión. Tanto que, desde que volví a Zamora hace ya un poco más de año y medio, no me he dedicado a otras aves (salvo a las que me encuentro en Villafáfila ajenas a las lagunas). La verdad es que estoy dejando de lado otros grupos de aves y eso no me gusta nada, sobre todo, las forestales. Estoy olvidando reclamos, movimientos, fenología, distribución de las pequeñas aves que habitan nuestros bosques, montes, cortados fluviales, etc. Y eso no puede ser.
No solo las especies de estos hábitats pagan el peaje de mi memoria, sino todos esos seres que habitan allí. En mis tiempos más jóvenes era un gran apasionado de la herpetología, llegando a dedicar jornadas en exclusiva a buscar, ranas, sapos, lagartijas, culebras, galápagos, tritones, gallipatos o víboras. Eso también lo tengo apartado.
En los últimos días he pedido ayuda a colegas naturalistas de aquí para que me obliguen a ir con ellos a sitios, básicamente, fuera de Villafáfila.
En un alarde de valentía, el pasado día 6 de noviembre, decidí tirarme al monte a disfrutar de una agradable mañana otoñal con los pájaros más comunes que lo habitan. En estas salidas me acompaña mi querida Muma, una hembra de perro de aguas español de 5 años, la cual no me me llevo cuando voy a Villafáfila porque prepararía una cerrecina de patos muy seria.
Visité el denominado Montelareina, aquí en Toro. Una amplia extensión de pinos con manchas de encinas pero muy degradado por la acción humana. De una amplia extensión es propietario el Ministerio de Defensa, ya que forma parte de un antiguo campamento militar y esta zona esta un pelín mejor. Pero, aún así, ahora mismo está partido en dos por las obras del AVE que unirá Galicia con Madrid.
 
 
En fin que, dramas a parte, me di un paseo viendo a todas esas aves que viven aquí: carbonero común, carbonero garrapinos, herrerillo común, petirrojo, pinzón vulgar y mirlo común se antojan las más abundantes y fáciles de ver. También fueron comunes, aquella mañana: paloma torcaz, mosquitero común, milano real, busardo ratonero, gorrión chillón, gorrión molinero, corneja negra, cuervo, reyezuelo listado, chochín, etc... De interés pude ver dos golondrinas comunes, buena cita fenológica.
Dejo foto testimonial de reyezuelo listado, aunque mala, es la primera vez que sale en este blog. Ya la mejoraré.
El monte en estos días de lluvias huele de maravilla y el aroma de los hongos lo invade todo. Tanto que invadió hasta mi tiempo ya que me propuse fotografiar todas las especies diferentes que veía para, posteriormente, pedir ayuda en su identificación ya que yo no se NADA. Me encanta comerlas pero no reconozco ni las comestibles más comunes o, mejor dicho, conozco a algunas pero si no voy con algún experto, no me arriesgo a cogerlas por las dudas. De las setas hablaré más abajo.
Pero como "la cabra tira al monte", aunque en este caso sea una incongruencia, y yo soy un poco cabroncete a veces, no pude por menos que acercarme a Timulos, en el Duero, que me quedaba al lado a tener mi dosis de acuáticas.
Aquí lo más interesante fue batir mi récord personal de somormujos lavancos para el lugar, con 23 ejs., el número más alto que he visto nunca en Timulos (y no creo que haya muchos superiores, si los hay).  
 De interés también, dos zampullines comunes. 
 Y una solitaria focha común. 
 De anátidas, unos 150 azulones y 10 cercetas comunes. Foto de algunos azulones. 
Por lo demás, una veintena de cormoranes grandes, 1 martín pescador, 1 garza real y pajarillos de ribera degradada, como es esta orilla desde donde miramos aquí: reyezuelo listado, agateador común, ruiseñor bastardo, mosquitero común, petirrojo, rabilargo, pico picapinos...
Y ahora vamos con los hongos. Mis conocimientos en este orden son iguales a los que tengo de física cuántica o de química nuclear, nulos. Por eso he pedido la ayuda, como muchas otras veces habéis leído ya, a mi amigo Emmanuel D`Hoore, expléndido naturalista, y mejor persona, que tenemos la suerte y el privilegio de tener residiendo en nuestra provincia. Manolo, para todos, me ha ayudado con la identificación aunque me ha advertido de que tiene dudas con algunas. Un hombre apasionado por los insectos, con las familias tan complejas que hay, no puede controlar de todo al 100%, como es normal. Desde aquí mi eterno agradecimiento.
Desde luego, uno de los motivos de colgar las fotos es que me ayudéis a identificarlas correctamente, así que, ayuda por favor. Las imágenes no son de gran calidad por ir fotografiando con el telezoom sobre la marcha, nada de tirarme al suelo, macros y esas cosas.
Rhizopogon luteolus 
 
Mycena seynesii
 
Macrolepiota rhacodes
 
Lycoperdon perlatum 
 
Lepista inversa o Clitocybe gibba 
 
Lactarius vellereus
 
Clitocybe geotropa 
 
Baeospora myosura
 
Amanita phalloides
Tanto Manolo como yo agradeceremos el aclarar dudas y si la respuesta está motivada, para aprender, mejor que mejor. Gracias.