viernes, 21 de marzo de 2014

Alondra ricotí, búho real, galápago europeo...

Estos días no he tenido tiempo de tocar el ordenador y la excusa ha sido la mejor, mi tiempo libre lo he gastado en salir al campo. Así que, voy a hacer una macroentrada con las observaciones de varios días, concretamente: día 15 (tarde), día 16 (mañana), día 18 (tarde) y día 19 (mañana).
Estos ratos me han deparado varias especies nuevas para mi Big Year, alguna de ellas, de las más escasas y localizadas en mi provincia.
Como en mi blog trato de noticiar lo más reciente, voy a empezar de la última jornada a la primera, o sea, al revés cronológicamente.
El día 19 lo empecé prontísimo. El objetivo principal del día era anotar la, escasísima aquí, alondra ricotí o, como se la conocía hasta hace poco, alondra de Dupont. La población zamorana es la más occidental de toda la península y está compuesta por pequeños núcleos dispersos por la provincia, repartidos por la Sierra de la Culebra y arribas del Duero, principalmente. La distribución mundial de este aláudido se restringe, únicamente, a la península ibérica y norte de África. Fuera de aquí, no existe. Por lo tanto, cobra más importancia el estudio y conservación de sus poblaciones y, nuestro país, tiene una responsabilidad enorme con ella.
Como sucede con todas las poblaciones residuales y periféricas de cualquier ser vivo, en caso de declive de la especie, son las primeras en notarlo y sufrirlo. Así, la población de ricotís de Zamora se ha devaluado de manera considerable con los años. Los motivos de este declive son, principalmente, el aislamiento que sufre del resto de poblaciones españolas y, además y muy importante, la destrucción de su hábitat. Al ser un pájaro superespecializado en un tipo de terreno concreto, cualquier mínima alteración en él, supone una debacle para esa población que difícilmente se recuperará.
Como ya he dicho, el pasado miércoles, quedé con el mayor conocedor de la especie en la provincia, Alfredo Hernández, para amanecer en uno de estos núcleos y censar los machos cantores. Y es que, las ricotís zamoranas, son relojes a la hora de reclamar su presencia con su característico canto y suelen empezar sobre las 06:30 horas en estas fechas para, en cuanto asoma el sol, callarse el resto del día, de manera general. 
Alfredo y yo detectamos 3 machos cantando e, incluso, conseguimos ver a uno de ellos, entre dos luces, cuando descendió al suelo después de emitir su potente canto territorial. Eso sí, durante estas fechas, son muy agradecidos y deleitan el oído con su mítica estrofa. Algo mágico amanecer entre ellas, entre las últimas alondras de Dupont zamoranas.
De aquí y con el alba aún tierna, nos acercamos a orillas del Esla, en Muelas del Pan, para visitar la colonia de vencejo real que vive en el puente de la carretera nacional que va a Portugal. Esta especie aún no estaba en mi lista del Big Year.
Una vez que me despedí de Alfredo, que tenía que atender otros menesteres, continué ruta yo solo y me acerqué al salto de Villalcampo, ya en plena arriba, con varios objetivos en mente. 
Las primeras que me recibieron al llegar fueron las grandes rapaces. Buitres leonados ya en columna de ascensión y, con ellos, un águila real y una pareja de alimoches, uno de mis objetivos de hoy. Me falló la cigüeña negra.

También aquí pude ver otros 4 vencejos reales que son de los recién llegados a nuestra provincia.

Aunque las protagonistas son las grandes planeadoras, también hice un buen listado de paseriformes, por ejemplo, entre ellos dos anotaciones a la lista de 2014: curruca carrasqueña y curruca capirotada. En la presa estuve disfrutando de grandes observaciones de nutria y, en la caída de la misma, me deleité con las idas y venidas de la pareja residente de chovas piquirrojas y otra de golondrinas dáuricas. Foto de una de las chovas.

Una panorámica de la presa de Villalcampo.

De este lugar me acerqué a dar un paseo por una ribera de la cercana localidad de Moral de Sayago. Los pájaros que me acompañaron fueron algunos como: zorzal charlo, azor, trepador azul, abubilla, agateador común, pinzón vulgar, totovía o herrerillo común. Pero mi objetivo aquí era ver galápagos. 
En este lugar, y en toda la comarca de Sayago, tenemos la suerte de poder ver a las dos especies que tenemos en España, el europeo y el leproso. En estar ribera, concretamente, es más abundante el primero que el segundo pero conozco otras en que es al revés. Mi esperanza era ver ambas pero el día no estaba bueno del todo para reptiles, ya que había amanecido algo más fresco y había un viento molesto, lo que solo me permitió ver 5 ejemplares de este reptil. Solo el día anterior, Alfredo Hernández y Emmanuel D'Hoore, vieron cinco veces más ejemplares, incluido un ejemplar de galápago leproso.
En fin, unas fotos de 3 de los 5 que vi ayer.


Y unas fotos del hábitat que ocupan.


De Moral de Sayago me acerqué a Abelón, otro pueblo enmarcado en las arribas del Duero con lugares espectaculares. Decidí caminar hasta la Peña de la Campana, en lo alto de los cortados del río. Aquí, además de los paseriformes mediterráneos vi otra pareja de alimoches, algunos cuervos, un halcón peregrino y mi primera culebrera del año. Fotos de la pareja de alimoches.


Y la Peña de la Campana, llamada por los geólogos taffoni que significa "ventantas", palabra que proviene de la isla de Córcega. Las curiosas formas de esta enorme piedra se han formado por la acción de la lluvia, el frío, el calor y el viento, durante millones de años. Ha estado siempre rodeada de misterio y las gentes locales la han dotado de leyendas para tratar de explicar sus enigmáticas formas, achacando sus perforaciones a poblaciones ancestrales. Unas imágenes de esta belleza geológica.


El día 18 lo disfruté por la tarde y en familia en un pequeño rincón del término municipal de Pereruela. Aquí me anoté tres especies: golondrina dáurica, roquero solitario y, a última hora, búho real (con un recital sonoro estremecedor cuando estás en lo más profundo de la arriba). También se dejó ver uno de los adultos de águila real, dueños, amos y señores del lugar.

Una testimonial de mi primer roquero solitario del año. Estaba en lo alto del roquedo, a unos 200 metros, por aquello de darle a la imagen el valor que merece.

Y, de mariposas, este ejemplar de Nymphalis polychloros, también la primera del año que veo. Además vimos alguna Pieris rapae.

Pero, sin duda, lo mejor para mi es la siguiente imagen. Ver a mi cachorro disfrutando de lo que la naturaleza le va dando y de lo que yo, humildemente, puedo ir enseñándole, que no es mucho. Aquí estábamos viendo huellas de nutria en la orilla del Duero.

La mañana del 16 recorrí algunos tramos de la comarca toresana. Las mejores observaciones se produjeron en la Laguna Grande de Vezdemarbán. Por cierto, desde este espacio, vuelvo a pedir una figura de protección para este humedal.
Aquí observé: archibebe común (81 ejs.), avoceta común (2 ejs.), gaviota sombría (11 ejs.) y gaviota reidora (11 ejs.), como más interesante. Además patos de tres especies: azulón, cuchara y cerceta común. En las orillas, aguilucho pálido y avutarda.
Gaviotas sombrías y reidoras, todas adultas en ambas especies, salvo una reidora de 1ºinv.

La pareja de avocetas con algunos archibebes.

En Timulos, Toro, lleva una semana un adulto de gaviota sombría sedimentada, en el Duero.

Y los cernícalos primillas que ya ocupan masivamente sus principales bastiones de cría.
Macho.

Hembra.

Un macho de perdiz roja a tope de hormonas.

Y una lavandera blanca al amanecer en una balsa de riego.

La tarde del día 15 la utilicé para recorrer el teso de La Horca, en Villalonso, donde lo mejor fue la observación de mi primera collalba gris del año. Un macho que presentaba todas las características físicas de proceder de las poblaciones más norteñas, por su tamaño, y por esos colores anaranjados tan vivos.


También, en un pequeño encharcamiento en medio del páramo, este andarríos grande.

Y uno de los habitantes típicos, comunes y abundantes del lugar, la calandria común.

En el Big Year llevo a día de hoy 157 especies. Son pocas para lo que llevan algunos por ahí pero todo se andará...

4 comentarios:

  1. Que buena colección de bichos guapos no estrictamente acuáticos. Y que guaperas está el Diego!!!!

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  2. Buenísimas observaciones. Ya está aquí la primavera. Un saludo

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  3. Completa entrada y, como siempre, muy buena crónica.
    Enhorabuena por los avistamientos.

    Saludos desde León

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  4. Afortunadamente la situación del Galápago europeo en Castilla es bastante diferente a la de mi tierra, donde está en peligro crítico (y con inminente riesgo de extinción a medio plazo, probablemente). Para mí siempre es un placer ver fotografías de este animal, que yo sólo he observado un vez en toda mi vida en Galiza.
    Recuerdo haber pasado por arroyos muy parecidos a ese de la foto que está lleno de ranúnculos cuando íbamos camino de Arribes, precisamente por la comarca de Sayago. Pude hacer alguna "paradiña" muy breve a ver si me tocaba la lotería, pero siempre andaba tan justo de tiempo que nunca pude dedicarle el tiempo que me gustaría a la búsqueda del "Sapoconcho".
    Sin duda que Zamora es una provincia privilegiada por su inmensa riqueza y variedad natural.
    Un saludo

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