miércoles, 21 de enero de 2015

20/01/2015. Censando acuáticas en Coreses

Ayer, día 20, me acerqué un par de horas a las graveras de Coreses, después de que acabara la pequeña nevada que cayó y que se quedó en nada, como es normal por aquí. 
Los números han sido paupérrimos, comparándolos con las de otros años en las mismas fechas. Las tres especies acuáticas reinas del lugar: ánade friso, ánade azulón y focha común, están a la mitad de los efectivos de otras veces, algunas como la focha, ni eso. Además no hay ni porrones (es un buen lugar para la invernada de porrón moñudo), ni cercetas comunes, ni somormujos lavancos.
Por lo visto se vienen dando episodios de caza en este lugar desde hace unas jornadas. Se han observado cazadores en las orillas de las graveras y hemos encontrado aves muertas (2 cormoranes). Me gustaría recordar que está prohibido cazar aquí, sobre todo, donde han aparecido los cadáveres, las graveras de la parte norte. Estas están dentro de los límites de seguridad de la carretera N-122 y de los de la vía férrea Coruña-Madrid, sin olvidar las zonas de seguridad de los caminos que hay, casi todos públicos. Por tanto, señores cazadores-matanceros de la zona, no dudaremos en avisar a la autoridad pertinente cada vez que los veamos con sus armas en este lugar.
Entre la lacra de esta gente y que la invernada en este 2014-2015 pasará a la historia por triste, los números de las acuáticas han quedado así:
Ánade friso: 30 ejs.
Ánade azulón: 95 ejs.
Focha común: 63 ejs.
Gallineta común: 2 ejs.
Rascón europeo: 1 ej.
Zampullín común: 7 ejs.
Cormorán grande: 4 ejs.
Aguilucho lagunero: 2 ejs.
Andarríos chico: 1 ej.
Martín pescador: 1 ej.
Además otras especies ligadas al agua fueron: pájaro moscón, escribano palustre o bisbita común.
Focha común.

Pareja de ánades frisos.

Un par de pájaros moscones que trasteaban entre el carrizal en busca de alimento.


Y uno de esos ratoneros inmaduros claritos que vemos por aquí en estas fechas. No es tan claro como el de hace unos días en Villafáfila pero también llamaba la atención. Aguantaba estoicamente bajo la nevada.



Y un grupo de verdecillos también subía y bajaba de entre el carrizal. Aquí un precioso macho que puso una nota de color a un día tan gris.
¡MIERDA DE CAZA!

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