jueves, 25 de junio de 2015

Las cortezas. Piedras que caminan.

La ganga ortega Pterocles orientalis es una de las dos representantes de la familia de las gangas que tenemos en España, junto a su pariente la ganga ibérica Pterocles alchata.
Tenemos a ambas en la provincia de Zamora, donde se las conoce como "cortezas", pero con una distribución muy diferente y, eso sí, para nada abundante en ninguna de ellas. La ganga ibérica está restringida al sureste de la provincia en apenas 2-3 localizaciones muy puntuales si bien, de vez en cuando, aparecen grupos en otras zonas más al norte pero siempre circunscritas al Este provincial y cerca del límite con Valladolid. Así, por ejemplo, hay citas de gangas ibéricas en términos municipales como: Villalpando, Villafáfila, Tapioles, Villarrín de Campos, Castronuevo de los Arcos, Villalba de la Lampreana o Villalonso, por ejemplo. Pero son observaciones muy puntuales y, seguramente, de grupos nómadas. Solo en zonas de La Bóveda de Toro y tesos de la comarca de La Guareña podemos decir que es de presencia regular todo el año.
Su pariente, la ganga ortega, tiene una distribución mucho más amplia en la provincia si bien, como ya he dicho antes, no es para nada abundante. Así podemos verla, principalmente, en casi toda la comarca de Tierra de Campos y en otras como: La Guareña, Toro, Tierra del Pan, Alba y Aliste.
Es raro ver en Zamora grupos de más de 10 ejemplares y, lo normal, es observar 1 o 2 parejas juntas como mucho. Aún con la amplia distribución que tiene no siempre son fáciles de detectar.
Personalmente, de todos los sitios que conozco, solo hay uno donde no suele fallarme nunca cada vez que voy. Digamos que tengo un 95% de éxito en la observación de esta especie ahí. Además los avistamientos suelen ser buenos, nada de dos ejemplares oídos primero y localizados de visu después en el lejano horizonte. Aquí hay posibilidades de poder verlas relativamente bien.
Hace unos días sorprendí a un precioso macho a no mucha distancia para lo que es habitual en estas aves tan tímidas, y en el suelo. Primero permaneció inmóvil y luego comenzó a moverse despacio con la parsimonia que solo esta familia de aves sabe para pasar completamente desapercibidas. Apuesto a que su hembra estaba tumbada en el nido no demasiado lejos...

En movimiento y a simple vista, sin usar los prismáticos o la cámara, parece una piedra que se desplaza levitando. Es completamente mimética y si la pierdes un segundo y se queda quieta, es muy difícil sorprenderla sobre el perdido, el barbecho o los terrones de color arcilloso. Hasta a la cámara le cuesta enfocarla a esta distancia, no la ve...

Si abro el fotograma creo que podréis haceros una idea de lo que quiero decir.
Cuando estéis leyendo esto yo llevaré media semana de vacaciones. En la zona en la que estoy la ganga ortega es más abundante que en mi querida Zamora, así que espero haber visto varias antes de que hayáis leído esto.

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