jueves, 8 de octubre de 2015

07/10/2015. Llegada de grullas a Villafáfila

Hoy volví a hacer el recorrido estándar por Ricobayo y Villafáfila. Ha sido pobre en general, la sequía sigue haciendo estragos. El embalse está bajo mínimos y las lagunas de la Reserva no tienen agua apenas. A pesar de las lluvias de hace tres días donde solo cayeron unos pocos litros. 
Aún así ha habido alguna novedad. Amanecí en el pantano pero voy a empezar por Villafáfila.
Sin duda lo mejor de la mañana fue el poder presenciar la llegada de un gran grupo de grullas. Entraron a la Salina Grande en tres grupos seguidos, haciendo un total de 94 ejs. Venían muy altas y fueron dibujando círculos en el cielo para ir descendiendo. No es la primera observación de la temporada, ya vieron un pequeño grupo hace unos pocos días.
El trompeteo de estas aves es sinónimo de otoño por estas tierras. Es uno de los primeros grandes avisos de que el otoño ya lo es.

Trazando grandes círculos en el cielo para ir descendiendo como paracaídas.

Y descenso hasta el suelo.

Tristemente se encuentran sin agua donde refrescarse. O llueve, o volveremos a tener otro pobre invierno, y ya son muchos seguidos...

A parte de las grullas, poco más que destacar. Muy pocos limícolas a pesar de que para ellos sí que hay un ambiente de limos generoso en esta zona de la Reserva. Los números de hoy son, literalmente, ridículos: chorlitejo grande (13), chorlitejo chico (3), correlimos común (8), correlimos menudo (4) y, lo más interesante, correlimos zarapitín (1). Esta última especie es más excepcional en octubre debido a que tiene el pico de paso postnupcial aquí en agosto y hasta mediados de septiembre. Aún con esto, las tengo más extremas, con una cita en noviembre (1999) y una en diciembre (2012).
Foto testimonial del correlimos zarapitín de hoy que estaba a casi 200 metros.

Justo antes de irme apareció esta joven espátula que me sobrevoló y fue a posarse a la otra punta de la laguna. Se buscará otro sitio porque aquí no podrá alimentarse.

También se ha notado aumento de anátidas, todas restringidas a la balsa de la depuradora. Había un nutrido grupo de cercetas comunes, cerca de los 200 ejs., unos 30 cucharas (algunos en la siguiente imagen), y una docena de frisos, además de azulones obviamente.

Con el sol de hoy volvió el movimiento de mariposas después de un par de días sin actividad. Esta mañana pude ver Pontia daplidice, Pieris rapae, Colias crocea, Polyommatus icarus y multitud de ejemplares de Carcharodus alceae que, además, es la primera vez que me la anoto aquí. 
Un ejemplar de este discreto hespérido.

Previamente en el embalse, a la altura de Montamarta, pocas novedades. Además me recibió una fina capa de niebla que lo cubría casi todo a primera hora, por lo que me dediqué a disfrutar de la berrea de los ciervos.
Sigue habiendo presencia de cigüeña negra pero hoy ya solo había un ejemplar. Quizá la última de la que disfrutemos este año. Como el pantano ha bajado tanto hay una diferencia de distancia de casi 100 metros desde el día en que empezamos a disfrutar de esta especie aquí, finales de julio, hasta ahora. Le hice una foto cuando el sol aún no asomaba.

Cuando llegué no había ni una garceta grande pero fueron llegando poco a poco hasta alcanzar los 10 ejemplares. Parecían venir procedentes de la orilla de Santa Eufemia del Barco.

Entre la novedades había una gaviota sombría más respecto a mis anteriores visitas, siendo ahora tres individuos (1juv.+2ads.) y las gaviotas reidoras solo eran 11. De limícolas conté un pequeño grupo de unos 10 chorlitejos grandes, hoy no había ni andarríos chicos. Los somormujos lavancos, en el momento de irme, eran 314; pero parece ser que es un lugar de reunión y van llegando durante la mañana, ya que se han contado por las tardes más de 500 ejemplares. Con este panorama me di la vuelta y me puse a mirar las hileras de vegetación que tenía a mi alcance, que tampoco es mucha a parte de algunas zarzas, rosales silvestres, carrascas y algún tojo, y a hacer listado de pajarillos. Triste también pero algunas especies tendrán interés fenológico. Lo que más me prestó fue un torcecuello y una bonita pareja de currucas cabecinegras.
Desde Montamarta me acerqué el pago de Valclemente, en San Cebrián de Castro, donde la tónica fue la misma. Lo más destacable aquí fue un grupo de 16 agujas colinegras en la cola del arroyo. Los azulones son muy abundantes en esta parte y deben rondar los 500 ejs. Entre ellos algún cuchara y conté las cercetas comunes, 29.
Y, como de costumbre, acabo con unas fotos de momentos de la jornada.
Aquí la niebla levantando sobre las orillas de Santa Eufemia.

Y cuando aún quedaba una poca apareció entre la espesura un pajarazo enorme. Un hidroavión de combate contra incendios a hacer una carga.


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