Mi visita del pasado fin de semana, el domingo concretamente, tenía pocas pretensiones. De hecho el objetivo principal era juntarme con unos amigos -Marc, José, MªJosé y César- para comer y rajar un poco pues hacía tiempo que no nos veíamos. Se agradece mucho que amigos del mundo del pajareo pasen por tu tierra y quieran verte solo para disfrutar de tu compañía y ponerse al día, y no solo para que le enseñes tal o cual pájaro. Esto último también mola pero, al final, se resume en eso; "quiero ver tal cosa", "gracias" y "adiós".
Así que aprovechando el encuentro que tendría lugar, una vez más, en el Mesón El Palomar de la localidad de Villafáfila -y que disfrutaríamos a base de habones sanabreses, bacalao, rabo de toro, arroz con leche, vino de la tierra y orujos varios- dediqué un rato de la mañana y un rato de la tarde a mover el telescopio y los prismáticos por esos campos que, de momento, se muestran muy secos.
Con 5 citas de mosquitero bilistado en Zamora en las últimas semanas (3 de ellas solo en unos días antes), representando de manera local al tremendo influx que vivimos este año, decidí visitar varias masas forestales de la zona. Llamar "masa forestal" a estos pequeños bosquetes de álamos, chopos, tarajes o pinos es, cuanto menos, chulería pero así me entendéis. Visité dos puntos antes de llegar a la Casa del Parque donde pensaba dar el resto debido al buen año de mosquiteros que estamos capturando durante la campaña de anillamiento postnupcial. De este lugar fui a la comida y, después de esta y de una merecida sobremesa por el esfuerzo con los alubiones, busqué bandos de gansos y grullas por entretenerme con algo pues mi ánimo no era el mejor con la panza llena y el frío del noroeste.
¿Y qué se puede observar en un frío día de principios de noviembre en la R.N. Lagunas de Villafáfila, sin madrugar, sin prisas, sin agua y con poco ánimo? ¡Pues nada menos que 69 especies de aves! Nada raro, nada que haga correr a nadie, nada que publicar a toda prisa en grupos de Whatsapp o páginas webs... Pero disfrutar de 69 especies de aves así ¡por las buenas! creo que es todo un lujo.
Hacía tiempo que no anotaba todo lo que veo en Villafáfila (normalmente me centro en especies de interés) pero en esta ocasión me dio por ahí y me doy cuenta de lo afortunado que soy de tener un lugar semejante en mi tierra.
Como homenaje voy a listar todas esas aves para que estéis al día de TODO lo que podéis ver si venís por aquí y sin necesidad de machacarse, con comilona de por medio, y sin tener las mejores condiciones en este momento debido a la sequía que sufrimos:
ánsar común, tarro blanco, ánade friso, ánade azulón, ánade rabudo, cuchara común, silbón europeo, cerceta común, porrón europeo, porrón moñudo, zampullín cuellinegro, zampullín común, cormorán grande, garcilla bueyera, garceta común, garza real, milano real, aguilucho lagunero, aguilucho pálido, busardo ratonero, gavilán común, cernícalo vulgar, gallineta común, rascón europeo, focha común, grulla común, avutarda común, chorlitejo grande, chorlito dorado europeo, avefría europea, correlimos menudo, zarapito real, agachadiza común, gaviota reidora, paloma bravía, paloma zurita, tórtola turca, mochuelo común, alondra común, calandria común, cogujada común, bisbita alpino, bisbita común, lavandera blanca, lavandera cascadeña, petirrojo, tarabilla común, zorzal común, mirlo común, curruca capirotada, ruiseñor bastardo, buitrón, mosquitero común, chochín, carbonero común, herrerillo común, alcaudón real, urraca, grajilla, corneja negra, estornino negro, estornino pinto, gorrión común, gorrión molinero, pinzón vulgar, pardillo común, jilguero, verderón común y triguero.
En la imagen el único zampullín cuellinegro que anda por la Reserva.
Las grullas ponen una de las bandas sonoras de los noviembres de Villafáfila. Es la especie más emblemática aquí durante este mes.
Una vez un ornitólogo escandinavo comentó por aquí que Villafáfila era uno de los pocos lugares del Mundo donde podías tener a la vez en el telescopio a grullas, gansos y avutardas. En la siguiente foto me falta una de las tres (las avutardas no estaban lejos) pero, por suerte, esa escena la he vivido muchas veces ya.
En la Casa del Parque sigue el ánsar chico que llegó a finales de verano y que porta anilla de plástico de colección. Lamentablemente ya sale fuera a pastar con los ánsares salvajes así que, es fijo, que este invierno nos dará algún susto en forma de mensaje de Whatsapp.
Ten cuidado con esas cochinadas encima de comer. Te contaría el famoso chiste del guardia civil y su parienta pero estamos en horario infantil...
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