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miércoles, 19 de octubre de 2016

Historia de una garza del Duero

Hace unos días pude ver una garza real portando anilla de pvc de color blanco con dígitos negros NS31 en su pata izquiera y anilla metálica en la derecha. El ave se encontraba descansando cerca del puente de piedra de la localidad de Toro, en aguas del río Duero.
Se trata de un adulto y, por lo que me ha contado su historial, es un habitante habitual de estas orillas.

La garza se encontraba en la orilla opuesta a mi posición en un posadero habitual de ardeidas y cormoranes. Por suerte, aunque la anchura del río aquí es importante, pude leer el código gracias a los aumentos de la bridge.

Gracias a varios amigos pude dar con el historial rápidamente.
El ave fue liberada el 22/03/2016 por personal del CRAS de Valladolid donde ingresó una semana antes debido a un pequeño trauma sin demasiada importancia que se había hecho al quedarse enredada con un sedal de pesca, casi en el mismo lugar donde la he visto yo siete meses después. 
En la siguiente imagen, amablemente cedida por Roberto Torrero, estado en el que apareció el ejemplar y que fue rescatado con ayuda de este y de Javier Talegón, ambos toresanos y personas concienciadas con el medio natural.

La siguiente foto es del día de su anillamiento y liberación por parte del personal que cuidó de ella, en especial Cristina González, a quien agradezco infinitamente que me haya pasado los datos y las fotografías tan rápido.

La garza real es una especie común en el río Duero zamorano. Ocupa sus aguas y riberas durante todo el año ya que tenemos ejemplares reproductores, migradores e invernantes. Comparte las orillas durante el periodo anual con otras ardeidas como: avetorillo común, garceta común, garcilla bueyera, garceta grande, garza imperial y martinete común.
En la siguiente imagen otra garza, esta vez un ejemplar de primer invierno, debajo del puente de piedra, zona típica de pesca para estas grandes aves.

Y acabo con la foto de un bonito macho de Pararge aegeria, completamente nueva, luciendo colores otoñales sobre el viejo tronco de un chopo.

viernes, 10 de julio de 2015

Menú de verano

En estos días en que las "olas de calor" no dan tregua, es buen momento para dedicar tiempo a los seres que gustan de estas temperaturas y a los que se mueven en las noches de verano. Así he salido un par de estas noches en busca de chotacabras que llevarme al oído para cubrir mis cuadrículas para el Atlas de Aves Reproductoras que está en pleno proceso de trabajo de campo. Tengo varias cuadrículas en la comarca toresana, donde vivo. He sacado chotacabras europeo en todas ellas y cuellirrojo en solo dos (aunque debo prospectar mejor porque es posible que lo tenga en casi todas).
Pero la noche da muchas más cosas. La sorpresa fue un precioso ejemplar de gallipato en medio de una carretera junto a una laguna, en Villavendimio. Estaba completamente seco lo que me permitió ver matices de su piel que no se aprecian cuando están mojados. Es una pasada ese ribete azulado que tiene en la mandíbula superior.

Y los puntos naranjas de los laterales por donde salen las costillas a modo de defensa cuando se siente amenazado...

Detalle de la cabeza de esta increíble y rara criatura, endémica de la península ibérica (no está presente ni en la franja más norteña, ni Galicia y norte de Portugal, ni en gran parte del valle del Ebro) y del norte de África (Marruecos exclusivamente).

En esta madrugada también vi dos sapos corredores, a pesar de la terrible sequía que sufrimos se atreven a salir por las noches. Este estaba comiendo insectos bajo las farolas de la localidad de Abezames.

Y mi primer y único erizo de lo que va de 2015. Es increíble el declive que está sufriendo este animal. De ser común y muy familiar ha pasado a ser francamente raro. Yo hago muchos kilómetros nocturnos al año y no ha sido hasta el 05 de julio cuando he conseguido ver el primer ejemplar vivo y no atropellado. Las infraestructuras humanas son su principal enemigo, especialmente las carreteras, pero también mueren ahogados en piscinas, pozos, pilones, fuentes, etc...
Este era un adulto.

Especial atención he prestado, como toca en estas fechas (a veces porque no hay más remedio ya que no se mueven las aves en la mayor parte del día), a las mariposas. Dejo unas fotos de algunas de ellas, que se que gustan bastante.
Una de las más comunes es Pieris rapae, o blanquita de la col.

Y su versión cachas es su prima Pieris brassicae, o mariposa de la col.

Especialmente abundante estos días, Polyommatus icarus.

Otra de las especies de moda en estas semanas, Leptotes pirithous, o gris estriada, a orillas del Duero.

Una maravilla, Pararge aegeria o maculada, entre las sombras de un soto en Peleagonzalo.

Y una explosión de la gran, por tamaño, Brintesia circe o rey mozo, es lo que vivimos en este momento. A esta la fotografié en el devastado paraje de Montelarreina, en Toro.

Y algún rato de las noches también lo he dedicado a recorrer farolas de los pueblos en busca de mariposas nocturnas. Me resultan muy difíciles de identificar (con casi 2.000 sps.) y suelo necesitar ayuda y tiempo para ello. Pero de las de estos días he podido con una yo solito. Es esta maravilla que se llama Zeuzera pyrina, fotografiada en la localidad de Matilla la Seca.

También han tenido su rinconcito las libélulas, como el grupo de Platycnemis latipes que me encontré junto al río Duero hace dos días. Aquí un macho.

Y si nos pusiéramos con todos los seres que nos encontramos en el campo en estas fechas, esto sería el Apocalipsis. Me dio por fotografiar a este himenóptero y pidiendo ayuda para identificarlo en un grupo de Facebook he sabido que se trata de una de las grandes avispas de la arena, concretamente es Bembix rostrata.

De aves, como ya he dicho, muy flojo. Solo destaco un grupo de 16 avefrías en un banco de piedras en medio del río Duero. Este es un signo claro de que la especie ha comenzado su migración postnupcial porque, además, había juveniles entre ellas.

Compartiendo isla, varios andarríos chicos y algún chorlitejo chico. En la foto, dos de los primeros junto a dos avefrías.

Y en esta foto hay un pájaro... ¿qué véis?

Salir por las noches a la naturaleza tiene cientos de satisfacciones. Aquí una más, sin palabras...