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domingo, 28 de mayo de 2017

27/05/2017. Aguilucho papialbo y flamenco en Villafáfila

¡Esto no tiene fin! Los que seguís este blog ya sabréis que este mes de mayo está resultando histórico en Villafáfila. En unos días publicaré el resumen de lo que hemos visto y resultará tremendo leerlo todo junto. De momento, os resumo mi última visita.
El motivo de la misma no era otro que el de asistir a una jornada sobre murciélagos dirigida por el especialista Javier Aizcorbe. Pero los acontecimientos de la última semana me hicieron intentar sacar un par de horas previas para ver un par de aves de interés que habían aparecido, un aguilucho papialbo el día 25 y un flamenco común esa misma mañana.
El aguilucho fue descubierto por Manuel Segura el día 25 y se ha visto todos los días desde entonces. Parece aquerenciado a una zona muy concreta de la Reserva, junto al complejo lagunar -ahora totalmente seco-. Se trata de un ave de 2º año. Ayer pude verlo dos veces, en dos puntos diferentes pero próximos entre sí aunque, lamentablemente, a una distancia bastante grande. En el resumen veréis mejores fotos que la mía. Esta es la quinta cita de esta especie para la provincia de Zamora de las que tres han sido dentro de la R.N. Lagunas de Villafáfila.

Como ya he dicho, esa misma mañana Joan Ximenis descubrió un flamenco común, también de 2º año, en las lagunas de la Casa del Parque. Aquí duró muy poco y no tardó en salir para las lagunas exteriores, mejor dicho, lo que queda de ellas, que apenas son cuatro charcos. Estuvo durante todo el día entre la zona de la rasa de la Salina Grande y el puente romano. Yo lo encontré en este segundo lugar pero la llegada masiva de observadores al aviso hizo que volara y se internara en otra zona de la Salina Grande. Me dio tiempo a tomar unas imágenes que, si no se hubiera ido, serían bastante mejores pues aún yo no había llegado al límite de observación marcado por la Dirección de la Reserva, no me dio tiempo.

Es la 6ª cita para Zamora y todas han sido dentro de los límites de la Reserva. Para mí ya es el cuarto flamenco que veo en Zamora pero es una especie francamente rara en esta parte de la península.
Por lo demás, me dio tiempo a ver muy poco. Además la hora era muy mala y tenía un compromiso ineludible, por lo que dediqué poco tiempo a revisar bien todo. Aún con esto anoté 46 especies de aves. Respecto al control habitual que hago de limícolas, no había mucho de interés: cigüeñuela común, avoceta común, chorlito gris (1), avefría europea (+300), aguja colinegra (5 ejs., todos de la ssp. islandica), combatiente (1 macho nupcial) y archibebe común (2).
De lo que sí que disfruté fue de las rapaces durante la búsqueda del papialbo: culebrera europea, águila calzada, aguilucho lagunero, aguilucho pálido, aguilucho cenizo, milano negro, busardo ratonero, cernícalo primilla y cernícalo vulgar.
Este macho subadulto de cenizo me recordó a un cernícalo patirrojo macho, con esa combinación de gris oscuro y partes inferiores rojizas.

Y aquí un macho adulto que acababa de entregar un roedor a su hembra y hacía guardia mientras esta disfrutaba del manjar.
Dejo todo lo que aconteció en la magistral conferencia sobre murciélagos que nos propuso Javier Aizcorbe, de la Asociación MUR, para una próxima entrada.

viernes, 5 de mayo de 2017

Libro: BirdFlyway. Un viaje en familia por "La ruta de las aves".

Si hay algo delicioso en esta vida, entre otras muchas cosas para mí, es el sabor que te deja un libro que te ha gustado mucho cuando lees su última línea. No sé si es un sabor dulce, ácido, amargo o salado pero lo que sí sé es que es un sabor agradable. Es un sabor a satisfacción. A la satisfacción que siento de haber tenido la suerte de poder guardar, ya para siempre, esas reflexiones, esas aventuras, esos conocimientos adquiridos por primera vez, esos sentimientos y esa conexión que hemos vivido el autor y yo durante unos centenares de páginas. En este caso la conexión es mayor porque conozco bien a quien ha escrito este volumen de manera tan magnífica -una vez más-.
No voy a contaros demasiado de que va el libro. Solo haré un pequeño apunte. ¿Os imagináis ser un ave migratoria y hacer un viaje desde el lugar en que naces, en el norte de Escandinavia o Escocia, hasta el sur de España o el norte de África? Un viaje con todas las cosas que aporta un trayecto tan grande, buenas y malas. Enfrentarse a los quehaceres cotidianos de descansar, procurarse el alimento para coger fuerzas, evitar climatología adversa y seguir, siempre, rumbo sur.
Pues vivir esas sensaciones es lo que pretende la familia protagonista de la última novela de Antonio Sandoval y, para ello, se embarcan en un viaje de norte a sur por la ruta occidental europea que recorren millones de aves cada año, ¡dos veces!.
Su viaje nace al norte de nuestro continente y surca las mejores zonas de paso para las aves acuáticas de esta parte del Mundo en países como Suecia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Escocia, Inglaterra, Francia, España y Portugal.
Nuestros protagonistas usan como orientación para no perderse a lo largo de las semanas de viaje varias brújulas personales como son el amor familiar, la política, la fotografía, la poesía y, por supuesto, la observación de aves. Y es que el autor, haciendo gala de su impresionante poder de descripción que ya nos regaló en otras de sus anteriores obras, nos vuelve a integrar y fusionar con marismas, playas, lagunas, bahías, lagos, costas, carrizales y estepas, rodeados de todas esas aves que recorren el camino junto a nuestros protagonistas.
Esta es la historia y la ruta de las águilas pescadoras escocesas...

de los gansos escandinavos...

o de los miles de limícolas que vuelan saltando de humedal en humedal desde las frías tierras del norte hasta los templados inviernos ibéricos...

Con BirdFlyway todos somos, otra vez, el protagonista de "El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia" novela que, por cierto, es otra de las guías que sirven de luz para nuestros protagonistas.
Mientras escribo esto puedo ver, a través de la ventana de mi estudio, unas decenas de vencejos comunes. Vencejos que habrán pasado el invierno en distintos puntos del África occidental y que, para volver hasta aquí desde que me dejaron en agosto, han tenido que ponerse a prueba cada día. Pruebas de vida continuas -evitar depredadores, procurarse alimento, evitar temporales o sequías, etc...- que los hacen, para mí, seres todopoderosos.
Hoy mismo Antonio Sandoval está preocupado por sus vencejos coruñeses. Vencejos que, como los míos, también han hecho miles de kilómetros para volver a la ciudad que, seguramente, los vio nacer. Una de estas colonias de vencejos comunes y pálidos está siendo destruida en estos mismos momentos, simplemente, porque nadie se ha parado a pensar en si estos seres se merecen o no la oportunidad de vivir en paz unos meses antes de volver a marcharse a finales de verano rumbo al sur. Estoy convencido de que Antonio -mi amigo Toñete- piensa que nadie más que ellos tienen derecho a no ser molestados después de haber recorrido medio Mundo para volver a una ciudad tan bella como Coruña. Nosotros estamos aquí siempre ¡ya habrá tiempo de cubrir esa fachada!
No dejéis de leer BirdFlyway. Un viaje en familia por "La ruta de las aves", de Antonio Sandoval Rey y publicado por Lynx Edicions en 2016.

martes, 28 de marzo de 2017

27/03/2017. Villafáfila al día

Ayer estuve, de mañana, en la R.N. Lagunas de Villafáfila. A pesar de que aún estamos saliendo de varias borrascas que nos han barrido durante la última semana, la jornada se planteaba de transición, con nubes y claros y, con las primeras, alguna llovizna. La verdad es que ha sido un poco desesperante el sufrir días revueltos y que no haya caído prácticamente nada de lluvia. Sufrimos una sequía acuciante que como no se resuelva durante esta primera parte de la primavera va a suponer un verano duro tanto para la fauna como para nosotros mismos. Toda la parte central de la Meseta Norte se encuentra en la misma situación por lo que nuestros humedales es muy probable que queden secos en las próximas semanas, repito, si no llueve de manera masiva.
Con este panorama, me encontré con una situación un poco amarga en la Reserva. La laguna de Barillos y La Rosa, en Revellinos, ya están prácticamente secas del todo. La laguna de La Fuente, ya claudicó del todo y, en esa parte, solo Paneras mantiene la compostura. El Roal, la Salina Grande, al menos una parte de Salinas y San Pedro, todas entre Villafáfila y Villarrín, sí tienen agua pero van perdiendo a pasos agigantados. 
En cuanto a la avifauna, hay buenos números de algunas anátidas y se ve algún grupo de limícolas en paso. Os cuento a continuación.
Anoté un total de 54 especies de aves y eso que estuve solo media mañana. Debido a la sequía de las lagunas orientales y que el viento comenzaba a soplar con fuerza a ratos, decidí acabar la mañana refugiándome entre el monte mediterráneo y los cortados del puente Quintos, en Granja de Moreruela.
El primer pájaro que me dio la bienvenida a las lagunas fue este gorrión chillón.

El pato más abundante ahora mismo es el cuchara común del que debe haber entre 2500 y 3000 aves. Después de este es, sin duda, la cerceta común, con debe estar cerca del millar. Y luego ya los ánades azulones, ánades frisos y los tarros blancos. Siempre censo a estos últimos pero hoy vi que ya están muy dispersos buscando sus agujeros para criar y salían de cualquier lado, así que lo dejé.
Grupo mixto de cucharas, cercetas comunes y algún friso. Detrás unas avocetas y, en primera línea, combatientes.

Los limícolas deberían ir adquiriendo protagonismo durante las próximas semanas pero ayer solo anoté 8 especies: cigüeñuela común (sin contar), avoceta común (s.c.), chorlitejo chico (2), avefría europea (s.c.), correlimos común (41), aguja colinegra (28), archibebe común (10) y combatiente (56).
Grupo de 5 combatientes, todos machos, con un archibebe común en medio.

Otras aves chulas fueron: búho campestre (1), ganga ortega (1) y un buen paso de abubillas. De esta última especie debí ver sobre la veintena de ejemplares. No recuerdo un paso semejante por Villafáfila.

Me fijé en que todas las cajas anidaderas que revisé están ocupadas. Al menos las de cernícalos pero también vi grajillas y mochuelos.
Sin duda no hay mejores rodenticidas que el cernícalo vulgar, el mochuelo o la lechuza común, que ocupan la mayoría de las cajas. 
Aquí unos ejemplos...

Macho, en vuelo, y hembra.

Las avefrías ya andan a la disputa de sus praderas para criar también. En la imagen una hembra adulta.

Como comenté antes, a media mañana me fui para el entorno del puente Quintos buscando refugio del viento y cambiar de hábitat. Pero una vez allí comenzó a llover y aguanté poco. 
En cuanto a aves lo más guapo fue un azor azuzando a una pareja de ratoneros que estaban de vuelos nupciales. También mis primeras currucas carrasqueñas del año y multitud ya de mosquiteros ibéricos.
Adentrándome en el monte me topé con estos dos corzos.

Y en la orilla del Esla uno de los abundantes, por desgracia, visones americanos. Aquí no se cortan ni media. De hecho este salió de debajo de una pesquera y me miraba como exigiendo que me fuera de allí...
En esta foto se aprecia perfectamente esos pies adaptados a la vida anfibia.

Marzo es lo que tiene. Tan pronto te regala un día de observaciones brutales, como dos semanas antes en Villafáfila mismo, donde te hinchas a ver pájaros, como que solo te da una pequeña ración de mantenimiento, en un día desapacible encima... Pero hay que tener paciencia porque, en apenas unos días, llegará abril, uno de los "meses mágicos" para el naturalista.

jueves, 16 de febrero de 2017

16/02/2017. Villafáfila con agua, tiempo de chorlitos

¡Pues tenemos agua! Esta es, quizá, la noticia más relevante de mi visita de hoy a la R.N. Lagunas de Villafáfila. Después de la intensa sequía que hemos padecido durante todo el invierno, las lluvias de los últimos días nos han dejado una lámina bastante aceptable. Aún está lejos de su plenitud pero estimo que debe de estar sobre el 70-80% de su capacidad. De momento vamos a disfrutar pero si marzo viene seco y con temperaturas altas, volveremos a pasarlo mal. Así que esperemos que se porte y nos acabe de traer buenas nubes cargadas.

En cuanto a las aves, como reza el título, es tiempo de chorlitos dorados y avefrías. El agua ha reactivado la actividad y en pocos días se ha sumado a la fenología de estas dos especies que comienzan su paso prenupcial. Hoy he podido disfrutar de varios miles de ejemplares de ambas especies. Según parece, el censo oficial ha arrojado 6000 avefrías y yo he estimado hoy unos 1800 chorlitos dorados. Durante las dos próximas semanas tendremos un espectáculo de grandes grupos de estas aves moviéndose por el complejo lagunar.

Parte de un gran grupo de chorlitos.

También han llegado las primeras avocetas (37) y agujas colinegras (25) que van subiendo al norte, otras dos especies típicas de febrero y marzo, cuando alcanzan picos de paso muy interesantes aquí, según los años. Otros limícolas hoy fueron: zarapito real (3), combatiente (19), correlimos común (5), correlimos menudo (1) y andarríos grande (1).
Parte del grupo de avocetas.

Por supuesto, si hay agua, hay anátidas: ánsar común, tarro blanco, ánade azulón, ánade friso, cuchara común, cerceta común, ánade rabudo, silbón europeo y porrón europeo. Como notas de interés, 43 rabudos y 4 porrones, aves ya en paso pues este invierno ha sido muy pobre con los primeros y los segundos solo se encuentran en un punto que no era el de hoy, por los que los doy por nuevos. Como siempre conté los tarros, arrojando una cifra de 109 aves.
Grupo mixto de patos con la localidad de Villafáfila de fondo.

Según el censo oficial aún quedan 3000 gansos. Esta mañana me entraron muchos de ellos a la Salina Grande a primera hora de este agradable día de febrero.

Entre ellos aún pude ver a uno de los collares noruegos que han pasado este invierno con nosotros, NK6. Además estaba relativamente cerca (esto aquí es a unos 250 metros).

En estas semanas comenzarán a mezclarse los primeros migrantes con las especies invernantes, como este búho campestre.

Y algunos de los residentes, aprovechando estos primeros días primaverales, empiezan a entonar sus cantos nupciales, como hacían hoy estorninos, trigueros o perdices.

Una de las invernantes, esta lavandera boyera de la subespecie inglesa yarrellii.

Y otro, una alondra común, mimetizándose perfectamente con el entorno.

Pocas cosas me prestan más que ver y, sobre todo, oír el monótono reclamo del alcaudón real perchado en lo alto de su atalaya.

El elenco de rapaces diurnas del día ha sido el paquete básico aquí en estas fechas: milano real, busardo ratonero, aguilucho pálido, aguilucho lagunero y cernícalo vulgar. A estos habría que sumarle, como excepción, un joven azor sembrando de pánico las ruinas del abandonado pueblo de Otero de Sariegos.
Milano real.

Las cajas nido colocadas por todo el perímetro lagunar y alrededores no dejan lugar a dudas de que están ocupadas. Este mochuelo será el mejor rodenticida posible. No contamina, no altera el medio y es gratis. A ver si le entra en la cabeza a quien corresponda.

Una de las especies más beneficiadas aquí por estos refugios han sido las grajillas. No hay mal que por bien no venga ya que para nada es una especie que viva su mejor momento. Estas no eliminarán topillos pero sí que lo harán con cantidades industriales de invertebrados, siendo así fieles colaboradoras del agricultor, manteniendo a raya a escarabajos y langostas.

Resumiendo, hoy olía a primavera...

domingo, 4 de diciembre de 2016

01/12/2016. Buenos números en Villafáfila a pesar de todo...

Aunque la jornada de campo del pasado día 01 fue mucho más amplia, lo realmente interesante lo viví por la tarde en Villafáfila. Amanecí en el embalse de Ricobayo, zona entre Montamarta y San Cebrián de Castro, de ahí subí hasta el norte de la provincia, a la sierra de Carpurias para visitar el parque eólico de Las Labradas pero viendo el estado de flojera general del lugar, me fui a mediodía a Villafáfila.
Compartí almuerzo con mi amigo Pepe San Román y después ya me acompañaría hasta el fin de la jornada. Dimos la vuelta de rigor a la Casa del Parque para controlar, sobre todo, los porrones -sin novedades- y luego ya hicimos dos puntos en la Salina Grande, hasta el anochecer.
Como sabéis los que me leéis habitualmente, por aquí estamos sin agua. Pero lo sorprendente es que, a pesar de esta circunstancia, estemos teniendo un principio de invernada muy decente para algunas especies, sobre todo, el ánsar común. La entrada al atardecer de este día fue impresionante. Los 3 que allí nos encontrábamos, Jose Javier Orduña además de Pepe y yo, coincidimos en que hacía tiempo que no vivíamos una entrada de gansos semejante. Ni mucho menos como a mediados de los 90's, cuando tuvimos el pico máximo histórico de invernada de esta especie aquí, pero sí que hacía varios años que no veíamos semejante espectáculo.
Ahora falta resolver las dudas y ver si este número solo es una eventualidad debida a que la especie está en estos días en un paso intenso y esa tarde solo coincidieron los invernantes residentes con invernantes en paso o es que, realmente, hay una invernada mejor que en años previos. Como no hay censo oficial hasta mediados de mes pues, de momento, nos quedamos con las dudas.
Pero no solo los gansos han ofrecido buenos números. Hay varias especies que comienzan a mostrar su presencia en este invierno de Villafáfila con números notables. Como siempre centré mis esmeros en contar de manera concisa los tarros blancos, como desde hace 5 inviernos. El número de este día ya fue de 103 ejs. repartidos en dos núcleos, uno en la laguna de San Pedro (15) en Villarrín y el otro en la Salina Grande (88) en Villafáfila. 
Estos son parte de los primeros.

Hay presencia de todas las anátidas comunes, destacando el número ya de cercetas y silbones, además del azulón, claro.
Cercetas comunes en la laguna de San Pedro.

Y sigue el macho de ánade rabudo en la Casa del Parque. Además había un pequeño grupo en la Salina Grande, zona de la rasa.

Buen grupo hay también de limis formado por: avoceta común (12), correlimos común (131), correlimos menudo (1), aguja colinegra (1), combatiente (51) y zarapito real (8), además de avefrías, agachadizas comunes y algún andarríos grande. En la imagen los correlimos en primer plano y unas pocas avocetas ya preparando el dormidero.

Bonito espectáculo también el que nos ofrecieron las gaviotas reidoras. Puntuales a su hora cayeron del cielo procedentes de no se sabe donde; seguramente del embalse de Ricobayo o del vertedero de Zamora.

Con las últimas luces hicimos el recuento final arrojando la cifra de 394 gaviotas reidoras y 3 gaviotas sombrías.

Justo antes nos dio tiempo a leer un collar B[NR4]. Arne Follestad lo marcó en julio de 2014 en Slibraken, Noruega. Hasta ahora había visitado Dinamarca, Alemania y Holanda. Esta es la primera vez que se lee en España.

Un día más, y ya van dos seguidos, el lugar vuelve a sufrir molestias en una hora crítica como es el atardecer, cuando más aves acuden a la laguna. Si en la vez anterior fue un coche el que, ni corto ni perezoso, atravesó la cuenca, en este día fue un motorista el que se dedicó a correr con su moto, muy ruidosa, el borde lagunar levantando todo lo que había en su radio de acción. Además desde nuestra posición no apreciamos que llevara matrícula (algo común por desgracia en estas tierras) lo que nos da una información rigurosa del tipo de persona que va sobre ese vehículo y sus intenciones y que no voy a calificar de forma explícita en público. Ahí tenéis su foto. A ver si la Guardería toma nota y evita estos problemas que sufrimos día tras día. Recordemos que el acceso ahí está PROHIBIDO.

Por lo demás otro atardecer para recordar...

La siguiente foto la hizo José Javier con mi cámara pero por defecto puse mi nombre.

Pero como ya conté al principio mi jornada empezó al amanecer. El embalse de Ricobayo está bajo mínimos. Esto hace que apenas haya agua estancada salvo en algún tramo como en Montamarta. Entre San Cebrián y Perilla ya solo es el río Esla. Está tan bajo el nivel que afloran viejas construcciones como este puente que debió servir como travesía hace muchos años, antes de quedar sumergido por las aguas del pantano.

La zona de Valclemente, un lugar ideal para ver aves con unos niveles de agua decentes, se encuentra así.

Pero en Montamarta sí había algunas cosas de interés como 5 porrones europeos, 1 gaviota sombría y, sobre todo, 1 tarro blanco. Este último debe de ser uno de los dos que aparecieron en septiembre. Fuera de Villafáfila esta especie no es nada común en Zamora. Los somormujos lavancos arrojaron la cifra de 403 individuos, lo que vuelve a constatar que este es el mejor punto de invernada de la especie en nuestra provincia.
Y antes de ir a Villafáfila estuve en Las Labradas, en la sierra de Carpurias, entre Arrabalde y Villaferrueña. La zona que más me gusta es la del castro de los astures -II Edad del Hierro- pero decidí ir al parque eólico en busca de alguna especie montana que ya se ha visto por aquí (acentor alpino y gorrión alpino). No se movía ningún pájaro salvo un grupo de perdices rojas y alguna curruca rabilarga. Eso sí, la meseta del castro se ve imponente desde aquí, sobre la vega del río Eria.