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sábado, 13 de agosto de 2016

12/08/2016. Embalse de Ricobayo

Ayer hice una nueva visita de control migratorio a la orilla sureste del embalse de Ricobayo, en términos municipales de Montamarta y San Cebrián de Castro, aunque la mañana la acabé en la parte norte, en Moreruela de Tábara.
Como cabe de esperar en estas fechas la migración es muy notable ya y hay un claro aumento de efectivos en todo el humedal. Además la Salina Grande de Villafáfila se ha secado del todo y muchas de esas aves se desplazan al cercano embalse, a poco más de 10 kilómetros en línea recta, para acabar de pasar el verano.
Justo antes de la salida del sol ya estaba en las orillas de Montamarta. Las garzas reales aún se estaban desperezando de pasar la noche en un gran grupo que se iba disolviendo según salía el astro rey por el Este.

Como siempre en estas fechas centro mis esfuerzos en las aves acuáticas que son las que más alegrías suelen darnos aquí. Y dentro de las especies asociadas al agua, lo mío son los larolimícolas.
Hoy anoté 9 especies de limícolas, todas ellas bastante escasas salvo el andarríos chico. Junto a este, las siguientes: avefría europea, chorlitejo grande, chorlitejo chico, correlimos común, correlimos menudo, archibebe claro, andarríos grande y andarríos bastardo. De esta última especie vi un ejemplar en Montamarta y otro en San Cebrián. Este es el último de los dos.

Lo más interesante fue la observación de un tarro blanco, un juvenil. Esta anátida, tan abundante en los últimos años en Villafáfila, es bastante escasa fuera de ahí por toda la provincia. Personalmente no debo tener más de 2-3 citas fuera de la Reserva Natural, con esta. Llegó al punto donde yo estaba, permaneció unos 5 minutos y voló hasta desaparecer.

En el punto habitual, hoy había 3 cigüeñas negras.

En San Cebrián, con la isla central ya formada, descansaban 26 espátulas, entre garzas reales, cigüeñas blancas y cormoranes grandes.

Con ellas también, 2 garcetas grandes.

El total de gaviotas que conté en todo el embalse fue: gaviota reidora (165 en Montamarta + 35 en San Cebrián), gaviota sombría (4) y gaviota patiamarilla (1). En la imagen, un par de sombrías con reidoras.

Parte del grupo de reidoras de Montamarta.

Y detalle de un adulto.

Desde la orilla de Montamarta conté 63 somormujos lavancos y con un pariente mucho más escaso en Zamora acabé la mañana, un zampullín cuellinegro desde la orilla de Santa Eulalia de Tábara.

Fuera del grupo de las aves acuáticas hubo cosas chulas.
Un par de alimoches, un adulto y su pollaco recién volado, por ejemplo.

Otras rapaces del día fueron: buitre leonado, culebrera europea, milano negro, águila calzada, ratonero, aguilucho cenizo, aguilucho lagunero, cernícalo vulgar, alcotán y gavilán común.
Esta joven collalba rubia fue de los primeros pajarillos a los que iluminó el sol. Cerca de allí protestaba una curruca cabecinegra mientras era perseguida por un ruiseñor común.

Aprecié un pico de paso notorio de tórtola europea. Vi un total de unos 30 ejemplares en varios puntos que, por supuesto, no pienso hacer públicos. Como muchos sabéis este próximo lunes comienza la media veda y en pocos días muchas de estas bellezas, recordemos que es una especie en un estado de conservación lamentable tanto en España como en el resto de Europa, formarán parte de la percha de los cazadores. Es incomprensible que aún forme parte de la lista de especies cinegéticas. Cazadores que necesitan matar para acabar con ese mono que tienen desde enero. Sed de sangre, ni más ni menos.

Una abubilla, como no.

Fueran del orden de las aves, algunas observaciones interesantes.
En San Cebrián vi un par de segundos un eslizón tridáctilo y como es costumbre, a pesar de que esta vez le hice una espera de 20 minutos, fui incapaz de fotografiarlo.
Al que sí pude pillar fue a este galápago de Florida, como sabéis, especie invasora en nuestro país. Se trata de un animal adulto.

Y en un claro del monte sorprendí a esta cierva ocupada en dar de mamar a su recental.

Para acabar os mostraré un viejo puente que permanece bajo las aguas del embalse la mayor parte del año. Está en término municipal de San Cebrián de Castro y servía para pasar el arroyo Valdeladío, que desemboca en el río Esla. En esta parte, hoy en día, este arroyo no es más que un brazo del gran pantano, aunque el arroyo sí es tal aguas arriba, desde antes del mismo pueblo. El puente está en la Ruta de la Plata y seguro que ha conocido tiempos mejores en los que llegó a ser imprescindible para pasar el vallejo que forma el Valdeladío. Hoy en día todos los peregrinos van por el camino adyacente con un puente mucho más moderno.
Como véis está hecho, o forrado al menos, con el material estrella de la zona, la pizarra.
Todo esto es lo que vi prospectando una ínfima parte de las orillas de Ricobayo. Imaginaros lo que sería un censo completo...

martes, 7 de abril de 2015

06/04/2015. Zampullín cuellinegro en Ricobayo

Abril hay que exprimirlo todo lo que se pueda y, en estos primeros días, los pajareros zamoranos vamos a saco. Por salir de la rutina de Villafáfila-Comarca toresana me fui a hacer un recorrido por otra parte de la provincia a ver que me deparaba. La intención era, básicamente, dar con mis primeros estivales de algunas especies que ya comienzan a verse y, como siempre, buscar entre ellos algo de interés provincial. En líneas generales la tarde estuvo bastante bien.
Mi recorrido, aprovechando que estaba en Zamora capital, fue: embalse de Ricobayo (a la altura de Montamarta), ZEPA "Cañones del Duero" (en Almaraz de Duero) y las, ya archiconocidas, graveras de Coreses.
En el embalse me asomé a la cola junto al pueblo de Montamarta y, después, a lo que denominamos localmente "el ensanche". 
En la primera parte anoté lo siguiente de interés respecto a aves ligadas al medio acuático: pagaza piconegra (9), gaviota reidora (16), somormujo lavanco (42), garcilla bueyera (2), garza real (3), chorlitejo chico y andarríos chico.
En la segunda me esperaba lo mejor: zampullín cuellinegro (1), somormujo lavanco (113), pagaza piconegra (1) y gaviota reidora (7).
El zampullín cuellinegro es solo el tercero que veo fuera de Villafáfila en toda mi vida, en nuestra provincia, después de otro que anoté en Toro en julio de 2011 y un joven en el azud de Santa Eulalia de Tábara, con Cristian, en julio de 2014. No se si habrá más observaciones dentro del embalse. Además tuve la suerte de que estaba pegado a la orilla por lo que pude hacerle buenas tomas. Si hubiera estado en la orilla de enfrente, ni lo habría visto.



De aquí me desplacé a la ZEPA "Cañones del Duero", a la altura de Almaraz de Duero, con la intención de probar suerte con las alondras ricotís ya que la madrugada del día 02 pude escuchar dos ejemplares en el único lugar conocido para la especie en la provincia, en la actualidad. Seguramente debido a la hora no tuve suerte pero, al menos, pude escuchar mi primer cuco del año.
Y de aquí a acabar la tarde en las graveras de Coreses que están muy interesantes desde hace un mes. En cuanto a los patos colorados solo pude ver un macho joven que fue descubierto hace unos días, haciendo el número nueve de este año. No tuve suerte porque me consta que hay más parejas por ahí que deben pertenecer al grupo de 8 ejs. que llegaron a mediados del pasado mes.
Imagen del nuevo. Desconozco el porqué está tan poco mudado a pesar de ser abril.

La segunda sorpresa del día fueron una pareja de carretonas. Por lo visto unas horas antes fueron descubiertas por José Barrueso pero yo no sabía del tema hasta después de haberlas visto. Las encontré descansando en un recodo poco visible de una de las graveras más importantes y casi se me pasan ya que el sol estaba a punto de ponerse del todo. Primero vi a la hembra caminando en una isleta y, después, dí con el macho entre el carrizal, ya que supuse que no estaría sola.


En esta misma gravera había limícolas: combatiente (4), agachadiza común (2), andarríos grande (2), archibebe común (3), chorlitejo chico (4pp), andarríos chico (2) y cigüeñuela común (1p).
Uno de los combatientes.

Y de estivales nuevos para mi, sumando los de los tres puntos, fueron: pagaza piconegra, colirrojo real, collalba rubia, cuco común y lavandera boyera.
Colirrojo real macho en la vegetación que hay junto a la ermita de Montamarta.

Collalba rubia macho junto al embalse de Ricobayo.

Una pareja de collalbas grises, segunda observación del año. En este principio de primavera de 2015 se están vendiendo muy caras por aquí. Parece imposible que solo lleve dos observaciones en lo que va de temporada.

Y un clásico de las orillas de Ricobayo, la cogujada montesina.

Estos son los tres puntos que visité, tomando como referencia Zamora capital.

Y me paré un ratín con unos escarabajos en jarales junto al Duero. Es un crisomélido, Lachnaia pubescens, que es bastante común por lo visto. He podido identificarlo gracias a la ayuda de dos miembros del magnífico foro NaturZamora, Pepe San Román y Abel Bermejo. Así que un animalico más a la extensa lista de la fauna zamorana que va apareciendo en este blog.

De días anteriores tengo alguna cosa de interés a parte de las ricotís del día 02. El día 03 oí mi primer torcecuello en Belver de los Montes. El día 04 vi un águila pescadora en el Duero, en Toro y 9 cigüeñuelas en la laguna de Villaguer, dentro del mismo término municipal. Aquí cinco de ellas.

sábado, 10 de enero de 2015

Mi Big Year 2014

Durante el año 2014 he vuelto a participar en el Big Year español. Si en 2013 lo hice en la categoría Local Patch, alcanzando la cifra de 222 especies de aves vistas en la R.N. Lagunas de Villafáfila y vega del Esla (como denominé a mi parche de 40.000 Ha.), en el pasado año lo hice en la categoría Provincial (E1) donde he alcanzado las 243 especies vistas en la provincia de Zamora.
Esta cifra ha colmado mis expectativas ya que me había puesto como objetivo llegar a las 240. Si en 2013 sí que tenía esperanzas de hacer un buen papel a nivel nacional (quedé en 5º lugar) este año era consciente de que lo tenía muy difícil. Solo me planteé hacer la mejor cifra a nivel regional (Castilla y León) y la mejor en la provincia (donde participábamos 5 personas). En ambos casos conseguí la cifra más alta.

Sierra de Porto, mediados de marzo. Primera intentona fallida a las charrelas (perdiz pardilla)

La mejor lista del país en esta modalidad la alcanzó Grabi de Jesús, con Gerona, donde anotó 299 especies de aves. Desde el principio era una de las provincias favoritas (por aquello de la diversidad de hábitats, incluyendo una combinación que falta en muchas provincias, alta montaña y mar). Además Grabi ha hecho un papel fantástico exprimiendo al máximo sus posibilidades, lo que añade mérito a su gran año.
Dignísima mención para Juan Carlos Albero y sus 264 especies en Huesca, para mi, el otro campeón del 2014. Es una cifra espectacular para una provincia de interior. ¡Me ha sacado 21 especies ni más ni menos! Fantástico, ¡¡enhorabuena Albero!! Podéis ver su gran año aquí: Pajareando por Huesca.
En cuanto a los compañeros regionales, había varios participando en provincias como Soria (1), Burgos (4), León (1), Salamanca (2), Ávila (1) y Zamora (5). Después de mis 243, la mejor cifra es de 236 compartida por Mario Alonso (BU) y J.Alfredo Hernández (ZA). En León se llegó a las 216, en Soria a las 217, en Salamanca a las 193 y en Ávila a las 180. Sin duda las dos últimas no han sido demasiado bien trabajadas... ;-)

Ribera sayaguesa en primavera

Yo he fallado varias especies que se han citado durante el año 2014 en la provincia de Zamora. Cuando hablo de fallar quiero decir especies que se vieron y que intenté ver, algunas, en más de una ocasión, y con las que no tuve suerte o no supe dar con ellas. Además ha habido otras que se citaron y que no se volvieron a ver. Sumando estas a las mías dan un total de 256 especies. Es decir, esta es la cifra máxima que hubiera alcanzado de haber hecho un perfect (como se decía en las salas de juegos en mi juventud cuando pasabas una pantalla sin cometer un error). Como véis ni siquiera así hubiera hecho la trepidante cifra de Juan Carlos Albero.

Chochín en las riberas del Duero, Toro.

Pero el número 256 nos dice más. Nos ofrece la posibilidad de saber, exactamente, el número de especies de aves que se han visto en 2014 en toda la provincia de Zamora. ¡Esperad! que tengo las que faltan...
(Con una "F" las que intenté ver y fallé): ánsar campestre (F), buitre moteado, correlimos pectoral (F), gaviota de Audouin, canastera común, perdiz pardilla (F), cerceta americana (F), guión de codornices, terrera marismeña, garcilla cangrejera (F), chorlito carambolo, graja y chocha perdiz.
Para seguir la participación del resto de participantes lo mejor ha sido un grupo de Facebook (The Big Year Spain) donde casi todos han ido anotando puntualmente sus observaciones. Una lástima que haya gente que todavía no participe en este grupo y presenten una cifra final sin saber, en muchas ocasiones, de donde han salido los pájaros. En ese grupo, todos los que estamos, hemos presentado nuestras listas para evaluación del personal. Otras tantas deben estar en la web Reservoir Birds, por lo visto.

Castro de Alcañices, Arribes del Duero, me enseñó la collalba rubia.

Mi excusa principal para decantarme por la categoría provincial para un nuevo Big Year era el de salir de la comarca terracampina y, sobre todo, de Villafáfila y recorrer rincones de mi provincia donde hacía muchos años que no iba y, por supuesto, conocer otros muchos.
Le he podido dedicar bastante tiempo, sobre todo, la primera parte del año hasta que nació mi pequeña Aitana. Después la cosa fue mermando hasta apenas poder salir nada. En verano estuve fuera (Cádiz) y en noviembre-diciembre también (Tailandia), aunque estos dos períodos no influyeron demasiado ya que no apareció nada a lo que hubiera tenido que acudir. Ambas invernadas fueron bastante flojas, sobre todo en la que estamos ahora mismo, poco menos que ridícula por aquí.
Hubo algunas especies que me dieron mucha guerra como, por ejemplo, la cigüeña negra que me costó varias intentonas en primavera en sus zonas de reproducción pero que después, en postnupcial, me hinché a verla. También me tocó echar varios ratos a la curruca tomillera, y el piquituerto me costó un intensivo tour por la Sierra de la Culebra, hasta que apareció en el último punto in extremis. De la primera parte del invierno (de enero a marzo) me dejé poco, el más fastidiado y con el que me la jugué fue el pinzón real pero, por suerte, pude recuperarlo en los últimos días de diciembre, no sin tener que llenarme el ojo de pinzones vulgares. Aunque parezca mentira, el martín pescador me dió esquinazo hasta, nada menos, mediados de abril.
Hay muchas anécdotas que contar a lo largo de todo un año y necesitaría casi un blog en exclusiva para hacer varias entradas.

...pero el campo no solo me dio aves. Un pecado haberse perdido la luna llena que tuvimos en septiembre...

Paralelamente me inventé un Big Year de herpetos (anfibios y reptiles) y mamíferos, como "daños colaterales" de la búsqueda de aves. En el primero me quedé en una ridícula cifra de 22 especies y, en el segundo, el más honorable número de 25 especies de mamíferos.
Marzo, el día en que todos fuimos a ver los dos flamencos comunes que aparecieron en Villafáfila.

No quiero acabar sin agradecer a mucha gente el haberme pasado info en muchos casos y, en otros tantos, incluso haberme acompañado. Sin duda, agradecer mil veces a Cristian Osorio cada whatsapp enviado con información valiosísima. A Hipólito Hernández las magníficas jornadas por la montaña sanabresa conociendo rincones increíbles (¡te prometo que iré a verte varias veces cada año para seguir compartiendo tortilla y vino allí arriba aunque no esté de Big Year!). A J.Alfredo Hernández por la localización de varios pájaros "históricos" de la provincia que ya tenía olvidados, como ese amanecer con las ricotís. A Manuel Rodríguez por avisar raudo también y acompañarme en varias ocasiones (que no son más porque él no quiere...), José Barrueso, Pepe San Román, Javier Talegón... y tantos otros que en el foro NaturZamora han dejado sus observaciones sin saber, en algunos casos, que yo les gorroneaba todo.


G R A C I A S

lunes, 24 de junio de 2013

22/06/2013. ¡Charrán patinegro en Zamora!

Nueva visita a la parte montana de mi local patch con dos objetivos: collalba rubia y chotacabras gris, pero a eso de las 20:00 hrs. algo eclipsó los éxitos pasados y futuros de la tarde.
Esta parte de mi lugar favorito para bichear está compuesta básicamente por las riberas del río Esla con fuertes pendientes en alguno de sus tramos, monte bajo mediterráneo, manchas de encinar adehesado, salpicado por pinares de repoblación, praderías, campos de cultivo de secano, barbechos, algún viñedo y algún campo con regadío y escasísimo bosque de ribera. Además, parte del río está retenido por una pequeña presa a la altura de Santa Eulalia de Tábara y amansa sus aguas en un azud que es ideal para ver aves ligadas al medio acuático. La visita aquí es obligada casi siempre que voy por allí.
Como reza el título, la tarde iba dándonos lo que veníamos a buscar pero mientras disfrutábamos con la observación de, nada menos, que tres charranes comunes en este azud se unió a ellos un charrán patinegro adulto. Esto supone la primera cita para Zamora y para Castilla y León. 
En una pasada que nos dieron los charranes comunes aprovechamos para fotografiarlos (es el mayor número de ejemplares de esta especie que he visto juntos en mi provincia) y, mientras los enfocaba con la cámara, se me cruzó el patinegro al que intenté seguir pero perdí. Menos mal que estaba Cristian a mi lado y  él sí fue capaz de hacerle algo para dejar constancia de tan tremenda observación. Tengamos en cuenta que este es uno de los charranes más ligados al mar que podemos ver en España y que sus observaciones en el interior son muy, muy raras.
Dejo la serie de fotos de Cristian Osorio para que podáis disfrutarlo.



Nos quedamos patidifusos y, rápidamente, avisamos a la gente correspondiente para que supieran que, en la lista de Zamora y Castilla y León, tenemos un nuevo socio. Para mi, personalmente, añadir especies y aumentar la lista de aves observadas en un lugar (a cualquiera de los niveles) me resulta muy gratificante.
Y aquí, fotos de alguno de los charranes comunes.


Pero la tarde ya había empezado muy bien con el cumplimiento de uno de los objetivos ya que, al llegar y sin bajarnos del coche aún pudimos ver, brevemente eso sí, un macho de collalba rubia en el monte de Bretocino, posado sobre una señal de la carretera primero y, de un corto vuelo, sobrevolando un pinar de repoblación de poco porte, y la perdimos. Esta era la especie número 188 en mi participación en el Big Year.
Fuimos a buscar otra collalba que había sido observada por Xabi Prieto, pajarero gallego que estuvo de visita por aquí hace unos días, pero no tuvimos la misma suerte que él o no supimos dar con ella. Lo que parece claro es que, al menos, hay dos machos seguros en la zona y que, por lo tanto, podría haber dos parejas.
Pero mientras buscábamos la segunda collalba, pudimos ver una silueta inconfundible en el horizonte. Se trataba de un abejero europeo, una de las rapaces que, potencialmente, podía ver aquí y que, ahora sí, ya era la 189 del año. Pude hasta hacerle una foto testimonial.

El pájaro 190 de mi Big Year fue el charrán patinegro, ¡ni más ni menos! y la 191 sería el segundo objetivo que me había marcado para esta jornada, el chotacabras gris o chotacabras europeo. Tuvimos que quedarnos hasta que se puso el sol del todo para oír a un ejemplar cantando en la zona de Vallefondo, en Bretocino. Sin duda, uno de los sonidos más bonitos del verano. Aquí también oímos hasta 3 alcaravanes diferentes.
Pero, entre medias, hubo más pájaros de interés. En el azud de Santa Eulalia de Tábara pudimos ver una pareja de garza imperial que se levantó de una zona de carrizal. Casi seguro que estarán criando ahí. Esta especie está en clara expansión en nuestra provincia y parece que, definitivamente, ha alcanzado el río Esla. También aquí, de interés, unas 30 gaviotas reidoras, 3 garcetas comunes y multitud de vencejos comunes alimentándose sobre las aguas del río. Tuvimos tiempo para las libélulas, pudiéndome anotar un bimbo en mi corta vida como aficionado a las libélulas, Coenagrion mercuriale.
De noche también pudimos oír un autillo desde el Puente Quintos.
Otra jornada más en Zamora para recordar...

lunes, 23 de julio de 2012

La rubia

El pasado día 18 estuve haciendo algo típico de muchos zamoranos en estos meses de estío cuando el calor aprieta de verdad. Quedas con amigos, preparamos un montón de comida (tortilla de patata, pimientos fritos, empanada, ensalada, embutidos varios, sandía, gelatina de frutas, etc...) y bebida (agua, cerveza, vino y cola) y nos vamos a pasar el día a alguno de los lugares de baño que tiene nuestra provincia. El más conocido es el Lago de Sanabria pero, cuando no dispones del tiempo suficiente o no te apetece hacer tantos kilómetros -ya que queda en la parte más noroccidental del límite provincial- nos buscamos otra cosa. Y de todos esos humedales donde poder refrescar el culo en sitios decentes está el más familiar y cercano embalse de Ricobayo. El plan está claro: mesa de camping, sillas, parchís, cartas, bañadores, toallas, sombrilla y un buen par de encinas con buena sombra. Eso es el día estándar pero, cuando entre los asistentes al lugar hay un pajarero, la cosa cambia un poco antes o después, justo en el momento en que esa persona dice: "bueno chicos, casualmente (¡¡!!), tengo los prismáticos y el equipo en el maletero del coche, voy a darme una vueltecita a ver que se mueve por ahí...". Desde luego, eso es una manera ambigua de hablar porque tienes muy claro lo que vas a hacer. Sabes que estás a finales de julio y que el paso migratorio postnupcial está a puntito de desatarse de manera masiva. El rato que has pasado dentro del agua haciendo la carpa has estado viendo que, sobre vuestras cabezas, pasaban grupos de gaviotas reidoras, cormoranes grandes, milanos negros pescando alburnos y algún andarríos chico que corretea por las orillas. Y, mientras has comido, no has dejado de controlar con el rabillo del ojo que, a escasos metros, hay alboroto de collalbas rubias.
Todo esto, que para muchos os será familiar (cada uno con sus matices), es lo que pasó ese día, a orillas de ese embalse y en el t.m. de un pequeño pueblo cercano a Zamora capital llamado Palacios del Pan. Dándome la vueltecita, como les dije a familia y amigos, me paré un rato a disfrutar de una especie de pájaro que me encanta pero que no veo a menudo ya que no la hay donde tengo establecido mi local patch (y que los seguidores de este blog conocéis de sobra). Desde una distancia de seguridad estuve viendo sus evoluciones sobre las carrascas, jaras y piedras de la orilla del embalse. Eran un macho y una hembra con dos jóvenes que ya volaban estupendamente pero que aún requerían de sus servicios para alimentarse. No quise molestarlos demasiado pero, para un adicto fotógrafo talibán de naturaleza de estos que andan sueltos por ahí en estos tiempos, hubiera sido una oportunidad única de hacer unas buenas fotos de esta especie, ya que solo habría que haberse arrimado a los dos confiados jóvenes para haber tenido a los dos adultos a escasos metros. Pero bueno, me conformo con esto para hablaros un poquito de la situación de esta especie en Zamora.
Primero, unas fotos de la hembra.



La collalba rubia Oenanthe hispanica, es un pájaro ligado al hábitat mediterráneo más típico. La podemos encontrar desde las dehesas abiertas, hasta las carrasqueras más cerradas, pasando por barrancos fluviales o praderías con matorral disperso. Lo que sí que parece que necesita son lugares con temperaturas suaves y soleados ya que huye de las zonas más umbrosas y no es difícil encontrarla activa en las horas más calurosas del día.
Con este panorama la tenemos bien distribuída por casi toda la provincia de Zamora estando ausente de manera general, como es lógico por falta de hábitat o de condiciones ambientales, en: Tierra de Campos, comarca de Toro, parte de La Guareña, Sanabria, Carballeda y las partes más altas de las sierras de La Culebra y Carpurias, así como en las extensiones más cultivadas de la Tierra del Vino. Esto, sin garantizar que no pueda haberla en algún pequeño recodo dentro de estos lugares, que cumpla unas condiciones mínimas en cuanto a sus preferencias.
Las zonas con mejor representación de esta especie en la provincia podrían ser: Sayago (con Arribes), Aliste, Alba, Valles de Benavente, parte de la Tierra del Vino y Tierra del Pan.
En definitiva, la collalba rubia se va rarificando en la provincia cuanto más al noroeste. Tengamos en cuenta que estamos en el límite de distribución nacional de la especie y que, más arriba de Zamora, solo la podemos encontrar en algunos sitios de la provincia de Ourense y en la parte más meridional de León.
Fotos del macho.

 Además, fuera de sus zonas de cría, se puede observar en migración. En el paso primaveral son fácilmente separables, de la collalba gris, en los lugares donde no cría debido a la librea nupcial que viste en esas fechas. El problema son las citas fuera de su hábitat, por ejemplo, en Tierra de Campos durante el paso postnupcial cuando ambas especies están en pleno proceso de muda y separar los jóvenes, por ejemplo, es muy difícil. La manera más fácil ante la duda es esperar a que vuelen y fijarse en el diseño de su cola, diferente entre ambas collalbas.
Foto de uno de los jóvenes. 
Allí quedaron las collalbas rubias de Palacios del Pan, junto al embalse de Ricobayo y el puente de Manzanal, con la tarea de la reproducción cumplida al 95% y preparándose para volver a sus cuarteles de invierno en unas poquitas semanas.
Y ese ratito de hace unos días me ha servido para hablaros de otro pájaro zamorano más, aunque solo son unas nociones generales. Si todo va bien podréis leer más y de forma mucho más detallada sobre este y todos los pájaros que habitan mi provincia en una próxima obra sobre ellas en la que estamos trabajando un grupo de aficionados pajareros de Zamora.