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martes, 28 de marzo de 2017

27/03/2017. Villafáfila al día

Ayer estuve, de mañana, en la R.N. Lagunas de Villafáfila. A pesar de que aún estamos saliendo de varias borrascas que nos han barrido durante la última semana, la jornada se planteaba de transición, con nubes y claros y, con las primeras, alguna llovizna. La verdad es que ha sido un poco desesperante el sufrir días revueltos y que no haya caído prácticamente nada de lluvia. Sufrimos una sequía acuciante que como no se resuelva durante esta primera parte de la primavera va a suponer un verano duro tanto para la fauna como para nosotros mismos. Toda la parte central de la Meseta Norte se encuentra en la misma situación por lo que nuestros humedales es muy probable que queden secos en las próximas semanas, repito, si no llueve de manera masiva.
Con este panorama, me encontré con una situación un poco amarga en la Reserva. La laguna de Barillos y La Rosa, en Revellinos, ya están prácticamente secas del todo. La laguna de La Fuente, ya claudicó del todo y, en esa parte, solo Paneras mantiene la compostura. El Roal, la Salina Grande, al menos una parte de Salinas y San Pedro, todas entre Villafáfila y Villarrín, sí tienen agua pero van perdiendo a pasos agigantados. 
En cuanto a la avifauna, hay buenos números de algunas anátidas y se ve algún grupo de limícolas en paso. Os cuento a continuación.
Anoté un total de 54 especies de aves y eso que estuve solo media mañana. Debido a la sequía de las lagunas orientales y que el viento comenzaba a soplar con fuerza a ratos, decidí acabar la mañana refugiándome entre el monte mediterráneo y los cortados del puente Quintos, en Granja de Moreruela.
El primer pájaro que me dio la bienvenida a las lagunas fue este gorrión chillón.

El pato más abundante ahora mismo es el cuchara común del que debe haber entre 2500 y 3000 aves. Después de este es, sin duda, la cerceta común, con debe estar cerca del millar. Y luego ya los ánades azulones, ánades frisos y los tarros blancos. Siempre censo a estos últimos pero hoy vi que ya están muy dispersos buscando sus agujeros para criar y salían de cualquier lado, así que lo dejé.
Grupo mixto de cucharas, cercetas comunes y algún friso. Detrás unas avocetas y, en primera línea, combatientes.

Los limícolas deberían ir adquiriendo protagonismo durante las próximas semanas pero ayer solo anoté 8 especies: cigüeñuela común (sin contar), avoceta común (s.c.), chorlitejo chico (2), avefría europea (s.c.), correlimos común (41), aguja colinegra (28), archibebe común (10) y combatiente (56).
Grupo de 5 combatientes, todos machos, con un archibebe común en medio.

Otras aves chulas fueron: búho campestre (1), ganga ortega (1) y un buen paso de abubillas. De esta última especie debí ver sobre la veintena de ejemplares. No recuerdo un paso semejante por Villafáfila.

Me fijé en que todas las cajas anidaderas que revisé están ocupadas. Al menos las de cernícalos pero también vi grajillas y mochuelos.
Sin duda no hay mejores rodenticidas que el cernícalo vulgar, el mochuelo o la lechuza común, que ocupan la mayoría de las cajas. 
Aquí unos ejemplos...

Macho, en vuelo, y hembra.

Las avefrías ya andan a la disputa de sus praderas para criar también. En la imagen una hembra adulta.

Como comenté antes, a media mañana me fui para el entorno del puente Quintos buscando refugio del viento y cambiar de hábitat. Pero una vez allí comenzó a llover y aguanté poco. 
En cuanto a aves lo más guapo fue un azor azuzando a una pareja de ratoneros que estaban de vuelos nupciales. También mis primeras currucas carrasqueñas del año y multitud ya de mosquiteros ibéricos.
Adentrándome en el monte me topé con estos dos corzos.

Y en la orilla del Esla uno de los abundantes, por desgracia, visones americanos. Aquí no se cortan ni media. De hecho este salió de debajo de una pesquera y me miraba como exigiendo que me fuera de allí...
En esta foto se aprecia perfectamente esos pies adaptados a la vida anfibia.

Marzo es lo que tiene. Tan pronto te regala un día de observaciones brutales, como dos semanas antes en Villafáfila mismo, donde te hinchas a ver pájaros, como que solo te da una pequeña ración de mantenimiento, en un día desapacible encima... Pero hay que tener paciencia porque, en apenas unos días, llegará abril, uno de los "meses mágicos" para el naturalista.

miércoles, 25 de enero de 2017

22/01/2017. Jornada maratoniana

Por fin tuve una jornada completa de campo en este 2017 por tierra zamorana. Comenzaba a desesperarme no tener un rato para disfrutar un día completo sin prisas y poder así avanzar un poco con el Big Year que me he propuesto este año como "reto".
Decidí visitar las riberas del río Esla entre Bretocino y Santa Eulalia de Tábara, unos de mis lugares favoritos y  que tenía muy abandonados. Eso para la mañana y, la tarde, acabar en la R.N. Lagunas de Villafáfila.
Como es menester en esta época del año, si queremos aprovecharnos de un soleado día invernal, primero hay que pagar la penitencia de una buena helada. Así estaba el Esla en Bretocino, justo antes de la zuda que encauzaba el agua al viejo molino.

Aquí me entretuve con las anátidas que se iban desperezando y con los pequeños pajarillos ribereños que iban comenzando su actividad. El sol prometía luz pero no calor. A esta hora había -5ºC. Que se lo pregunten a esta garceta grande (una de los 5 ejemplares que había por allí) que ansiaba coger calor lo antes posible después de una noche que debe de haber sido demencial para los habitantes del gran río.

Entre los patos lo más interesante fueron 4 ánsares comunes que debieron de pasar esa noche allí pues, lo lógico, es que lo hagan en las cercanas lagunas de Villafáfila. Además de los azulones también anoté 7 ánades frisos y 5 cercetas comunes.
Entre los paseriformes lo mejor fue un grupito de unos 20 lúganos, caros este año, y una buena cantidad de zorzales por el lugar.
Aquí los gansos.

Desde la ribera de Bretocino subí al monte que lleva a la carretera hacia Santa Eulalia de Tábara. Muy pobre en aves esta zona, al menos, pude disfrutar de las imponentes vistas sobre el Esla que se remansa debido a la cercana presa.

Mi ave favorita me acompañó durante este rato. La estampa de los alcaudones reales sobre las perchas más altas emitiendo su monótono y sonoro reclamo que rompe el silencio invernal es uno de esos momentos top de la estación fría, para mí.

Ya en el azud, junto a la presa, me dediqué a censar las acuáticas (salvo los cormoranes) también. Esto fue lo que conté: ánade azulón (464), ánade friso (81), silbón europeo (46), cerceta común (4), zampullín común (12), somormujo lavanco (2), garceta grande (2) y andarríos grande (3). Viendo los buenos números de alguna especie fui hasta el puente Quintos, desde la orilla de Granja de Moreruela, pues supuse que allí también habría patos. Si los contaba tendría censado todo este tramo más embalsado, así que eso hice. 
En esta parte anoté: ánade azulón (11), ánade friso (4) y silbón europeo (99), zampullín común (8) y garceta grande (1).
Esos 145 silbones y 85 frisos aquí son una cifra muy a tener en cuenta. Quizá la sequía de Villafáfila tenga algo que ver. En la imagen varios de ellos en la orilla del hielo.

Después del merecido almuerzo quise aprovechar la tarde en la R.N. Lagunas de Villafáfila. La dediqué, básicamente, a buscar especies nuevas para el Big Year recién estrenado. 
Pero de todas esas especies que había planeado buscar había una con la que no contaba, al menos, este día. Sí para el cómputo anual pero tenía pensado dedicarle algún rato en un punto conocido para la especie ya que conlleva el ponerse botas de agua, patear, etc...
Sin querer me tropecé con una agachadiza chica en una cuneta inundada. A pesar de llevar ya un buen puñado de aves vistas aquí esta es, sin duda, la mejor observación de todas. A un par de metros del coche y totalmente confiada y alimentándose con ese movimiento tan característico -editaré un vídeo los próximos días para que lo veáis-. Es, sin duda, uno de los limícolas más misteriosos de todos los que pasan por nuestro país. De hábitos muy discretos cuando se ve sorprendida en campo abierto confía totalmente en su camuflaje y manera de moverse para pasar desapercibida. De hecho, estuve unos 20 minutos con ella y la dejé donde la encontré. Estas son algunas de las fotos que le tomé.

Visité la Casa del Parque en busca de las dos especies invernantes de porrón y, entre ellos, seguía el zampullín cuellinegro que se quedó a pasar el invierno, el único del que tenemos noticias en toda la provincia.

La jornada acabó, como siempre por las tardes, a orillas de la Salina Grande. Aquí pude hacer un repaso a casi todo lo que había, que es poco debido a la maldita sequía que padecemos. Por ejemplo en cuanto a los limícolas listé solo esto: avefría europea, combatiente (46), zarapito real (2), archibebe común (3) y correlimos común (29). 
De lo mejor fue la aparición de 2 espátulas, las primeras del paso prenupcial. Estas fueron puntuales a su cita con la última semana de enero. Curiosamente la primera cita del año 2012, por ejemplo, también es del 22 de enero, cuando vi 3 ejs. -recuerdo ese día porque venía de Galicia de bimbar un mosquitero de Hume-.

Por supuesto conté todos los tarros blancos que me encontré haciendo un total de 105 ejs.. Hemos perdido 20-30 efectivos respecto a los mejores números de este invierno.
Entre las rapaces pude ver: milano real, aguilucho lagunero, aguilucho pálido, busardo ratonero, esmerejón y cernícalo vulgar.
Los gansos volvieron a retrasarse y cuando me fui, ya casi de noche cerrada, aún no habían entrado. El que sí lo hizo fue el pequeño grupo de grullas invernantes que tenemos, arrojando una cifra final de 121 individuos. Entre ellas había una anillada que llegó en un primer bando de 6 aves. Pero la distancia aquí es como para convertir en ciencia ficción el leer algo. En la imagen la podéis ver.

Y esta es la llegada de las otras 115.

Después de las grullas llegaron gaviotas, 29 reidoras y 2 sombrías.
Pero este día lo recordaré, además de por proporcionarme mi mejor observación de agachadiza chica, por la cantidad de mamíferos que vi en diversos puntos. Cuatro especies vivas: nutria, visón americano, tejón y zorro, más un turón muerto atropellado.
Nutria en el río Esla.

Visón americano a la altura de Bretocino, también en el Esla.

Y, lamentablemente, esta es la forma más habitual de encontrarte al tímido turón. Por suerte, alguna vez los he visto vivos.

Y el regalo de cada final de jornada en Villafáfila...

jueves, 2 de julio de 2015

30/06/2015. Anillando gaviotas reidoras en Villafáfila

El pasado 30 de junio me invitaron a participar en el primer anillamiento de gaviotas reidoras que se hace en la R.N. Lagunas de Villafáfila. El grupo encargado de realizar el evento fue el GIA (Grupo Ibérico de Anillamiento) y estaba enmarcado dentro de su proyecto de anillamiento de gaviotas reidoras en colonias de la cuenca del Duero.
Entre miembros del GIA y varios voluntarios cogimos un total de 38 pollos aprovechando que la colonia este año está dentro de las lagunas artificiales de la Casa del Parque. Normalmente está en la Salina Grande pero este año está seca, lo que ha hecho mucho más fácil la captura de los ejemplares algo que se habría complicado de haber estado en su lugar habitual, no solo por la enormidad de la laguna sino por el número de otras especies que hubiera habido reproduciéndose: varias anátidas, pagazas piconegras, cigüeñuelas, avocetas, etc...
Montado el dispositivo y colocados todos estratégicamente, con bañador y chanclas, fuimos cercando al pequeño grupo de polluelos. De todos los que no volaban ya cogimos casi el 100%, dejando solo dos más rebeldes y que supieron como esquivarnos. Calculamos que estos 38 deben ser casi la mitad de la producción de pollos que hay ahora mismo. Y digo ahora mismo porque ha sido mucho mayor pero los milanos negros y, sobre todo, las águilas calzadas tienen una despensa infinita aquí, lo que ha dado un número de bajas enorme.
Las aves han sido anilladas con pvc de color rojo y dígitos blancos: NnnP  siendo n= un número del 0 al 9.
Aquí vemos a N29P recién bautizado.

Y aquí a N36P mirando a la cámara.

Anilladores y voluntarios durante el proceso de toma de datos y marcaje de las jóvenes gaviotas.

La serie utilizada en este caso y que previamente ya ha sido puesta en otras gaviotas de Castilla y León. Concretamente se han anillado en años anteriores (este no porque está seca) en la laguna de Boada de Campos, Palencia. De hecho hay dos de esas gaviotas que, ya adultas, están criando este año aquí en Villafáfila.

Imposición de la anilla de metal por obra y gracia del padre supremo Coco.

Medidas del tarso.

Una vez que tuvimos todos los pollos con su correspondiente pvc fueron liberados a la vez para que volvieran a formar el grupo que tenían en el momento de su captura.

Y el más rezagado fue N50P que se tomó todo con mucha tranquilidad y un punto de chulería.

Aquí ya todos juntos camino del lugar donde se encontraban los adultos a los que llamaban lastimeramente. 

A ver si hay suerte y se producen varias lecturas y recuperaciones de estas aves. La dirección para tramitarlas es grupoibericodeanillamiento@gmail.com, indicando: lectura de la anilla, fecha, lugar, término municipal, provincia y autor; además de algún dato que creáis de interés (si se está reproduciendo, si lleva tiempo, etc...).
Antes de juntarnos con el resto del grupo, Cristian y yo, dimos una vuelta a la Casa del Parque. Vimos poco de interés, destacando el adulto híbrido de gaviota cabecinegra x gaviota reidora que, de estar aún aquí, es que ha tenido descendencia.
Dos espátulas, estando una de ellas anillada: Rm/BlGY.

También era evidente el paso postnupcial ya de andarríos grandes, con un grupo de 12 ejs. como mínimo. Otros limícolas presentes pero en números ínfimos: chorlitejo chico, andarríos chico, archibebe común y avoceta común.
Y antes aún de todo esto, yo estuve dando una vuelta por parte del valle de Valverde, al noreste de la provincia, en busca de odonatos principalmente. Recorrí algún tramo del arroyo Zamarrilla y del río Castrón, antes de su desembocadura en el Tera, además de varias pequeñas charas y algún canal de regadío muy naturalizado. Las observaciones se produjeron en términos municipales de: Morales de Valverde, Villaveza de Valverde y Friera de Valverde y la lista de libélulas fue la siguiente: Calopteryx xanthostoma, Lestes dryas, Ischnura elegans, Ischnura graellsii, Enallagma cyathigerum, Coenagrion scitulum, Erythromma lindenii, Anax imperator, Libellula quadrimaculata, Sympetrum fonscolombii y Crocothemis erythraea.
Esta es un macho de S. fonscolombii, mostrando la base azul de los ojos, rasgo distintivo para separarla de otros Sympetrum.

Este día ha sido la primera vez que detecto aquí L. quadrimaculata. Fijaros en los 4 puntos negros (dos por ala, cuatro en cada par de alas) que le dan nombre.

Macho precioso de L. dryas. Lástima que la foto no le haga justicia.

C. scitulum macho, donde puede verse perfectamente el diseño de su primer y segundo segmentos y que nos sirve para separarlo de otros Coenagrion.

Foto testimonial de E. lindenii, macho también.

En Villafáfila, más tarde y junto a Cristian, también vimos varias especies de libélulas. Casi todas, especies que ya había visto yo un rato antes salvo dos: Orthetrum cancellatum y Erythromma viridulum. Esta última es de las especies que más me gustan, de las que he podido ver hasta ahora, que no son muchas... Aquí tenéis a un macho.

Y unos apuntes finales. En el río Castrón estuve siguiendo las evoluciones de una familia de visones americanos. Dos adultos que cebaban con cangrejos a dos jovenzuelos en lo profundo de la vegetación ribereña. 
En este punto, incluso, me entretuve con los peces que veía desde un viejo puente. Así identifiqué, con ayuda uno de ellos porque yo de peces no tengo ni zorra, al primero. Estos son gobios ibéricos Gobio lozanoi, por lo visto muy común aquí.


Y este es un alburno.

jueves, 7 de mayo de 2015

06/05/2015. Canasteras en Villafáfila.


Visita de control de limícolas (y lo que caiga), en una de las mejores semanas del año para ellos aquí, a la R.N. Lagunas de Villafáfila. Reserva que se nos seca a pasos agigantados a pesar de las lluvias de los últimos días que lo único que van a permitir es alargar la agonía un poco más. En las colonias no hay actividad reproductora, salvo algunas parejas de gaviotas reidoras. De hecho hoy me sorprendió el silencio con el que la Salina Grande me recibió a primera hora. Normalmente en estas fechas, la primera hora del día es una algarabía de pagazas, gaviotas, avocetas, cigüeñuelas y patos de un ruido ensordecedor. Hoy reinaba un silencio sepulcral a las 09:00 horas (en lo que debería ser pleno pico de actividad de las aves). Apenas un puñado de pagazas, sin gaviotas (las pocas que hay debían estar comiendo fuera), pocas avocetas y cigüeñuelas... aterrador. El mejor momento del año, sin pájaros. Agónico.
Pero, lloros a parte, la mañana ha estado bastante bien. He sacado 15 especies de limícolas y, alguna de ellas, de esas que te alegran primavera tras primavera.
El pasado sábado, día 2 de mayo, J.L. Lorenzo "Colón", descubrió una canastera en una charca junto a la Salina Grande. Fueron varios los que visitaron el lugar en su busca y no dieron con ella, ni sábado ni domingo. Hoy, la verdad, no la llevaba en la cabeza. No la especie que, como mi experiencia dictaba, podría encontrarme con algún ejemplar ya que es el momento de verlas. Pero vamos, que no fui a buscar la de Colón. De hecho, dejé este lugar para el final del recorrido. 
Por aquellas cosas que pasan, y sin buscarla, di con una canastera posada en el borde de dicha charquita. De hecho debía estar ahí cuando llegué pero, como el lugar está al lado de la Salina Grande, mi telescopio se dirigió ahí en vez de al lugar donde estaba la canastera. Tuvo que levantarse reclamando y volver a posarse para llamar mi atención. Aquí tenéis a esta belleza de pájaro al que llevaba sin ver desde la primavera de 2012, se dice bien...

Pero lo bueno fue que, tras levantar el vuelo nuevamente y dar un par de vueltas en círculo se posó en un barbecho a unos 150 metros de mi posición. La enfoqué con el telescopio y...¡coño, si hay otra! Un segunda canastera común se mimetizaba perfectamente con la tierra arcillosa de la comarca de Tierra de Campos. Si no se movían, era casi imposible verlas a simple vista.

Se dedicaban a pegar pequeños saltos y vuelos para atrapar insectos que se levantaban del suelo. De vez en cuando se pegaba un vuelo más largo y cazaban sobre la lámina de agua de la Salina Grande o de la balsa de la depuradora llegando, incluso, a pasarme a pocos metros de mi cabeza. Lástima no haber tenido la réflex porque hoy me habría divertido con ella y con estos dos preciosos animales.
Con la bridge pude hacerle alguna foto en vuelo, muy testimonial.

Antes de entrar con el resto del listado de limícolas voy a contaros la que, para mi, fue la mejor observación del día y, esta vez, no se trata de un ave. Se trata de un reptil acuático, el galápago leproso. Y es que hoy he tenido el primer contacto con esta especie dentro de los límites de la Reserva Natural de las lagunas de Villafáfila. Desconozco si alguien lo ha soltado ahí o ha llegado por su propio pie (en la provincia de Zamora tenemos las dos especies autóctonas de galápagos, además de alguna especie invasora, por desgracia) pero es una alegría tenerlo con nosotros. Se trata de un ejemplar adulto según su tamaño y tomaba el sol plácidamente en esta bonita mañana de mayo. Espero que se le respete y que aparezcan más ejemplares. Esta especie, como el resto de tortugas acuáticas, es un gran aliado del ser humando ya que se alimenta de multitud de invertebrados acuáticos, incluyendo las larvas de los mosquitos que tanto nos molestarán a partir de ahora y hasta el final del verano.

Volviendo a los limícolas, como ya os he dicho, fueron 15 especies en total. A las canasteras hay que añadir las siguientes, todas en números muy exiguos para lo que debería ser ahora. Pongo los totales de lo que conté:
Avefría europea, avoceta común, cigüeñuela común, canastera común (2), chorlitejo grande, chorlitejo chico (2), chorlito gris (8), combatiente (5), archibebe común (25), archibebe claro (1), archibebe oscuro (1), correlimos zarapitín (1), correlimos común, zarapito trinador (3) y vuelvepiedras (1).
Todo esto en el entorno de la Salina Grande y la laguna de San Pedro, únicos lugares que conservan agua, a parte de la Casa del Parque que hoy estaba cerrada y que, de haber estado abierta, podría haber proporcionado alguna especie más. Con todo, veis que las cifras son completamente ridículas.
Los tres zarapitos trinadores.

Cuatro de los 8 chorlitos grises que había.

Un solo archibebe oscuro, eso sí, precioso.

Aquí los tres archibebes más comunes en España, de izquierda a derecha, oscuro, claro y común.

El único correlimos zarapitín que vi, junto a un bonito macho de combatiente.

El macho de combatiente anterior junto a otro. Son iguales pero uno en blanco y otro en negro. Junto a ellos, un archibebe común.

Fuera de los limis pude ver: gaviota cabecinegra (1 adulto, ya visto por Cristian el fin de semana pasado), el híbrido de cabecinegra y reidora que reporté ya en abril, fumarel cariblanco (1), fumarel común (2) y, como dato fenológico también, la primera pollada de tarro blanco.
En la miscelánea final de fotos...
Este visón americano en la balsa de la depuradora. Ya avisé a los responsables para que lo trampeen.

Un bisbita campestre, dedicado a Cristian, él ya sabe porqué. :-)

Estado de la parte suroeste (la de Otero de Sariegos) de la Salina Grande. Sobran las palabras.

Un milano negro y un cernícalo vulgar, con las primeras luces.

Y tuve algo de tiempo para mariposas y libélulas. De las primeras vi: Papilio machaon, Coenonympha pamphilus, Pontia daplidice, Pieris rapae y la nocturna Eupithecia centaureata (identificada por Cristian a través de mi foto). De libélulas: Sympetrum fonscolombii e Ischnura graellsii.
Imagen de Eupithecia centaureata, preciosa pero muy pequeña.