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jueves, 23 de febrero de 2017

21/02/2017. Palomas bravías ¿silvestres?

Hace unos pocos días estuve disfrutando de aves y amigos en la costa gallega. Entre la multitud de conversaciones que, generosamente, surgen y fluyen en torno a las aves, tuvimos una sobre si aún quedaban poblaciones completamente silvestres de paloma bravía. Mi opinión personal es que, si quedan algunas poblaciones, deben ser muy pequeñas y relictas.
Pero a raíz de esa reflexión ayer y hoy he estado buscando y mirando información que me pusiera al día sobre esta especie. Además, no contento con eso, hace un par de jornadas me fui a un lugar de la provincia de Zamora donde hay aún palomas que, morfológicamente y por lugar donde habitan, podrían ser palomas bravías silvestres.
Originariamente esta especie ocupa todos los países de la cuenca mediterránea, Oriente Medio, Asia central y parte de las Islas Británicas. Pero, como todos sabemos, su variante doméstica es una de las aves más abundantes del Mundo, ocupando todos los continentes y siempre ligada al hombre y su medio transformado. Las bravías de la forma silvestre deben ocupar acantilados marinos, cortados fluviales y de las sierras. Además deberían estar alejadas de núcleos urbanos para favorecer su pureza y evitar el contacto con alguna de las decenas de razas que el hombre ha ido fabricando y seleccionando. Esas palomas deben tener los rasgos físicos típicos de la especie en su origen.
Las que yo visité hace dos días son apenas 3-4 parejas que habitan en una zona abrupta de los cañones del río Duero. Incluso hay movimiento de palomas de origen doméstico en la zona pero nuestras protagonistas mantienen las distancias clarísimamente y jamás se mezclan con ellas a pesar de estar separadas solo por unas decenas de metros. Son mucho más desconfiadas y ocupan la parte alta de los cortados sobre el río. Morfológicamente son exactamente lo que cabría esperar para la forma silvestre: ave gris pizarra con collar y cabeza de un gris más oscuro -el cuello con iridiscencias violáceas, verdes y azules-, doble banda negra en el ala, obispillo blanco y cola del mismo color que el cuerpo pero con banda terminal negra. Las patas y los ojos son de un rojizo llamativo y el pico negro. Además, en vuelo, la axila es blanca mientras que en sus parientes, la paloma zurita y la paloma torcaz, es oscura.
En las fotos, una pareja de palomas bravías mostrando los rasgos silvestres para esta especie.

Y en la siguiente imagen un detalle de una de ellas donde podemos apreciar parte de lo descrito anteriormente. La verdad es que con la luz del atardecer a favor, podemos disfrutar esos brillos de colores vivos que la hacen mucho más llamativa de lo que podríamos imaginarnos en un principio.

Estas poblaciones silvestres parecen estar en franco declive y sus principales problemas parecen ser el deterioro del hábitat y la contaminación con las poblaciones semidomésticas. Quizá estas que habitan en una zona tan despoblada de la provincia de Zamora, donde los núcleos urbanos son pocos y muchos apenas albergan ya población humana durante gran parte del año, metidas en lo más profundo de los cañones fluviales que escoltan al Duero y que mantienen las distancias con algunos pequeños bandos de procedencia semidoméstica, pueden ser de las pocas palomas puramente bravías que queden en nuestro país. Según el último Atlas de las aves de España (2002), las mejores poblaciones de palomas bravías de forma silvestre se encuentran en Extremadura y Andalucía y, en menor medida, en la costa cantábrica y mediterránea. 
En mi opinión y experiencia esto es francamente difícil, al menos, en los dos últimos casos donde la masificación humana de la costa ha llevado consigo grandes poblaciones de palomas de origen doméstico. En el Levante, por ejemplo, la columbofilia es un arte tradicional y la población de palomas de origen doméstico, con todas sus diferentes razas, es tremendamente grande.
Quizá, antes de que la perdamos para siempre, merecería la pena un esfuerzo para valorar su estado real que, personalmente, creo que debe ser muy crítico.
Además de palomas bravías en ese lugar, cercano a la capital de Zamora, pude disfrutar de águilas reales, chovas piquirrojas o búhos reales, entre otras muchas especies. 
Antes de todo eso había parado en una zuda del río Duero, en Zamora, a la altura del barrio ribereño de Olivares. Una hora antes, José Barrueso, había informado de la localización de un bonito adulto de gaviota cabecinegra entre todas las reidoras y sombrías que cada mediodía llegan al lugar a bañarse, procedentes de la cercana planta de tratamiento de residuos urbanos, que dista solo unos pocos kilómetros.

También de interés entre ellas, había una gaviota patiamarilla pero que no pude retratar.
Una hembra de aguilucho pálido coronando el cielo es una buena oportunidad para fijarse en detalles que no siempre se ven cuando vuela en su rutina normal, raseando los campos.

Y recomiendo disfrutar de los aún abundantes milanos reales porque en unos días se marcharán la mayoría y solo quedarán los reproductores. Bellísima rapaz sin duda.

Junto al Duero me encontré una musaraña muerta. Tomé unas imágenes y pedí ayuda para su identificación. Personalmente pensaba que se trataba de una musaraña gris y, con la respuesta de gente que sabe más que yo, como J.Alfredo Hernández, parece que estaba en lo cierto.

En esta imagen podemos ver el porqué de su nombre en inglés: Greater White-toothed Shrew.

domingo, 8 de enero de 2017

08/01/2017. Búhos que viven y mueren

Ayer, día 07, me encontré mi primera víctima en las carreteras en este año 2017 recién estrenado. Ni más ni menos que un ejemplar de búho real yacía totalmente destrozado en medio de uno de los carriles de la A-11 a la altura de Matilla La Seca.
Este tramo de autovía transcurre entre el mejor bosque-isla de Castilla y León, Montelarreina, y el comienzo de la vasta llanura cerealista de Tierra de Campos al norte del Duero. Los búhos que frecuentan esta parte de la A-11 lo hacen para alimentarse de los abundantísimos conejos que tienen sus cubiles en las cunetas de la vía. Algunos de ellos habrán nacido en el gran bosque de pinos y encinas carrascas cercano, en alguna vieja construcción, en algún viejo nido de córvido o rapaz o directamente en el suelo. Son muchos los búhos que mueren a tiros en Montelarreina por parte de los cazadores sin escrúpulos. Otros tantos lo hacen bajo el chispazo de fuego de alguna torreta eléctrica y alguno habrá que muera bajo los efectos de la bromadiolona que gratuitamente se reparte entre los agricultores para, supuestamente, acabar con los topillos. A ellos le sumamos las bajas de las carreteras con los atropellos y tenemos una sangría terrible de los escasos búhos reales mesetarios.
Con mal sabor de boca me quedé al encontrarme con esta enormidad hecha trizas...

... así que hoy, día 08, decidí empezar mi paseo por el suroeste zamorano visitando a una conocida pareja de búhos que justo, en estos momentos, están comenzando con la reproducción. Estos son búhos vivos que luchan por sacar familias año tras año a pesar de las graves pérdidas que sufrirán muchos de sus descendientes. 
Estos búhos mantienen a raya la gran población de conejos de la zona, además de ratas y ratones que viven con el ser humano. Por supuesto, mucha de su dieta la componen cientos de esos pequeños roedores llamados topillos y que para muchos son la representación del mismísimo Satanás. ¿Ninguna de esas personas se ha parado a pensar, de verdad, que sucedería si en lugar de disparar, electrocutar y atropellar búhos, lechuzas y mochuelos, fomentáramos su reproducción? 
La cosa está clara. Más depredadores especializados en roedores, menos roedores. No hace falta ser matemático para llegar a esta conclusión.
En la siguiente foto un búho real vivo, látigo de conejos (en la comarca donde está ubicado este nido se piden permisos de control de esta especie, ¡ojo!, por lo tanto es un aliado del agricultor), topillos, ratas y hasta gatos asilvestrados que tanto daño hacen en las poblaciones de nuestros pequeños pajarillos.

Además de búhos esta mañana estuve disfrutando de los páramos de La Bóveda de Toro en busca de especies esteparias. Aunque la madrugada fue muy fría, hasta -8ºC, la mañana ha sido espléndida e invitaba a pasear. Lo más interesante ha sido un solitario sisón, especie muy rara aquí en invierno y, por desgracia, cada vez más rara también en primavera y verano. 
Me pasó cerca en vuelo levantado por una cuadrilla de cazadores a lo lejos y se posó aún más lejos de mi posición pero aquí tenéis una foto testimonial.

Un primo pequeño del búho real, el mochuelo. Otro azote del topillo campesino.

Y al mediodía estaba en la vallisoletana localidad de Castronuño, a orillas del embalse de San José, muy cerca del límite con la provincia de Zamora. Aquí hice un listado de todo lo que vi ya que voy pocas veces y lo controlo mal, solo en la zona entre el pueblo y la presa: ánade azulón, ánade friso (2), cerceta común (3), cormorán grande, zampullín común (17), somormujo lavanco (11), avetorillo común (2), garceta grande (2), garza real, cigüeña blanca (1), milano real, busardo ratonero, aguilucho lagunero (2), rascón europeo, gallineta común, focha común, gaviota reidora (5), martín pescador (3), pico picapinos, pico menor (1), petirrojo, ruiseñor bastardo, mito, carbonero común, pinzón vulgar y escribano palustre.
Además vi brevemente una nutria.

viernes, 16 de enero de 2015

Luces y sombras

Mal comienzo, en lo ornitológico, de este 2015. 
Por una serie de circunstancias no estoy pillando días buenos para salir de campo. Hemos tenido casi dos semanas seguidas de altas presiones lo que ha provocado la caída de las nieblas perpetuas (tipo Mordor) en el valle del Duero. Solo pequeñas ventas de luz se han colado durante estos días pero, por desgracia, cuando no era un compromiso personal era uno laboral lo que me impedía colgarme los prismáticos.
Las estrellas en la provincia de Zamora, estos días, son un grupito de barnaclas carinegras que hay en Villafáfila (al menos entre el día 03 y el día 14). Solo el día 13 pude hacer una intentona... ¡y las fallé! Primer día sin niebla que pude pillar aquel pero que se tornó en una tarde oscura y lluviosa.
Solo he podido realizar microsalidas cerca de Toro y sin demasiado éxito tampoco.
El día 04 visité las graveras de Coreses donde lo más destacado fue el número de ánades frisos. Poca chicha para el lugar, de todas formas. Parece ser que este año están siendo especialmente castigadas por los cazadores ya que algún compañero ha encontrado cadáveres abatidos en el lugar, incluidas especies protegidas, como el cormorán grande. El día que estuve yo tuve un encuentro con uno de estos escopeteros que, rápidamente, dejó el lugar.
El día 06 vi un avión común en la ciudad de Zamora, rondando una gran colonia en el barrio de Los Bloques. Casualmente, al día siguiente, Manuel Rodríguez vio otro a pocos kms. de allí.
He visitado dos veces la laguna de Villaguer, en Toro, en lo que va de año. He notado un aumento de anátidas considerable. El día 10 había unos 60 azulones, 1 cuchara y 2 cercetas (no conté las fochas pero hay un grupo fijo que ronda los 40 ejs.); y el día 15 conté unos 120 azulones, 4 cucharas y 4 cercetas siendo, lo más interesante este día, una garceta grande.
La visita a Villafáfila, como ya os dije, sin éxito ya que había un objetivo claro que no cumplimos. De interés: zarapito real (8), avoceta común (5), tarro blanco (151 ejs., récord de este invierno), ánade rabudo (5), búho campestre, esmerejón, combatiente, correlimos común, etc...
Pero quizá lo mejor de estos días ha sido poder disfrutar del imponente canto del búho real en una nueva ubicación en donde no lo había localizado nunca dentro del término de Toro, aunque sabía de su existencia. Más que esto fue el momento vivido, imaginad: madrugada, noche fría rondando los 0ºC, cielo estrellado y una fina capa de niebla que avanza entre el encinar, todo bajo un marco silencioso estremecedor solo roto por el grave, monótono y pesado reclamo territorial del búho real... En ese momento pensé: "ese búho quiere acabar con el invierno a golpe de pulmón".
En fin, comienzo de año con luces y sombras.
La luz, la de el pájaro que me alegra los días de invierno, el alcaudón real. Ave icónica para mi.


Las sombras. Este milano inmaduro desperezándose en la helada y oscura mañana de enero, mientras espera a que levante la niebla del todo para comenzar con su vuelo de cometa en busca de condumio. Esta luz es la que, por desgracia, ha prevalecido en las primeras dos semanas de 2015.



miércoles, 7 de mayo de 2014

03/05/2014. ¡Chorlito dorado americano en Villafáfila!

El pasado día 03 de mayo, Antonio Sandoval y yo, pudimos ver un chorlito dorado americano Pluvialis dominica en una zona de la Salina Grande, Villafáfila, R.N. Lagunas de Villafáfila. Este es el dato, histórico sin duda, y ahora paso a contaros la historia.
En la mañana del 01 de mayo, Manuel Rodríguez pasó la mañana de pajareo por la Reserva. Este fue el primer día de paso de limícolas notorio que hemos tenido esta primavera, si bien bajo en número de ejemplares, se pudo comprobar que los migrantes menos comunes pero regulares recalaron en la Reserva. Entre todas sus observaciones de este día comentó, en círculos cerrados, que había visto un chorlito diferente al resto, dando una serie de características que le hicieron pensar, y a mi personalmente también, en que había visto un chorlito dorado americano. Esta especie es rareza a nivel nacional pero todos los años se citan ejemplares en algún punto de la geografía española destacando, por el número de observaciones, la costa gallega y Canarias (como suele suceder con todas estas especies de origen neártico). Por lo tanto, una observación de esta especie en un humedal interior se antoja mucho más inusual si cabe. Así quedó la cosa.
En mi visita de la mañana del día 03, llevaba el comentario de Manu en la cabeza pero siendo consciente de que era una observación que había que tomar con prudencia. Este día recibía en mi local patch la visita del ilustre pajarero gallego Antonio Sandoval, autor del afamado libro "¿Para qué sirven las aves?", que en pocos meses ya se ha convertido en una lectura de culto dentro de los círculos ornitológicos, y fuera de ellos también. De hecho, el libro ya va por su segunda edición y desde aquí, aunque ya lo hice en su momento, vuelvo a recomendarlo tanto para pajareros expertos como para iniciados y, sobre todo, para las gentes de fuera del ámbito pajarero. ¡Es más! sobre todo se lo recomiendo a ellos porque muchos de nosotros ya sabemos para que sirven las aves y que nos aportan a nivel individual.
Una mañana de campo con Antonio, Toñete para los amigos, no puede más que enriquecerte. Lleva viendo pájaros desde hace décadas y, aunque su pasión son las aves marinas (seguramente sea el pajarero de Europa que más horas lleva observándolas desde tierra en su querida Estaca de Bares) no desdeña cualquier otro pájaro que llevarse a los prismáticos.
A eso de las 08:30 y mientras mirábamos un nutrido y variados grupo de limícolas en la zona de la Rasa de la Salina Grande, llegó uno que rápidamente llamó nuestra atención. Enseguida nos puso nerviosos porque sabíamos que no era una de las especies que habíamos estado viendo hasta ese momento y, a la vez, frustrados por el fuente contraluz y la distancia que teníamos. De un primer vistazo comprobamos que se trataba de un chorlito pequeño, con una proyección primaria potente, pico pequeño y fino, cabeza redonda y una ceja que llamaba mucho la atención vista en el telescopio, incluso en la sombra del contraluz. Se posó junto a agujas colipintas y era notablemente más pequeño que ellas.
Decidimos rodear al grupo para intentar ponernos la luz lo más a favor posible pero antes quise tomarle unas fotos, por si acaso, a pesar de la mala luz y la distancia. 
Durante el recorrido de esos escasos metros, el pájaro voló y lo perdimos de vista.
Ambos estábamos seguros de que, en los pocos segundos que duró la observación, habíamos visto un chorlito dorado americano pero esperábamos ver las malas fotografías en casa para confirmarlo antes de dar la voz de alarma en la comunidad ornitológica. Tengamos en cuenta que es la primera cita para Castilla y León y, aún no tengo datos, pero podría ser la primera o, en su caso, una de las pocas en el interior del país.
Aquí tenéis las primera de las 5 únicas fotos que pude tomarle y que, además, es la única en que se le ve decentemente.
 Acompañado de 4 agujas colipintas.

En esta otra, que no había enseñado aún, se le ve de espaldas entre dos chorlitos grises. La foto es muy, muy mala pero sirve para ver la diferencia de tamaño entre el yankee y los grises.

Solo que hubiera aguantado un par de minutos desde que nos pusimos la luz a favor, hubieran bastado para poder mostraros mejores imágenes.
La mañana con Toñete fue fantástica. Este día tuvimos un gran paso de limícolas y hubo entrada durante toda la mañana. A eso de las 12:00 hrs. nos acercamos al monte de Bretocino para que el gallego pudiera ver alguna de las especialidades de la zona, aunque la hora no era muy buena y solo pudo llevarse unas buenas observaciones de escribano hortelano. Cuando lo dejé en su hospedaje, yo volví a hacer un pequeño recorrido por si relocalizaba al chorlito, sin éxito.
En total me anoté este día 24 especies de limícolas, ¡a solo 2 de mi récord de 26 en una jornada!

No voy a poneros cantidades pero fueron estas: cigüeñuela común, avoceta común, avefría europea, chorlitejo chico, chorlitejo grande, chorlitejo patinegro, chorlito dorado americano, chorlito dorado europeo, chorlito gris, vuelvepiedras común, correlimos gordo, correlimos tridáctilo, correlimos de Temminck, correlimos zarapitín, correlimos común, correlimos menudo, combatiente, aguja colipinta, zarapito trinador, archibebe oscuro, archibebe claro, archibebe común, andarríos chico y andarríos grande.
Sencillamente... ¡espectacular!
Agujas colipintas.

Chorlito gris en plumaje nupcial.

Correlimos gordos.

Zarapitos trinadores.

Archibebe claro, en primer término, y agujas colipintas.

Chorlitejo patinegro.

Andarríos chico.

Os adelanto que, en dos visitas sucesivas a estas y de las que ya os hablaré, he podido añadir alguna especie de limícola más como: aguja colinegra, zarapito real y andarríos bastardo. Por lo tanto, he visto 27 especies de este grupo de aves en 3 días...
Pero con Toñete, además, vimos otras cosas de interés: zampullín cuellinegro, gaviota cabecinegra, fumarel común, fumarel cariblanco, gaviota patiamarilla o espátula común, fueron alguna de las delicias.
La tarde de este día 03 de mayo la pasé, yo solo, en la ZEPA "Cañones del Duero" en Villaseco del Pan. La tarde no se me dio tan bien como esperaba pero pude disfrutar con alimoches, águilas reales, currucas mirlonas, chovas piquirrojas y otros pájaros de interés. Ya por la noche hice unas estaciones de escucha en la zona de Almaraz de Duero donde pude oír: chotacabras cuellirrojo, búho real, búho chico y lechuza común.
La visita a Villafáfila del día 04, junto a Cristian, tenía el claro objetivo de relocalizar el chorlito estrella pero no tuvimos suerte. El paso de limícolas había menguado considerablemente y algunas especies ni estaban y, las que permanecían, había bajado sus números a la mitad. Volvimos a ver, más o menos, las mistas especies que el día anterior pero en números mucho más bajos.
Volviendo de Villafáfila y en el término municipal de Castronuevo, casi me como dos buitres que estaban alimentándose de los restos de una liebre atropellada en medio de la carretera. Uno de ellos me llamó la atención enseguida por la palidez de su plumaje. Llevaba todo el equipo guardado pero, rápidamente, pude sacar las cámaras y hacerle algo testimonial para que podáis verlo.
En mis años en Burgos vi miles de buitres y jamás había visto ninguno como este. Sí que es verdad que hay individuos viejos que son muy pálidos pero nunca jamás había visto nada igual a esto. Me recuerda, incluso, a un buitre de El Cabo, algo imposible aquí. ¿Alguna idea o comentario?



Otras cosas de interés de estas últimas jornadas.
El día 02 estuve, en compañía de Carlos Ramírez, por las graveras de Coreses, donde el paso estaba muy flojo. Lo único que vimos de interés fue comprobar que seguía el macho de pato colorado, que ya va a hacer el mes en el lugar desde que lo descubrí.

A día de hoy sigue el macho de aguilucho papialbo en Vezdemarbán. Yo lo visité los días 01 y 05, este último para acompañar a otro amigo gallego, David Calleja, que lo pudo disfrutar muy bien.
La madrugada del día 06 la dediqué a hacer un recorrido por la comarca toresana. Tuve la gran suerte de poder VER, que no solo oír o detectar, a todas las rapaces nocturnas de la provincia de Zamora en una sola noche: búho real, búho campestre, búho chico, autillo, lechuza común, cárabo común y mochuelo europeo. De suplemento, también, oí a los dos chotacabras, europeo y cuellirrojo.
Los autillos se portaron muy bien, sobre todo uno.


Y, para acabar esta larga entrada, unas fotos de estas últimas jornadas de campo.
Escribano hortelano cantando a pleno pulmón en Bretocino. Dedicada a Toñete Sandoval que estaba a mi lado cuando la hice, compartimos una magnífica mañana, histórica y para el recuerdo, y me enseñó un montón de cosas.

Macho de aguilucho lagunero vigilando el pequeño carrizal donde tiene su nido, en Villafáfila.

Curruca rabilarga en Villaseco del Pan, capturando invertebrados con los que cebar a su pollada.

Macho de alcaudón común, también en la ZEPA "Cañones del Duero".

Hembra de avutarda en Vezdemarbán.

Dos preciosísimos lagartos ocelados en Villaseco. Dos auténticos dinosaurios, enormes.


De la salina nocturna por la comarca de Toro.
Un juvenil de culebra de escalera.

Y un adulto de sapo partero común.

La nota negativa de aquella noche, una joven hembra de garduña atropellada... A ver si un día tengo la suerte de poder mostraros a un ejemplar vivo de este precioso mustélido.

Y mi querida tierra zamorana en el esplendor de mayo...


Unos datos para acabar:
Con el chorlito dorado americano, la lista de las aves de la provincia de Zamora asciende a 334 especies. También aumenta la de Castilla y León, que se pone en 384. 
Zamora ha aportado a la lista regional, en los últimos 3 años, nada menos que 4 especies: charrán rosado (2011), andarríos del Terek y charrán patinegro (2013) y chorlito dorado americano (2014). Es la provincia que más da a la lista regional y esto no solo es por lo que tenemos, sino por el trabajo de los pajareros locales.
Para el Big Year 2014 , a día de hoy, llevo 222 especies en Zamora, categoría provincial.

viernes, 21 de marzo de 2014

Alondra ricotí, búho real, galápago europeo...

Estos días no he tenido tiempo de tocar el ordenador y la excusa ha sido la mejor, mi tiempo libre lo he gastado en salir al campo. Así que, voy a hacer una macroentrada con las observaciones de varios días, concretamente: día 15 (tarde), día 16 (mañana), día 18 (tarde) y día 19 (mañana).
Estos ratos me han deparado varias especies nuevas para mi Big Year, alguna de ellas, de las más escasas y localizadas en mi provincia.
Como en mi blog trato de noticiar lo más reciente, voy a empezar de la última jornada a la primera, o sea, al revés cronológicamente.
El día 19 lo empecé prontísimo. El objetivo principal del día era anotar la, escasísima aquí, alondra ricotí o, como se la conocía hasta hace poco, alondra de Dupont. La población zamorana es la más occidental de toda la península y está compuesta por pequeños núcleos dispersos por la provincia, repartidos por la Sierra de la Culebra y arribas del Duero, principalmente. La distribución mundial de este aláudido se restringe, únicamente, a la península ibérica y norte de África. Fuera de aquí, no existe. Por lo tanto, cobra más importancia el estudio y conservación de sus poblaciones y, nuestro país, tiene una responsabilidad enorme con ella.
Como sucede con todas las poblaciones residuales y periféricas de cualquier ser vivo, en caso de declive de la especie, son las primeras en notarlo y sufrirlo. Así, la población de ricotís de Zamora se ha devaluado de manera considerable con los años. Los motivos de este declive son, principalmente, el aislamiento que sufre del resto de poblaciones españolas y, además y muy importante, la destrucción de su hábitat. Al ser un pájaro superespecializado en un tipo de terreno concreto, cualquier mínima alteración en él, supone una debacle para esa población que difícilmente se recuperará.
Como ya he dicho, el pasado miércoles, quedé con el mayor conocedor de la especie en la provincia, Alfredo Hernández, para amanecer en uno de estos núcleos y censar los machos cantores. Y es que, las ricotís zamoranas, son relojes a la hora de reclamar su presencia con su característico canto y suelen empezar sobre las 06:30 horas en estas fechas para, en cuanto asoma el sol, callarse el resto del día, de manera general. 
Alfredo y yo detectamos 3 machos cantando e, incluso, conseguimos ver a uno de ellos, entre dos luces, cuando descendió al suelo después de emitir su potente canto territorial. Eso sí, durante estas fechas, son muy agradecidos y deleitan el oído con su mítica estrofa. Algo mágico amanecer entre ellas, entre las últimas alondras de Dupont zamoranas.
De aquí y con el alba aún tierna, nos acercamos a orillas del Esla, en Muelas del Pan, para visitar la colonia de vencejo real que vive en el puente de la carretera nacional que va a Portugal. Esta especie aún no estaba en mi lista del Big Year.
Una vez que me despedí de Alfredo, que tenía que atender otros menesteres, continué ruta yo solo y me acerqué al salto de Villalcampo, ya en plena arriba, con varios objetivos en mente. 
Las primeras que me recibieron al llegar fueron las grandes rapaces. Buitres leonados ya en columna de ascensión y, con ellos, un águila real y una pareja de alimoches, uno de mis objetivos de hoy. Me falló la cigüeña negra.

También aquí pude ver otros 4 vencejos reales que son de los recién llegados a nuestra provincia.

Aunque las protagonistas son las grandes planeadoras, también hice un buen listado de paseriformes, por ejemplo, entre ellos dos anotaciones a la lista de 2014: curruca carrasqueña y curruca capirotada. En la presa estuve disfrutando de grandes observaciones de nutria y, en la caída de la misma, me deleité con las idas y venidas de la pareja residente de chovas piquirrojas y otra de golondrinas dáuricas. Foto de una de las chovas.

Una panorámica de la presa de Villalcampo.

De este lugar me acerqué a dar un paseo por una ribera de la cercana localidad de Moral de Sayago. Los pájaros que me acompañaron fueron algunos como: zorzal charlo, azor, trepador azul, abubilla, agateador común, pinzón vulgar, totovía o herrerillo común. Pero mi objetivo aquí era ver galápagos. 
En este lugar, y en toda la comarca de Sayago, tenemos la suerte de poder ver a las dos especies que tenemos en España, el europeo y el leproso. En estar ribera, concretamente, es más abundante el primero que el segundo pero conozco otras en que es al revés. Mi esperanza era ver ambas pero el día no estaba bueno del todo para reptiles, ya que había amanecido algo más fresco y había un viento molesto, lo que solo me permitió ver 5 ejemplares de este reptil. Solo el día anterior, Alfredo Hernández y Emmanuel D'Hoore, vieron cinco veces más ejemplares, incluido un ejemplar de galápago leproso.
En fin, unas fotos de 3 de los 5 que vi ayer.


Y unas fotos del hábitat que ocupan.


De Moral de Sayago me acerqué a Abelón, otro pueblo enmarcado en las arribas del Duero con lugares espectaculares. Decidí caminar hasta la Peña de la Campana, en lo alto de los cortados del río. Aquí, además de los paseriformes mediterráneos vi otra pareja de alimoches, algunos cuervos, un halcón peregrino y mi primera culebrera del año. Fotos de la pareja de alimoches.


Y la Peña de la Campana, llamada por los geólogos taffoni que significa "ventantas", palabra que proviene de la isla de Córcega. Las curiosas formas de esta enorme piedra se han formado por la acción de la lluvia, el frío, el calor y el viento, durante millones de años. Ha estado siempre rodeada de misterio y las gentes locales la han dotado de leyendas para tratar de explicar sus enigmáticas formas, achacando sus perforaciones a poblaciones ancestrales. Unas imágenes de esta belleza geológica.


El día 18 lo disfruté por la tarde y en familia en un pequeño rincón del término municipal de Pereruela. Aquí me anoté tres especies: golondrina dáurica, roquero solitario y, a última hora, búho real (con un recital sonoro estremecedor cuando estás en lo más profundo de la arriba). También se dejó ver uno de los adultos de águila real, dueños, amos y señores del lugar.

Una testimonial de mi primer roquero solitario del año. Estaba en lo alto del roquedo, a unos 200 metros, por aquello de darle a la imagen el valor que merece.

Y, de mariposas, este ejemplar de Nymphalis polychloros, también la primera del año que veo. Además vimos alguna Pieris rapae.

Pero, sin duda, lo mejor para mi es la siguiente imagen. Ver a mi cachorro disfrutando de lo que la naturaleza le va dando y de lo que yo, humildemente, puedo ir enseñándole, que no es mucho. Aquí estábamos viendo huellas de nutria en la orilla del Duero.

La mañana del 16 recorrí algunos tramos de la comarca toresana. Las mejores observaciones se produjeron en la Laguna Grande de Vezdemarbán. Por cierto, desde este espacio, vuelvo a pedir una figura de protección para este humedal.
Aquí observé: archibebe común (81 ejs.), avoceta común (2 ejs.), gaviota sombría (11 ejs.) y gaviota reidora (11 ejs.), como más interesante. Además patos de tres especies: azulón, cuchara y cerceta común. En las orillas, aguilucho pálido y avutarda.
Gaviotas sombrías y reidoras, todas adultas en ambas especies, salvo una reidora de 1ºinv.

La pareja de avocetas con algunos archibebes.

En Timulos, Toro, lleva una semana un adulto de gaviota sombría sedimentada, en el Duero.

Y los cernícalos primillas que ya ocupan masivamente sus principales bastiones de cría.
Macho.

Hembra.

Un macho de perdiz roja a tope de hormonas.

Y una lavandera blanca al amanecer en una balsa de riego.

La tarde del día 15 la utilicé para recorrer el teso de La Horca, en Villalonso, donde lo mejor fue la observación de mi primera collalba gris del año. Un macho que presentaba todas las características físicas de proceder de las poblaciones más norteñas, por su tamaño, y por esos colores anaranjados tan vivos.


También, en un pequeño encharcamiento en medio del páramo, este andarríos grande.

Y uno de los habitantes típicos, comunes y abundantes del lugar, la calandria común.

En el Big Year llevo a día de hoy 157 especies. Son pocas para lo que llevan algunos por ahí pero todo se andará...